EL TITÁNIC VICTIMARIO ESPAÑOL (VÍCTIMAS, SEGÚN QUÉ VÍCTIMAS)

28/10/2013 por

EL TITÁNIC VICTIMARIO ESPAÑOL

(VÍCTIMAS, SEGÚN QUÉ VÍCTIMAS)

 Floren Dimas

Sin entrar a valorar la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que condena la aplicación de la Ley Parot por vulnerar un principio universal del Derecho, como es aplicar leyes con carácter retroactivo, una vez más, nos produce un sentimiento de infinita indignación, comprobar la instrumentalización de la memoria de unas víctimas, las del terrorismo, a las que se hace objeto de una amplísima batería de medidas reparadoras, a la memoria de los fallecidos, y para atender a los demás afectados, incluidos sus familiares, entre las que se incluyen indemnizaciones, atenciones médicas y psicológicas, puestos de trabajo, viviendas, becas, pensiones, homenajes, elevación de monumentos, dedicatoria de parques, plazas y calles, etc., sin dejar de señalar que ha sido el propio Estado, el que ha llamado, una a una (y no es una frase retórica) a las puertas de los afectados, para ofrecerles estos auxilios, y creando leyes y soportes administrativos para atenderles solícitamente.

 

Ha sido sorprendente la comprensión y complacencia, con la que los poderes e instituciones estatales, han venido recogiendo las reivindicaciones de las asociaciones de víctimas del terrorismo, especialmente la AVT, fuertemente intervenida por el PP, incorporando muchas de sus pretensiones al BOE, subvencionándolas generosamente y permitiendo incluso que con estos fondos, se financien campañas de presión política para cambiar leyes, o para legislar “ad hoc” en función de sus particulares intereses.

 

El Estado Español, sus poderes e instituciones, se han volcado en la tarea de dignificar a estas víctimas, no solo de forma simbólica y testimonial, si no reconociendo jurídicamente su condición de víctimas, y en consecuencia, aplicándoles las leyes reparadoras que contempla la legislación estatal e  internacional en materia de derechos humanos, empezando por la investigación de los crímenes, el señalamiento de sus autores y la aplicación de la justicia penal, eso que podíamos resumir con el lema “Verdad, Justicia y Reparación”.

 

Desde la necesidad y la justicia por las que estas medidas han sido aplicadas, lo que produce honda consternación y levanta una ola de silenciada protesta entre un amplio sector de españoles, es el desprecio y el olvido institucional por las otras víctimas, las del franquismo.

 

El gobierno socialista de Zapatero, promulgó en 2007 una ley, la de la Memoria Histórica, que además de no reconocer la condición jurídica de las víctimas del franquismo, relega al ámbito familiar o grupal su memoria individual y colectiva, dejando en manos privadas las exhumaciones de los asesinados –que borran las huellas judiciales de los crímenes al tratarse de exhumaciones extrajudiciales- sirviendo de coartada para la vigencia de una ley de impunidad y de punto final, como es la ley de Amnistía de 1977, en pleno vigor en la actualidad. Dicha ley, establece un plano de insoportable igualdad y equidistancia entre las víctimas y los verdugos, fundiéndolas en una casuística bélica, que repugna la más elemental conciencia del derecho y la moral.

 

Cada vez que los medios de comunicación, levantan apasionadas campañas informativas para exaltar la memoria de las víctimas del terrorismo, se levanta otra ola –silenciada por los medios- de la misma magnitud de indignación y de impotencia, entre las otras víctimas y sus familiares, las del franquismo, y entre éllas los 130.000 republicanos españoles asesinados, cuyos nombres y demás datos constan en la Audiencia Nacional, sin que ninguna familia haya recibido una carta del Gobierno interesándose por el caso, y sin que ningún parque ni calle de Madrid, ni de ninguna población española, se acuerde de estas víctimas de tercera categoría.

 

Para terminar, cabe dirigir un severísimo reproche a TODAS las asociaciones de víctimas del terrorismo, por su egoísmo sectario.

 

Desde que estas asociaciones aparecieron en la palestra mediática, no se ha escuchado jamás a ningún miembro destacado de las mismas, una sola palabra de recuerdo ni de compasión, hacia las víctimas de la dictadura de Franco.

 

Ni una sola  palabra.

 

Una miseria moral difícil de entender, en quiénes saben lo que es el sufrimiento por la pérdida injusta de un ser querido, asesinado en nombre de una causa que utilizó métodos criminales, para hacer valer sus razones políticas e ideológicas.

 

Mientras el Gobierno del PP, escucha y apoya a las víctimas del terrorismo, y legisla y pergeña atenciones de todo tipo para acompañarlas en su dolor, las “otras víctimas”, las de Franco, son despreciadas y olvidadas social e institucionalmente, incurriendo, como lo hace la Justicia española en un acto de prevaricación continuada, omitiendo el deber de socorrerlas con la misma entrega y servidumbre, con que lo hace para con estas víctimas de lujo de la democracia española.

 

 

Floren Dimas

25 de octubre de 2013

Calabardina-Águilas.

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EL Senado español se niega a apoyar la investigacion judicial de los crimenes franquistas: PP vota en contra, PSOE se abstiene

23/10/2013 por

Moción por la que se insta al Gobierno a la adopción de determinadas medidas para colaborar en los procedimientos penales con los tribunales extranjeros que conozcan sobre los crímenes de derecho internacional cometidos en España.

(Núm. exp. 661/000310)

Autor: GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO.

justicia no impunidad

El señor PRESIDENTE: Pasamos, pues, a la moción presentada por el Grupo Parlamentario Mixto, por la que se insta al Gobierno a la adopción de determinadas medidas para  colaborar en los procedimientos penales con los tribunales extranjeros que conozcan sobre los crímenes de Derecho Internacional cometidos en España.

Tiene la palabra el señor Iglesias.

 

El señor IGLESIAS FERNÁNDEZ: Gracias, señor presidente. Gracias doblemente, por concederme la palabra y por haberme facilitado el trabajo esta tarde compleja en que debo estar en tres comisiones prácticamente a la vez. Aprovecho para pedirles disculpas a los miembros de esta comisión, porque me veré obligado a ausentarme; incluso puede darse la situación contradictoria y chocante, que en ningún caso se trataría de una falta de respeto mía a esta comisión, de que no pueda ni siquiera votar. Haré todo lo posible por estar aquí, pero no puedo garantizarlo.

Coincide prácticamente en el tiempo el debate de esta moción en la comisión con una pregunta que formulé en el Pleno no hace ni quince días al señor ministro de Justicia, en relación con la misma materia. Intentaré ser conciso y no repetir los argumentos que barajé entonces, pero es inevitable que me refiera a ellos.

Televisión Española ha tenido el acierto de reponer estos días la serie La Transición; en el Canal 24 horas, a una hora un poco intempestiva, los domingos. Ver esta serie, en mi caso por tercera o cuarta vez, me ha permitido revivir circunstancias que viví de muy joven, en plena adolescencia. A partir de esto interpreto y motivo esta moción, y replico también de alguna manera a la respuesta que el señor ministro de Justicia me dio en el Pleno.

La transición española, frente a esa muletilla, que a base de repetirla hemos asumido como cierta, de que fue modélica, de modélica tuvo poco. El visionado de esta serie, que a pesar de ser hagiográfica es un magnífico documento periodístico e histórico, permite recordar que los términos más repetidos para describir la circunstancia, la situación, que entonces vivimos fueron los de incertidumbre y miedo; capítulo tras capítulo se repiten estas palabras. Pretender que el resultado de la incertidumbre y el miedo resulta modélico es un ejercicio −colectivo, puesto que así lo hicimos− de soberbia; de soberbia como colectivo, de soberbia como pueblo. Con esa soberbia, se entendió durante mucho tiempo que las decisiones que entonces se tomaron, entre ellas la Ley de Amnistía, no podían ser cuestionadas en ningún caso. El transcurso del tiempo, el hecho de que otras realidades de esa transición demostraran igualmente sus carencias, sus déficits, y la incorporación a la vida social y pública de nuevas generaciones permiten hacer una valoración diferente.

La experiencia de otros pueblos: durante mucho tiempo, evangelistas de la transición española acudieron a esos otros pueblos a exponer nuestro modelo como algo que había que seguir para conseguir la recuperación de los mayores niveles de libertades y de democracia. La experiencia de esos pueblos es la de quienes, habiendo vivido dictaduras, situaciones de represión sangrienta, retomaron precisamente las leyes que, en sus procesos políticos, son equivalentes a la Ley de Amnistía. Allí las llamaron leyes de punto final; nosotros la llamamos Ley de Amnistía, pero podría perfectamente haber sido también denominada ley de punto final, puesto que punto final pretendía poner −y así se asume todavía hoy, y así lo argumentaba el señor ministro de Justicia− a las responsabilidades penales que pudieran derivarse de la acción represiva del régimen dictatorial. El señor ministro insistía en que esa ley de punto final había sido defendida y asumida por los apóstoles del comunismo español. Yo no desmiento al señor ministro: así fue en aquella coyuntura histórica, y yo ni valoro ni descalifico en ningún caso tal aceptación; pero eso no significa que esa fuera la postura de todos los que militábamos entonces en esas filas. Hoy, fruto del devenir político, tenemos otra militancia similar, con planteamientos políticos perfectamente compatibles, y podemos defender posiciones diferentes. Y entre esas posiciones diferentes, hay a nuestro entender una deuda de nuestra democracia que hace que esta sea imperfecta y que no sea capaz siquiera de hacer justicia a las víctimas del régimen anterior.

Por cierto, hoy es un día especial en este país: un tribunal internacional se ha pronunciado, y se habla, lógica y legítimamente, de las víctimas. Como dije el otro día, quiero defender públicamente que las víctimas son siempre merecedoras del respeto de los poderes democráticos. Las víctimas merecen siempre el apoyo y el respaldo de los poderes democráticos, todas las víctimas; y mientras nuestra democracia no sea capaz de ver que todas las víctimas son iguales y que, por tanto, todas merecen una respuesta similar de los poderes públicos, la nuestra seguirá siendo una democracia incompleta. Y la querella criminal que se está tramitando en Argentina en este momento −y voy terminando, señor presidente− y para cuyo desarrollo solicita la moción la colaboración y cooperación de las administraciones públicas españolas, y fundamentalmente la del Gobierno, lo explicita de forma muy clara. Resulta sarcástico que en esa querella se pretenda aplicar la doctrina de la justicia universal construida fundamentalmente por la Audiencia Nacional de nuestro país, para que fuera trasladada y aplicada en defensa de las víctimas de otros dictadores, y que ahora nuestro país rechace su aplicación.  Y resulta doloroso que las víctimas, o sus hijos, las personas más jóvenes que sobrevivieron a la dictadura y que fueron también víctimas, tengan que acudir a tribunales extranjeros a solicitar el amparo que nuestros tribunales, nuestros poderes públicos, no les conceden.

De todos modos, ya que no hay voluntad de que la acción se desarrolle en nuestro país, debemos colaborar en la acción que se desarrolla en otros países. Y debe hacerse fundamentalmente desde la perspectiva del reconocimiento de las víctimas, vuelvo a insistir en el valor de hacerlos. Las posibilidades de imputación por la vía penal son muy reducidas por la biología: el transcurso del tiempo ha determinado que la inmensa mayoría de quienes tuvieron responsabilidades que pudieran ser consideradas criminales o penales hayan fallecido. En consecuencia, la derogación de la Ley de Amnistía no conllevaría la entrada en la cárcel de nadie, prácticamente, para cumplir condena; conllevaría que 130 000 víctimas del franquismo −según el último informe de Amnistía Internacional− fueran reconocidas como tales por nuestro sistema democrático. Eso, en vez de generar debilidad en nuestro sistema, sería, por el contrario, la máxima expresión de calidad democrática y de fortaleza de la democracia que nos hemos dado entre todos y que entre todos tenemos que defender.

Muchísima gracias.

 

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Iglesias.

Ha presentado una enmienda el Grupo Parlamentario Socialista. Para su defensa, tiene la palabra doña María Ángeles Marra Domínguez.

 

La señora MARRA DOMÍNGUEZ: Gracias, presidente.

El Grupo Parlamentario Socialista presenta una enmienda de sustitución por la que se insta al Gobierno a crear una comisión de la verdad, integrada por expertos independientes, con el mandato de restablecer la verdad histórica acerca de las desapariciones forzadas ocurridas en España durante la Guerra Civil y el franquismo; así como de formular propuestas y recomendaciones a los poderes públicos para que la defensa de los derechos de las familias de las víctimas no sea solo una tarea particular, sino una responsabilidad colectiva. Asimismo, proponemos recobrar las políticas públicas destinadas a la recuperación de la memoria histórica y restablecer las partidas presupuestarias dedicadas a los gastos derivados de la comisión interministerial, creada por el Real Decreto 1891/2004, de 10 de septiembre.

Este instrumento, señorías, la comisión de la verdad que hoy proponemos aquí, es recomendado por la Organización de las Naciones Unidas para explicar el pasado; para explicar necesariamente y para entender, como complemento de lo que ha venido haciendo durante estos últimos 35 años, tanto el Poder Legislativo, con la aprobación, por ejemplo, durante el Gobierno socialista, de la ley de la memoria histórica, la Ley 52/2007 −una ley que, por cierto, no apoyó el Partido Popular−, como el Poder Judicial, en menor medida. Hoy esta comisión de la verdad es, si cabe, más necesaria. Lo es porque, desde que gobierna el Partido Popular, todo el trabajo que se venía desarrollando de reconocimiento, de ampliación de derechos, de buscar la verdad, de hacer justicia, de establecer medidas a favor de quienes padecieron persecución y violación durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, se ha visto truncado. Ha quedado truncado por las medidas del Gobierno, contrarias a la aplicación de la ley de la memoria histórica y contrarias específicamente a la dotación de las partidas presupuestarias que se destinaban a estas tareas, de modo que quedan aún cerca de 2000 fosas por abrir y decenas de miles de desapariciones forzadas por aclarar. Las familias de los desaparecidos durante este triste periodo de la historia de España aún no han visto satisfecho su derecho a conocer la verdad y el derecho a recuperar los restos de sus seres queridos, fusilados o enterrados en fosas comunes. Esta tarea no puede ser solo de los particulares, de las familias de las víctimas; sino que tiene que tiene que contar con el apoyo de políticas públicas de recuperación de la memoria histórica.

Para restablecer esos derechos que son de justicia, propone el Grupo Parlamentario Socialista esta enmienda de sustitución, que espera que sea aceptada.

Gracias.

 

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Marra Domínguez.

Para la aceptación o rechazo de la enmienda de sustitución, tiene la palabra el proponente de la moción, señor Iglesias.

 

El señor IGLESIAS FERNÁNDEZ: Gracias, señor presidente.

Lamento mucho no poder aceptar la enmienda; la aceptaría como enmienda de adición, estoy perfectamente de acuerdo con lo que en ella se dice, pero no responde a la realidad a la que intenta dar respuesta la moción y, sobre todo, sigue dejando sin clarificar la posición del grupo en torno al planteamiento vertebral, que es lo más aún después de la intervención del señor ministro: el mantenimiento de la Ley de Amnistía, con la pretensión, además, de convertirla en una especie de lex damnatio memoriae, condición que en ningún caso puede ser asumida, al menos desde la posición política que yo defiendo.

En consecuencia, no tendría ningún inconveniente en aceptarla como enmienda de adición, pero en ningún caso puedo aceptarla como enmienda de sustitución.

Pido perdón ahora, porque salgo corriendo e intentaré volver a votar. Gracias.

 

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Iglesias.

Para ejercer el turno en contra, ¿algún portavoz quiere hacer uso de la palabra? (Pausa.)

Tiene la palabra la señora Marra Domínguez, del Grupo Parlamentario Socialista.

 

La señora MARRA DOMÍNGUEZ: Voy a ser muy breve.

El derecho a la verdad y a la justicia, y el derecho que las familias de los desaparecidos tienen a recuperar los restos de sus seres queridos, fusilados o enterrados en fosas comunes durante la Guerra Civil y el franquismo, siguen siendo hoy una tare pendiente en España. Una tarea que nuestro grupo, el Grupo Parlamentario Socialista, siempre dijo que habría que abordar, que habría que encarar, con el apoyo firme, con el apoyo tenaz de políticas públicas de recuperación de la memoria histórica; no algo que correspondiese hacer solamente a las familias.

No puedo por menos que señalar que fue precisamente un gobierno socialista el que aprobó la ley de memoria histórica en diciembre del 2007, una ley que abrió una nueva etapa de reparación y reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo. Una ley que supuso un gran esfuerzo: un esfuerzo colectivo, un esfuerzo integrador, un esfuerzo en el que participaron más de 14 000 asociaciones, entidades y particulares. Una ley, por lo tanto, para la que el Gobierno, el Gobierno socialista, escuchó y dialogó, y a la que incorporó puntos de vistas diversos y consensuados, con un objetivo claro: el de reconocer a cada persona el derecho a conocer la verdad, hacerle justicia y ayudarle a recuperar su memoria personal y familiar. Una ley, en definitiva, heredera del mejor espíritu de la transición y del principio que nos guió hacia una democracia de la que hoy podemos decir que es una democracia estable y consolidada.

Tampoco puedo por menos que señalar que, en julio de 2007, el Gobierno del Partido Popular, don Mariano Rajoy, prometió derogar esta ley, que calificó de asunto incomprensible. El Partido Popular nunca apoyó esta ley; no la apoyó cuando se estaba tramitando, ni tampoco la apoya ahora. De hecho está bloqueada, paralizada por el Gobierno del Partido Popular: suprimió la oficina de víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura, cuyo objetivo principal era la de coordinar las exhumaciones de los desaparecidos; y eliminó toda partida presupuestaria destinada a recuperar la memoria histórica. En los presupuestos del año 2013 no hay ninguna partida que haga referencia a restablecer la memoria histórica que contribuya a conocer la verdad que por justicia merecen todas las víctimas del franquismo.

En consecuencia, la decisión del Partido Popular de poner fin a estas medidas previstas ha conllevado a que miles de familiares de desaparecidos durante este triste episodio de la historia de España no hayan visto aún satisfecho su derecho a conocer la verdad, a hacer justicia y a recuperar los restos de sus seres queridos fusilados o enterrados en fosas comunes.

Por todo ello, el Grupo Parlamentario Socialista propone esta comisión de la verdad integrada por expertos independientes, con el mandato de restablecer la verdad histórica acerca de las desapariciones forzadas ocurridas en España durante la guerra civil y el franquismo.

Por todos estos motivos reitero que sea aceptada nuestra enmienda, y se vote a favor con el objetivo de crear esa comisión de la verdad.

Muchas gracias.

 

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Marra Domínguez.

La enmienda fue rechazada, por tanto, ya no ha lugar.

Tiene la palabra, también para el turno en contra, la portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, doña María Rosa de Haro Brito.

 

La señora DE HARO BRITO: Muchas gracias, señor presidente.

Les anticipo el voto en contra del Grupo Parlamentario Popular a esta moción que se basa, fundamentalmente, en un informe que ha dado a conocer Amnistía Internacional denominado “El tiempo pasa, la impunidad permanece. La jurisdicción universal, una herramienta contra la impunidad para las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo en España”, y, de hecho, en su parte expositiva, en su petitum, reitera algunas de las recomendaciones que contiene este informe en sentido literal, en concreto las dirigidas al Gobierno español, puesto que también contiene otras recomendaciones dirigidas a órganos parlamentarios españoles, incluso a la jurisdicción argentina.

Pues bien, señorías, señor presidente, vamos a votar en contra de esta moción, fundamentalmente porque este informe parte de la premisa de que no solo este Gobierno sino también Gobiernos anteriores han creado una impunidad para las víctimas de la guerra civil y el franquismo en España, algo que el Grupo Parlamentario Popular debe negar drásticamente, como se expondrá en el turno de portavoces, y, sobre todo, quiero manifestar mi sorpresa porque entiendo que la enmienda de sustitución presentada por el Grupo Parlamentario Socialista no ha lugar porque, como ya ha manifestado el proponente, el senador Iglesias, se trata más de una enmienda de adición que de sustitución y porque consideramos que la Comisión Constitucional, a la que ya se han llevado propuestas similares, es la competente para dirimir las cuestiones que plantea la enmienda; concretamente el 8 de julio, un compañero de la senadora Marra, el señor Antich, presentó una moción a este respecto; además, propone un incremento presupuestario que según el artículo 175 del Reglamento del Senado en relación con el 151 debería contener una  memoria económica cuando hay alteraciones presupuestarias o aumentos o disminuciones presupuestarias.

En cualquier caso, reitero lo que he manifestado al comienzo de mi intervención, que el Grupo Parlamentario Popular en el Senado va a votar en contra por los motivos en los que me extenderé en el turno de portavoces.

Muchas gracias.

 

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora De Haro Brito.

Turno de portavoces.

¿Grupo Parlamentario Mixto? (Denegaciones.)

Por el Grupo Parlamentario Vasco en el Senado, tiene la palabra don Jokin Bildarratz.

 

El señor BILDARRATZ SORRON: Gracias, señor presidente. Buenas tardes, señoría.

Voy a intervenir brevemente. Para comenzar, causa pena que no se sea capaz de adoptar una única moción en este ámbito que tanto preocupa y genera también no sé si pena o estupor, ya que debiéramos estar hablando del derecho que se merecen las víctimas y sus familiares, tanto a la verdad, como a la justicia o a la reparación, que estemos planteando si la comisión competente es la Constitucional o la de Justicia, o que tiene un incremento presupuestario, por lo cual necesita una memoria económica, porque entendemos que los hijos, los nietos tienen derecho a una memoria, a conocer qué es lo que ha pasado con sus familiares, qué es lo que ha pasado con sus progenitores y dónde están en estos momentos.

Les voy a contar mi experiencia. En Euskadi llegamos a un acuerdo en su momento, ya hace unos años, y debo decirles que continuamente están apareciendo una serie de fosas; estamos trabajando con la sociedad Aranzadi y les debo trasladar que el resultado es totalmente positivo, sobre todo porque se da un encuentro entre la historia y los familiares; historia y familiares se juntan para conocer qué ha pasado, olvidar una serie de incógnitas que tenían hasta ahora y de verdad trabajar por lo que estamos diciendo, ese derecho a la verdad, ese derecho a la justicia, y ese derecho a la reparación.

Es verdad que esta moción calca una serie de puntos, sobre todo la parte dispositiva del informe realizado por Amnistía Internacional, pero es una anécdota porque lo que estamos planteando aquí es una actitud, qué hacemos con un pasado que tenemos ahí, con miles de personas que todavía no se han reencontrado con esa historia, y nosotros como poderes públicos podemos ayudar a que se reencuentren. Nadie está queriendo buscar culpables, en estos momentos se están buscando abuelos, padres, recuerdos, vivencias para que, como he dicho, de una vez por todas, podamos pasar esta larga y negra página de la historia.

Tal como se ha dicho antes, la Transición puede haber sido valorada en su momento como un éxito y podemos discutir esta idea pero en tanto en cuanto no pasemos esta página y la pasemos de verdad esa Transición no se habrá dado de una manera completa; por tanto, lo importante no es si este tema se debate aquí o allí o si es este punto o aquel de la moción, sino que tenemos una historia por recoger, una serie de ciudadanos y ciudadanas para atender, y en ese sentido creo que de una manera u otra podemos hacer un gran trabajo.

Muchas gracias.

 

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Bildarratz.

¿Grupo Parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya? (Denegaciones.)

Por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado Convergència i Unió, tiene la palabra la señora Rivero.

 

La señora RIVERO SEGALÀS: Gracias, señor presidente.

Voy a intervenir también muy brevemente. Me sumo a las palabras del portavoz anterior de tristeza y estupor porque parece que cuando hablamos de estos temas tendemos a situarnos en un plano de superioridad moral los unos y los otros y negar que al final somos todo lo que ha pasado y somos todo lo que no ha pasado, y a partir de ahí tendríamos que trabajar para ir cerrando cicatrices, no caer en el inmovilismo del miedo y de una falta de reconocimiento moral de nuestra historia tal como ha sido.

Dicho esto, El Grupo Catalán Convergència i Unió va a apoyar esta moción en cuanto a las querellas argentinas planteadas para la investigación de los crímenes que se han cometido en este país entre 1936 y 1977. Es sabido que desde el Govern de la Generalitat de Catalunya se está dando pleno apoyo institucional en este sentido para que se esclarezcan y salgan a la luz los hechos y se pueda hacer justicia.

En cualquier caso, Cataluña lleva haciendo un trabajo de recuperación de la memoria histórica, entendemos que desde el conocimiento y la asunción de lo que ha habido, que sirve para fortalecer los valores democráticos y poder ser lo que realmente somos, sin ningún tipo de complejo. Con esta tranquilidad y sin estos complejos deben crecer nuestras futuras generaciones. En estas políticas aplicadas a esta materia, Cataluña ha sido pionera en la aprobación de la ley de fosas, apertura de un censo de desaparecidos, elaboración de mapas de fosas y la creación de un memorial democrático.

En definitiva, y sin alargarme más, convenimos en potenciar y colaborar plenamente en procesos judiciales iniciados al amparo del principio de jurisdicción internacional para que puedan ser perseguidos sin limitación los crímenes de derecho internacional cometidos donde sea y siempre, y en especial los cometidos durante la guerra civil y el franquismo. Para nosotros es una obviedad y es algo que no podríamos sino apoyar, porque creemos que tenemos que pasar página definitivamente de estos hechos y de tantos otros en nuestro país y mirar hacia el futuro.

Muchas gracias.

 

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Rivero Segalàs.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Marra Domínguez.

 

La señora MARRA DOMÍNGUEZ: Intervengo muy brevemente para señalar cuál es la posición de nuestro grupo. En la medida en que no se ha aceptado la enmienda, lo que vamos a hacer es abstenernos.

Gracias.

 

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora senadora.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la senadora De Haro Brito.

 

La señora DE HARO BRITO: Gracias, señor presidente.

Intervengo para señalar que la postura de mi grupo va a ser la de oponerse, va a ser contraria a la moción, dado que entendemos que esta impunidad de la que parte el informe de Amnistía Internacional no se está produciendo por una serie de medidas que se vienen adoptando y supone también el reconocimiento del cumplimiento estricto de las normas por parte de los órganos judiciales, no solo españoles sino también por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que también ha archivado sucesivas denuncias contra el Estado, y por lo tanto, entendemos que no solo parte de la jurisdicción interna sino también de la jurisdicción internacional.

 

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

¿Señora De Haro ha terminado?

 

La señora DE HARO BRITO: Pensé que iba a dar un turno de portavoces.

 

El señor PRESIDENTE: Este es el turno final de portavoces.

 

La señora DE HARO BRITO: Disculpe, señor presidente, estaba despistada.

Como he señalado en mis anteriores intervenciones, la moción del Grupo Parlamentario Mixto parte del informe que adopta las recomendaciones finales en su petitum, si bien las que se dirigen al Gobierno español, puesto que luego se completa con recomendaciones sobre lo que debería hacer el Parlamento español, el Poder Judicial español, el ministerio fiscal español e incluso el Poder Judicial argentino.

El informe, que me he leído detalladamente, además de oír al compañero senador Iglesias, que se ha tenido que ir a la Comisión de Educación, habla de la actuación de los sucesivos Gobiernos españoles en relación con las víctimas de la guerra civil. Y no para ahí, puesto que también critica la actuación de diferentes órganos judiciales, y de sus resoluciones cuando estas han dado lugar al archivo de los casos, e igualmente al Tribunal Supremo, puesto que habla de una sentencia fundamental, e incluso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de denuncias realizadas contra España y que han sido todas y cada una de ellas, hasta un total de nueve, archivadas o inadmitidas; asimismo, contiene la crítica a la Fiscalía General del Estado por su criterio de preferencia de la jurisdicción española.

En definitiva, el informe de Amnistía Internacional en el que se basa la moción afirma que hoy existe impunidad para este tipo de actos, y evitarla pasaría por asumir una jurisdicción universal, con lo que este grupo, el Grupo Parlamentario Popular, por los motivos que paso a exponer, está en total desacuerdo.

Además, después de una detallada lectura del informe y de haber leído su moción y oído atentamente las intervenciones, el debate pasa por reconocer o no la validez del derecho español y el actuar del Poder Judicial respecto a la investigación y el enjuiciamiento en relación con las víctimas de la guerra civil, porque si la respuesta es positiva, si reconocemos la validez de las normas vigentes en el derecho español, la conclusión no puede ser otra que una disconformidad absoluta con la afirmación de que nuestro país está amparando impunidad alguna en lo referente a las víctimas de la guerra civil y de las que pudieran haberlo sido durante el franquismo.

El Grupo Mixto reconoce que no siendo numerosos los Estados que prevén en su legislación procesal la jurisdicción penal universal, España es uno de ellos, puesto que lo recoge la Ley Orgánica del Poder Judicial; precisamente la modificación de los artículos 23 y 24 de la Ley Orgánica se produjo en el año 1999 y precisamente Izquierda Unida se opuso a esa modificación en la que se establecía la jurisdicción de los órganos judiciales españoles en determinados casos relacionados con crímenes que podríamos considerar contra la humanidad. Si la respuesta es positiva, esto es, si el Grupo Mixto reconoce que España, que la legislación procesal española reconoce la jurisdicción universal, reconoceremos que esta previsión de la jurisdicción penal en el sistema de derecho español contribuye a aliviar los efectos de los que ahora se nos acusa al Partido Popular; es decir, promover la impunidad.

¿Reconoce el Grupo Mixto que la jurisdicción penal universal posee un carácter subsidiario a la nacional? ¿Reconoce el Grupo Mixto la adopción y validez de medidas adoptadas por el Gobierno de España en la reparación de las víctimas? Y aquí nombro la ley que la representante del Grupo Socialista ha citado y nos ha criticado en el turno en el que defendía su enmienda -se dedicó más a criticar al Partido Popular que a defender su enmienda- la Ley de la memoria histórica. Efectivamente, el Partido Popular no la apoyó, pero el Partido Popular sí la respeta y la aplica. Por lo tanto, la pregunta sería si se reconoce la adopción y validez de medidas, entre estas la de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, conocida como la Ley de memoria histórica. En esta ley, en la disposición adicional segunda precisa que son compatibles con el ejercicio de las acciones y el acceso a los procedimientos judiciales ordinarios y extraordinarios establecidos en las leyes o en los tratados y convenios internacionales suscritos por España.

¿Reconoce el Grupo Mixto la validez de las medidas administrativas concernientes a registros civiles y consulares relativos a estas víctimas como notable avance?

¿Entienden como un avance la modificación del Código Penal que en 1977 no contenía ninguno o casi ningún crimen de guerra ni recogía los crímenes de la humanidad?

Es bueno recordar que tras la ratificación del Estatuto de la Corte Penal Internacional, que se produjo en julio de 1998, se modificó el Código Penal ‑una ley orgánica del año 2003-, y se completa el Código Penal y se regulan los crímenes de guerra: artículos 608 a 614 bis, y se introducen los crímenes de lesa humanidad en el artículo 607 bis. También se recoge el principio de imprescriptibilidad de estos crímenes. Por consiguiente, entendemos, a diferencia de lo que establece la moción y el informe de Amnistía Internacional, que la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa humanidad está plenamente vigente en el Derecho español, con independencia de la convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad que se contienen en el punto 3 de la moción que ahora estamos discutiendo.

Esto me lleva a preguntarles. ¿Reconoce el Grupo Mixto que el consentimiento de España al Estatuto de la Corte Penal Internacional que establece la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad manifiesta de modo muy significado el compromiso de este país con los instrumentos internacionales en la lucha contra la impunidad?

¿Es propio de Gobiernos que facilitan la impunidad que el mismo texto legal, el Código Penal, en su última reforma, en el año 2010, introdujera varias modificaciones dirigidas a lograr una regulación satisfactoria y eficaz de los crímenes de guerra y de lesa humanidad? ¿O que el apartado cuarto del artículo 131 y el dos del artículo 133 prevean respectivamente la imprescriptibilidad de los delitos y de las penas impuestas por delitos de lesa humanidad, de genocidio y de los delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado?

Por otra parte, es importante destacar que en el derecho español se han incorporado novedades relativas al castigo con penas de prisión de seis meses a tres años a aquellos que encubran o ayuden a los responsables de un delito de lesa humanidad o de un delito contra las personas y bienes protegidos en conflicto armado al eludir la investigación de la autoridad y sus agentes o a sustraerse de su busca y captura. Además, se redactó un capítulo II bis dentro del título décimo Libro X del Código Penal dedicado expresamente a los delitos de lesa humanidad y un capítulo III relativo a los delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado.

¿Partimos entonces de la base de que el Poder Judicial, en sus resoluciones, se debe a la estricta legalidad y sujeción al ordenamiento vigente? Si es así, no cabe en modo alguno decir, como sostiene la moción y el informe de Amnistía Internacional, que la justicia en nuestro país está amparando impunidad alguna en lo referente a la cuestión de las víctimas de la guerra civil y de las que pudieran haberlo sido durante el franquismo. En el informe en el que se basa la moción, además existe una crítica expresa a las resoluciones judiciales dictadas por los diferentes órganos judiciales españoles: juzgados de instrucción en concreto ante querellas o denuncias determinadas y que se produjeron entre los años 2009 a 2012, y que inadmitieron las querellas o bien que, tras la práctica de alguna diligencia previa, sobreseyeron y archivaron las actuaciones, así como los autos posteriores de sucesivas audiencias provinciales, que en recurso de apelación desestimaron los recursos, y no llevaron a cabo otra función en ese preciso momento estos órganos judiciales que aplicar la función propiamente jurisdiccional, que es la aplicación del ordenamiento vigente con exclusiva sujeción a la ley como determina nuestra Constitución.

Por lo tanto, pregunta el Grupo Parlamentario Popular al Grupo Mixto si entiende que los órganos judiciales españoles estaban cumpliendo estrictamente con su función jurisdiccional y por tanto, para nada amparaban impunidad alguna.

Hay que destacar también que la Ley de Amnistía, nombrada por los representantes de otros grupos políticos, la Ley 46/1977, de 15 de octubre, de la que, efectivamente, como señalaba el senador del Grupo Parlamentario Mixto, habló el señor ministro recientemente, a preguntas de un representante de su mismo grupo político, en lo que resulta ser su alcance o ámbito objetivo de extinción de responsabilidad criminal en relación con los delitos a los que afecta, además de establecer preceptos específicos de la ley penal común   determina la extinción de la responsabilidad criminal.

Estos órganos judiciales, señor presidente, compañeros senadores, sobreseyeron las actuaciones y las archivaron básicamente aplicando la Ley 46/1977, de amnistía, que he mencionado, pero también el artículo 130 del Código Penal, que establece como supuesto de extinción de la responsabilidad penal el fallecimiento del responsable penal; o también aplicando el artículo 131 del mismo Código Penal, que establece también como supuesto de la extinción de la responsabilidad penal la prescripción de los delitos, según su gravedad.

Debemos recordar que estos fundamentos de estricta legalidad aplicados por los órganos judiciales también fueron los que aplicó el Tribunal Supremo en una sentencia en la Sala de lo Penal de 27 de febrero de 2012, además extensamente criticada en este informe de Amnistía Internacional; una sentencia que se basa en las normas españolas y que además no solo nombra los pronunciamientos jurisdiccionales de orden penal anteriores y aludidos genéricamente sino que también el informe de Amnistía Internacional ‑concretamente en la página 5 del informe- considera esta sentencia, insisto, fundamentada estrictamente en preceptos legales, basada en criterios contrarios al derecho internacional. Sin embargo, señorías, el derecho internacional no resulta de aplicación y, por consiguiente, no está eventualmente infringido, en tanto no es recibido en el derecho interno mediante los correspondientes cauces constitucionalmente previstos. Si estamos ante el derecho internacional convencional, tiene que ser ratificado y publicado oficialmente, de conformidad con el artículo 96 de la Constitución; y si se trata de derecho internacional general consuetudinario, aunque es aplicable en algunos casos como criterio interpretativo, no cabe invocarlo frente al derecho escrito interno contenido en leyes aprobadas por el Parlamento, como depositario formal.

Además, tengo que decir que no era el Estado español tampoco el que pretendidamente había cerrado en el plano procesal la vía de investigación y eventual enjuiciamiento de los crímenes de la guerra civil y los que pudieran haber acaecido durante el franquismo. Como ya señalé anteriormente, ha venido siendo el propio Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en diversas decisiones -de inadmisión, todas ellas- sobre la base de versar las demandas en sucesos acaecidos con anterioridad a la adhesión de España al convenio europeo.

Al mismo tiempo, en modo alguno cabría tampoco -como se alude en el documento de Amnistía Internacional, base de la moción- pretender que con ello, con esas resoluciones de inadmisión emanadas del propio Tribunal Europeo, se habría causado una vulneración del artículo 13 del propio convenio europeo, al privarse supuestamente a las víctimas de un nuevo recurso efectivo ante la instancia nacional.

Igualmente, debo resaltar que no resulta tampoco asumible considerar o proponer que el Estado español, a la hora de dilucidar los procesos con ese resultado de inadmisión o archivo, aplicando su normativa penal interna, hubiera desconocido el criterio de jurisdicción universal en relación con la persecución de determinados delitos. Difícilmente criterios de jurisdicción universal para facilitar el conocimiento por parte de la jurisdicción penal española resultarán aplicables a supuestos delitos cometidos precisamente en España o por ciudadanos españoles pero, en todo caso, la competencia de la jurisdicción penal española es lo que a la aplicación podríamos decir de la jurisdicción universal se refiere y se regula en los artículos 23 y 24 señalados en la anterior intervención, de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.

En definitiva, señorías, y en orden a las recomendaciones finales del documento remitido por Amnistía Internacional, desde la perspectiva del Estado español no resulta que pueda suponer una obstrucción a la eficacia del principio de jurisdicción universal el hecho de que, a través de los cauces adecuados, el Gobierno llegue a manifestar su postura opuesta a la iniciación o sustanciación de procesos judiciales iniciados por terceros ante tribunales extranjeros que tengan por objetivo determinar responsabilidades por esta causa, en la medida en que en cierto modo esas actuaciones judiciales equivaldrían o equivalen de alguna manera a no reconocer, por parte del Estado cuyos tribunales llevarán a cabo esos procesos, las decisiones previas, en este caso tanto legislativas como de orden judicial del Estado español en el ejercicio de su soberanía como sujeto de derecho internacional.

Créame, nada más lejos de la intención del Partido Popular que la de favorecer la impunidad; no se trata de eso sino de la correcta investigación por los órganos competentes y, sobre todo, cumpliendo con la normativa vigente. Una muestra de ello es que actualmente se encuentra en marcha una nueva reforma del Código Penal que continúa en la línea con el objetivo de regular delitos y crímenes de guerra. De este modo, la reforma modifica el artículo 510 del Código Penal a fin de imponer la pena de prisión de 1 a 4 años y multa de 6 a 12 meses a quienes nieguen, trivialicen gravemente o enaltezcan los delitos de genocidio, de lesa humanidad o contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado o que enaltezcan a sus autores.

Para finalizar, quiero señalar que cabe recordar que desde el Ministerio de Justicia e incluso desde la Fiscalía General del Estado se ha manifestado que muchos de los hechos referidos por el Grupo Parlamentario Mixto en su moción ya están siendo investigados en España y que posee competencia preferente.

Por todo ello, y coincidiendo en mucho con la intervención del senador representante del Grupo Parlamentario Vasco, debo señalar que es cierto que nadie está en situación de buscar culpables -yo creo que en esto estamos todos de acuerdo- pero sí es cierto y esperable que el espíritu de la Ley de aºmnistía, que el espíritu de consenso y diálogo entre todos las fuerzas políticas siga vigente en esta y en posteriores legislaturas.

Por tanto, anuncio ya el voto desfavorable del Grupo Popular a esta moción.

Gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora De Haro Brito.

 

http://www.senado.es/web/actividadparlamentaria/sesionescomision/detallecomisiones/sesionescomision/index.html?id=S011008&legis=10

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Dos revoluciones en quince días desatadas sobre la región asturiana

23/10/2013 por

Dos revoluciones en quince días desatadas sobre la región asturiana

23.10.2013 | 01:42

En las primeras intentonas de esta utópica revolución social que España está padeciendo no mataban a los guardias. Ni siquiera les hacían prisioneros.

Los mineros de Asturias, al levantarse en armas el día 5 de octubre, iban decididos a acabar con la Guardia Civil a todo trance. Se habían provisto de cantidades enormes de dinamita, y en veinticuatro horas -cuarenta y ocho, a lo sumo- todas las casas cuartel de la cuenca minera habían sucumbido y sus heroicos defensores habían sido asesinados. Este designio de aniquilar a la Guardia Civil lo han logrado en Asturias los revolucionarios.

El Gobierno del nuevo Estado. Después no han tenido otra cosa que hacer. Una vez asaltados e incendiados los cuartelillos, los revolucionarios se han quedado con el arma al brazo en las plazas de pueblos, esperando a que llegasen las tropas y les hiciesen pagar caras las vidas de los guardias.

Con la población civil han cometido grandes tropelías, indudablemente; pero, desde luego, muchas menos de las que en buena lógica podía suponerse. Me atrevería a afirmar que casi todas las víctimas de la revolución lo han sido por motivos de venganza personal pura y simple, no porque la revolución triunfante se haya dedicado a la tarea de cortar las cabezas de sus odiados enemigos de la burguesía, según reza la tradicional amenaza.

La acción gubernamental del nuevo Estado ha sido nula.

Tengo la impresión de que, a pesar de los crímenes que se han cometido en Asturias, cuando los tribunales enjuicien la responsabilidad del comité revolucionario de cada pueblo se van a encontrar con que los directivos del movimiento no son responsables más que de haber expedido unos vales por kilos de pan y pares de zapatos. Por lo visto, todo lo que tenían que hacer esos hombres, que no han vacilado ante el sacrificio de millares de vidas, era distribuir a su antojo esos papelitos con los que la gente hacía cola a la puerta de las tahonas y las zapaterías. Ha sido esto lo único que ha hecho el nuevo Gobierno revolucionario, sin advertir que esta tarea era absolutamente superflua.

El racionamiento de la población civil lo hicieron los bolcheviques en los primeros momentos de su revolución sencillamente porque había en Rusia una terrible escasez, y los víveres, ocultos por los especuladores desde hacía muchos meses, no podían distribuirse de otro modo. Es, sencillamente, pintoresco el complicado racionamiento de una población normalmente abastecida en las primeras horas de un movimiento revolucionario, cuando las tiendas, bien provistas, tenían sus puertas abiertas, y todo aquello respondía únicamente a un absurdo mimetismo, una grotesca simulación que convertía el movimiento en una tragicomedia bárbara.

Ya veríamos lo que hubiesen hecho los revolucionarios, que tan orgullosos se muestran de su sistema de bonos para la distribución de los víveres, cuando a los tenderos se les hubiesen acabado los géneros. De momento, mientras había pan en las panaderías y zapatos en las zapaterías, panaderos y zapateros los daban de grado o por fuerza, con la esperanza de que alguna vez acabaría aquello. Hubiera sido curioso saber qué planes tenían los comités revolucionarios de los pueblos para dar de comer a los vecinos cuando a los tenderos se les hubiesen acabado los géneros.

No sé de más decretos, ni más leyes ni más previsiones dictadas por los comités revolucionarios de los pueblos. Y no se olvide que en la mayor parte de las poblaciones de la cuenca minera el nuevo Estado ha sido soberano durante quince días. ¿Qué hicieron durante esos larguísimos quince días de holganza los directores del movimiento?

Publicar unos encendidos manifiestos plagados de imágenes literarias lamentables y con tal prosopopeya que parece mentira que haya habido hombres que hayan asesinado y se hayan hecho matar por tales estímulos. «Estamos creando una nueva sociedad», dice un manifiesto del comité revolucionario de La Felguera publicado el día 9. No he podido todavía encontrar un solo indicio de la gestación de esa nueva sociedad. No es que yo crea que pudiesen crearla; es que tengo la convicción de que ellos tampoco lo creían y no se molestaban en hacer nada para lograrlo.

Dos revoluciones en quince días. Los quince días que los revoltosos han sido dueños de los pueblos mineros han bastado para que fracasase la primera revolución y se hiciese una segunda. La primera estuvo dirigida por los socialistas; constituidos en todos los pueblos los comités revolucionarios a base de la Alianza Obrera, formando parte de ellos, por lo general, dos socialistas, dos sindicalistas y un comunista, se empezaron a repartir los bonos de víveres, se encarceló a los representantes de la autoridad y a algunos burgueses significados, se incendió alguna iglesia y se esperó el curso de los acontecimientos en los que ellos llamaban frentes de combate. La lucha iba mal para los revolucionarios. Las columnas militares estrechaban el cerco y los mineros que voluntariamente iban a pelear a la línea de fuego los primeros días empezaban a desertar. La rebelión estaba dominada en toda España y las noticias eran desalentadoras.

Surgió de nuevo con más ímpetu. El centro revolucionario pasaba de las manos de los viejos militantes socialistas a las juventudes. Éstas acusaron a los primitivos comités de haber actuado con lenidad y blandura. Su primera resolución fue la de dar muerte a todos los prisioneros. A este criminal designio se opusieron entonces los revolucionarios de la primera hora. En algunos pueblos los revolucionarios del primer comité incluso armaron a los prisioneros; en otros les hicieron escapar; en alguno, como en Sama, los escondieron en los tejados y los defendieron pistola en mano contra sus mismos camaradas. Cómo hubiese terminado aquello de no llegar las tropas es difícil de prever. Seguramente hubiesen sido víctimas de la revolución los mismos que la desencadenaron.

Hubo, pues, dos revoluciones en quince días; es decir, hubo muchas más, porque en cada pueblo los titulados guardias rojos defendían un tipo de nuevo Estado absolutamente distinto. En Sama, por ejemplo, se implantó el socialismo integral. A tres kilómetros de allí, en La Felguera, lo que triunfaba era otra cosa: el comunismo libertario.

(Ahora. Madrid, 25-10-1934)

 

http://www.lne.es/asturama/2013/10/23/revoluciones-quince-dias-desatadas-region/1488146.html

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La organización del ejército rojo en Asturias

23/10/2013 por

La organización del ejército rojo en Asturias

23.10.2013 | 01:42

Es una labor lenta y dolorosa. Pero lo que ha sucedido en Asturias no se sabrá con exactitud y detalle sino después de encuestas minuciosas como la que yo voy haciendo por los pueblecitos asturianos, mientras los camilleros, con la cara tapada por un pañuelo, para evitar en lo posible el hedor, van recogiendo los cadáveres que se pudren al sol en los senderos de la montaña. Lo otro, los partes oficiales con su impresionante laconismo, los relatos apasionados de los primeros momentos, las visiones alucinantes de los que se creyeron a punto de perder la vida, las referencias monstruosamente deformadas al ir pasando de boca en boca, nos sirve para dar una sensación neta de lo que ha sido el levantamiento armado de los mineros.

Es cierto, rigurosamente cierto, que la rebelión ha tenido esta vez caracteres de ferocidad que no ha habido nunca en España. Ni siquiera durante la gesta bárbara de los carlistas hubo tanta crueldad, tanto encono y una tan pavorosa falta de sentido humano. Todo cuanto se diga de la bestialidad de algunos episodios es poco. Dentro de cien años, cuando sean conocidos a fondo, se seguirán recordando con horror. La revolución de los mineros de Asturias, fracasada, no tiene nada que envidiar, en punto a crueldad, a la revolución bolchevique triunfante. No creo que los guardias rojos de Lenin se echasen sobre la burguesía rusa con tan terrible ímpetu. Asturias en dos semanas ha quedado arrasada para mucho tiempo. Pasarán varios lustros antes de que pueda levantar cabeza si España entera no acude en su auxilio. Oviedo, la ciudad muerta, recuerda, apenas se entra en ella, aquellas ciudades del frente occidental devastadas por el fuego cruzado de dos ejércitos potentísimos. Más de sesenta edificios destruidos totalmente -la mayor parte de ellos, en el corazón de la ciudad- y el medio millar de muertos habido en el casco de la población y los alrededores dicen elocuentemente lo que ha sido la revolución.

Pero, con ser esto cierto, no es posible, sin embargo, silenciar que, aparte determinados episodios de ferocidad jamás igualada, que harán pasar a la historia este alzamiento como una de esas etapas en las que la humanidad retrocede a la barbarie, ha habido una gran masa humana lanzada a la revolución que ha sabido detenerse en los umbrales de la bestialidad y que incluso ha podido hacer gala en ocasiones de unos sentimientos humanitarios de los que no se les creería capaces. Para reconocer esto basta advertir, por una parte, el ensañamiento con que se han cometido algunos crímenes, y por otra, la cifra relativamente exigua de las víctimas, dado el hecho de que en muchos sitios los titulados guardias rojos han sido dueños absolutos de vidas y haciendas durante quince días.

Preveo que, en esto como en todo, la opinión española se dividirá en dos bandos igualmente irreconciliables. El de los que afirmarán que la población minera de Asturias lanzada al movimiento es una horda de caníbales y el de los que sostendrán que todo fue un juego de inocentes criaturas o, a lo sumo, de cabezas alocadas y sin responsabilidad.

Para contribuir en lo posible a dar una sensación exacta de lo que ha sido la intentona revolucionaria, no encuentro más camino que el de ir acumulando testimonios para que cada cual, con arreglo a su conciencia, pueda formular su veredicto.

(Ahora. Madrid, 24-10-1934)

 

http://www.lne.es/asturama/2013/10/23/organizacion-ejercito-rojo-asturias/1488145.html

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Cae el frente, sálvese quien pueda

23/10/2013 por

Cae el frente, sálvese quien pueda

Unos doce mil milicianos y civiles dejaron Asturias en la tarde-noche del 20 de octubre de 1937 en unos sesenta barcos

Cae el frente, sálvese quien pueda
Cae el frente, sálvese quien pueda

En la tarde-noche del 20 de octubre de 1937, unos sesenta barcos conseguían salir de Gijón, Avilés y Luanco con 12.000 milicianos y civiles que dejaban Asturias tras la caída del frente Norte. Era la desbandada.

JAVIER RODRÍGUEZ MUÑOZ La caída del frente republicano se convirtió en un sálvese quien pueda, con patéticas escenas en los puertos, en los que no había embarcaciones suficientes para evacuar a todos los que llegaban. José Mata, comandante de un batallón, recibió un último aviso para evacuar y convocó a los capitanes para que se concentrara a la gente y decidir qué hacer. «Fuimos a Gijón para examinar la situación y vimos cómo la gente andaba a tiros para montarse en los barcos», contó posteriormente. «Y lo mismo ocurría en Avilés. Así que nosotros esperamos al amanecer y regresamos a la cuenca minera». Otros varios destacados mandos de milicias adoptaron la misma resolución al no poder embarcar con toda su gente.
Varios de los barcos que salieron de Gijón, Avilés y Luanco en la tarde-noche del 20 de octubre consiguieron burlar el bloqueo establecido por la escuadra franquista en torno a esos puertos y llegar a Francia. En total, unos sesenta barcos, con algo más de doce mil huidos, entre milicianos y población civil, consiguieron alcanzar diversos puertos franceses de la vertiente atlántica, como Douarnenez, Lorient, Saint Nazaire, La Rochelle, Pauillac (Burdeos), Arcachon y San Juan de Luz, enumerados de Norte a Sur.
Buena parte del Consejo Soberano lo hizo en el «Abascal», que llegó a últimas horas de la tarde del 22 de octubre al puerto francés de Douarnenez. Viajaban en el barco 66 personas encabezadas por Belarmino Tomás y los consejeros anarquistas Segundo Blanco, Ramón Álvarez Palomo, Maximiliano Llamedo y Onofre García Tirador, el republicano José Maldonado González y el socialista Rafael Fernández. Los primeros en desembarcar fueron Belarmino Tomás y Maldonado, ambos diputados, y luego lo hicieron los restantes miembros del Consejo Soberano. Fueron recogidos por unos coches enviados por la Embajada española en París y trasladados hasta la frontera española en la zona catalana. El resto de los viajeros, al igual que los que llegaron a los otros puertos, hizo el mismo viaje en tren, tras retirarles todas las armas que llevaban y prestarles un primer socorro, pues llegaban en su mayoría hambrientos y muchos de ellos heridos. El torpedero «T-3», en el que huyeron el coronel Prada, el jefe de las fuerzas navales, Valentín Fuentes, y los miembros de su Estado Mayor, llegó al puerto de Le Verdon. En otros barcos fueron llegando otras personalidades destacadas, tanto militares como políticos.
Antes de llegar a las costas francesas, muchos de los barcos pasaron multitud de incidencias. Algunos fueron apresados por los bous nacionales o por el temido «Cervera», que bloqueaban la salida, y creyeron todo perdido. Pero era tal la cantidad de embarcaciones que intentaban llegar a Francia que los barcos que acechaban eran incapaces de perseguir, detener y conducir hasta la vera del Cabo Peñas, donde eran concentrados los barcos apresados, a la totalidad de navíos a los que detenían. Algunos, tras recibir la orden de alto, tomaron durante algunas horas el rumbo indicado por los barcos franquistas, hacia el Oeste, pero en cuanto se echaba la noche o se alejaban lo suficiente, viraban al Norte y, tras describir un amplio arco, retomaban el rumbo a Francia.
Entre los barcos que llegaron había varios ingleses que también transportaron evadidos, como el «Stangrove», el «Bramhill», el «Hillfern» o el crucero «Southampton», que había conseguido librar del «Cervera» al «Stangrove» y que luego recogió en alta mar a los náufragos del «Mary Tere». Los evadidos eran en su mayoría pequeños barcos pesqueros que no llegaban a transportar ni a cien evacuados. Otros fueron mercantes de mayor capacidad que cargaron varios centenares de huidos.
Otros muchos barcos no pudieron burlar el cerco y cayeron en poder de la escuadra franquista. El periodista y escritor Juan Antonio Cabezas, que salió de El Musel la noche del 20 de octubre en el «Montseny», dejó un vivo relato de las vicisitudes pasadas por los miles de asturianos apresados en alta mar y trasladados a campos de concentración en Galicia. Según su crónica, a las pocas horas de navegación, el pequeño vapor en el que huían recibió la orden de parar sus máquinas. Al amanecer, vieron cómo se perfilaban en su proximidad «las siluetas trágicas de dos grandes navíos que suponíamos italianos. Custodiaban más de una veintena de pesqueros atestados de seres masificados sobre sus cubiertas (…).
«Aunque estábamos relativamente cerca unos barcos de otros, nadie hablaba. En las cubiertas de algunos se veían más mujeres. En el nuestro, muy pocas. Observamos algo trágico. Desde que empezó a clarear el día empezaron a oírse disparos de pistola y verse cuerpos que caían por las bordas al mar. Eran los militares que no podían soportar la situación límite» («Asturias: catorce meses de guerra civil»).
Los barcos apresados, unos veintitantos, pusieron rumbo a Galicia, escoltados por los bous nacionales. Durante el trayecto muchas personas aprovecharon para deshacerse de armas, carnés y documentos comprometedores, y adoptar una nueva personalidad para dificultar el reconocimiento. Los primeros barcos se detuvieron en Ribadeo; otros continuaron hasta el Ferrol y La Coruña. En estos puertos comenzaron los primeros reconocimientos de los apresados por patrullas, generalmente de falangistas, que llegaron apresuradamente de Asturias para esa labor. Allí mismo se hicieron las primeras selecciones, y los identificados desaparecieron para siempre. El resto fue distribuido entre los diversos campos de concentración: Cedeira, Rianxo, Muros de Noya y Camposancos. En todos ellos actuó la llamada Comisión Clasificadora de Prisioneros y Presentados, que distribuía a los prisioneros hacia los distintos tribunales y consejos de guerra. Lo que ocurrió después es tema de otro capítulo de esta serie.
Los asturianos que burlaron el bloqueo y llegaron a puertos franceses fueron prontamente desembarcados y trasladados en su mayoría por ferrocarril nuevamente hacia España, a la frontera con Cataluña. Xavier Casademunt i Arimany, comisario de Asistencia a los Refugiados, recordaba en 1983 cómo «el Gobierno francés los metió en vagones de animales y nos los mandaba a nosotros». Los evadidos de Asturias venían «famélicos, llenos de sarna y con armas. Los desarmamos», sigue Casademunt, «conseguimos que comieran y hay que decir que los sindicatos franceses nos ayudaron mucho, y los enviamos a Barcelona en el mismo tren para que no contagiasen la sarna…» (citado por Etelvino González, «Ni cautivos ni desarmados»).
Los combatientes, una vez revalidados por el Ministerio de Defensa Nacional en los empleos que tenían en el Norte, fueron pronto reincorporados en diversas unidades del Ejército popular republicano y participaron ya en la ofensiva sobre Teruel, desencadenada a finales de 1937.
Los miles de refugiados civiles fueron atendidos, sobre todo, por el Centro Asturiano de Cataluña, institución creada en Barcelona el 10 de mayo de 1930, y por otros organismos, siendo distribuidos por diversos lugares de Cataluña, y los niños, acogidos en colonias escolares. La situación fue realmente difícil y algunos tuvieron que soportar condiciones de vida muy duras.
Aparte de los salidos a última hora, en los días finales de octubre, en Cataluña y otros lugares del Levante se encontraba ya un buen número de asturianos, sobre todo ancianos, heridos, mujeres y niños, que habían sido evacuados en los meses anteriores, especialmente en los de agosto y septiembre de 1937. Procedentes de esa evacuación, apunta Etelvino González, «habría en Cataluña en 1938 alrededor de 25.000 mujeres y niños de Asturias», y en total pudo llegar a haber no menos de cincuenta mil refugiados asturianos («Ni cautivos ni desarmados»).
Por último, el Consejo Soberano de Asturias y León, una vez evacuada Asturias y trasladado el grueso de los evacuados a Cataluña, acordó cesar en su actividad «por desaparición de su territorio y por estimar que la subsistencia de organismos regionales, cuando estas circunstancias se dan, no sirve más que para enquistarse en las propias funciones que incumben desarrollar a los órganos del Estado, dificultando su acción en el interior y produciendo lamentables confusiones en el exterior».
Todos sus miembros continuaron su acción política en distintos organismos de la República y de sus respectivos partidos. El anarquista Segundo Blanco entró a formar parte del Gobierno de Negrín, el 5 de abril de 1938, al frente del Ministerio de Instrucción Pública y Sanidad.

http://www.lne.es/asturias/2012/10/28/cae-frente-salvese-pueda/1318359.html

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La leyenda del soviet de la Argañosa

21/10/2013 por

La leyenda del soviet de la Argañosa

El Partido Comunista homenajea a Aida de la Fuente entre una lección de historia sobre su figura y críticas contra el Gobierno

21.10.2013 | 02:11

En primer término, un asistente al acto de homenaje a Aida de la Fuente envuelto en una bandera de la República. Al fondo, a la derecha, Aquilino Vega, durante su discurso. Tras él, y de izquierda a derecha, Celso Miranda, Nidia Gómez, Alejandra Matallanas e Ignacio Loy, ayer, en el parque de San Pedro de los Arcos.

En primer término, un asistente al acto de homenaje a Aida de la Fuente envuelto en una bandera de la República. Al fondo, a la derecha, Aquilino Vega, durante su discurso. Tras él, y de izquierda a derecha, Celso Miranda, Nidia Gómez, Alejandra Matallanas e Ignacio Loy, ayer, en el parque de San Pedro de los Arcos. Luisma Murias

Pablo GONZÁLEZ

«A partir de que fue enterrada en una fosa común del cementerio que ahora cubre la pista deportiva del Colegio de San Pedro de los Arcos, terminó la historia y comenzó la leyenda». La historia a la que se refiere Francisco Erice, profesor de Contemporánea en la Universidad de Oviedo, es la de Aida de la Fuente, y la leyenda, el ejemplo a seguir en la que se convirtió para la izquierda española la denominada «virgen roja», tras su violenta muerte a manos de legionarios durante la Revolución de Octubre de 1934.

Erice fue el elegido este año para explicar lo ocurrido en aquellos días de octubre de 1934 durante el homenaje celebrado ayer en recuerdo de Aida de la Fuente y el resto de los milicianos caídos en aquellos días, que ya se ha convertido en una tradición para los miembros del Partido Comunista. Erice encabezó un recorrido por los últimos lugares en los que se vio con vida a Aida de la Fuente, acompañado de un grupo de veteranos militantes comunistas y de miembros de las Juventudes del partido. El profesor universitario de Historia Contemporánea relató cómo algunos barrios de la ciudad, especialmente Vallobín y el que denominó «el soviet de la Argañosa», se convirtieron en unos de los principales núcleos de resistencia de los revolucionarios, entre los que se encontraba Aida de la Fuente. «El barrio más combativo de la revolución fue la Argañosa», apuntó Erice durante el recorrido, que comenzó en la desaparecida trinchera que los milicianos instalaron en la zona que ahora ocupa el entronque de las calles Vázquez de Mella y Alejandro Casona. En esta zona, poblada de trabajadores del gremio ferroviario, pasó sus últimas horas Aida de la Fuente. Erice explicó cómo en aquellos tiempos, y a pesar del ideal de justicia social e igualdad universal por el que luchaban los revolucionarios, en sus filas existía una clara «diferenciación por géneros» a la hora de repartir las tareas. «Hay que recordar nuestra historia como fue, no como nos gustaría que fuera», dijo.

Y es que, como repasó el historiador, antes de los sucesos de octubre del 34, Aida de la Fuente hizo de todo dentro el Partido Comunista: formaba a los jóvenes cachorros, colaboraba en la formación deportiva de obreros y repartía propaganda. «Dicen que era una gran pegadora de carteles», señaló Erice. Ya en plenos combates contra las fuerzas gubernamentales que llegaron para sofocar la revuelta, Aida de la Fuente pasó a realizar funciones de enfermera, cocinera y de correo. «No era ni el Che, ni Salvador Allende ni Rosa de Luxemburgo», señaló el historiador, para añadir: «Era una más. Lo que convierte su biografía en singular fue la construcción del mito. Hay mitos que no son mentiras, pero sí que tienen cierta estilización de la realidad». Lo cierto es que Aida de la Fuente fue fusilada por las tropas dirigidas desde Madrid por Franco y elevada a categoría de mártir por la izquierda. Algo que ayer quedó claro en la segunda parte del recuerdo a Aida de la Fuente, en el que tomaron la palabra los políticos y en el que se guardó un minuto de silencio por Pilar, la hermana de la homenajeada, fallecida este verano. Los discursos se convirtieron en una dura crítica contra los recortes del Gobierno del PP y en una denuncia sobre «la voracidad» del sector financiero, haciendo hincapié sobre todo en Emilio Botín, presidente del Banco Santander, después de las declaraciones en las que afirmó que España vive «un momento fantástico, llega dinero de todas partes». «Nos están pisando, nuestros hijos y nietos son los esclavos de este siglo», denunció el veterano militante comunista Aquilino Vega. Por su parte, Celso Miranda, ex concejal de IU en el Ayuntamiento de Oviedo, señaló que la utopía de la lucha por una sociedad mejor «sigue vigente» 79 años después de la muerte de Aida de la Fuente. Mientras, Alejandra Matallanas y Nidia Gómez, de las Juventudes Comunistas, hicieron un llamamiento a la movilización contra la situación que viven los jóvenes. – Ignacio Loy, responsable del partido en Oviedo, cerró el acto, afirmando que la formación que lidera en la ciudad «es pequeña, pero está creciendo».

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#25O FARTONES II Concentración de Rechazo a los premios Principe de Asturies.

20/10/2013 por

#25O FARTONES II Concentración de Rechazo a los premios Principe de Asturies.

1148763_578199435568114_1037886560_n¿Premios Príncipe de Asturias?
La Asturias real no tiene nada que celebrar… porque nuestros
recortes son sus privilegios.

El VIERNES 25 DE OCTUBRE se convoca al pueblo asturiano a manifestar su rechazo hacia los príncipes, la monarquía y la mafia político-empresarial que representan, en una CONCENTRACIÓN de 17:00 en adelante en la PZA. DE LA ESCANDALERA, mientras éstos celebran SUS PREMIOS.

CONVOCA la confluencia de movimientos en lucha de Asturias* (detallado en el texto de la convocatoria).

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¿Premios Príncipe d’Asturies?
L’Asturies real nun tien nada que festexar… porque los nuesos
retayos son los sos privilexos.

El VIENRES 25 D’OCHOBRE convócase al pueblu asturianu a manifestar la so refuga escontra los príncipes, la monarquía y la mafia político-empresarial que representen, nuna CONCENTRACIÓN de 17:00 n’adelantre na PZA. DE LA ESCANDALERA, mientres éstos celebren LOS SOS PREMIOS.

CONVOQUEN la confluencia de movimientos en llucha d’Asturies* (detallao nel textu de la convocatoria).

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TEXTU DE LA CONVOCATORIA // TEXTO DE LA CONVOCATORIA
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ASTURIANU……………...(versión en CASTELLANO más abajo)

Un añu más la corrupta familia real, los banqueros, les grandes
empreses y los políticos que causaron la crisis y qu’a diariu
retayen los nuesos derechos sociales y llaborales vuelven aconceyar n’Uviéu pa festexar “a cuerpu de rei” los «Premios Príncipe de Asturias»…

Unos premios financiaos coles perres de toes y toos pa llavar la cara de la monarquía, pa promocionar al Príncipe Felipe y pa que
la oligarquía financiera que nos gobierna venga a faer los sos negocios al Hotel Reconquista.

Por muncho que nos digan qu’estos premios nos beneficia a toos y toes, que xeneren actividá económica y que promocionen Asturies nel mundu enteru, trátase d’un espilfarru de fondos públicos
inxustificable nun momentu nel que nos sieguen coses tan básiques, como la sanidá, la educación o la vivienda.

Amás… ¿Quiénes tán detrás de los Premios Príncipe d’Asturies?
La Fundación Premios Príncipe gasta unos 5,5 millones d’euros al añu. El 18% d’esi dineru vien de fondos públicos. El restu vien d’aportaciones privaes. Los mesmos bancos rescataos con dineru público qu’a diariu desahucien families y nieguen el créditu a los autónomos (Santander, Cajastur, BBVA, Sabadell), les grandes empreses qu’estafen a Hacienda, afuínen el so dineru en «paraísos fiscales” o se beneficien de les sos bones relaciones colos Gobiernos pa llograr grandes obres públiques (Grupu Masaveu) y los que nos estafen nel recibu de la lluz (HC-edp), apurren dempués premios a la Concordia, la Cooperación o les Belles Artes… de chiste!

Un añu más, los y les trabayadores de l’Asturies real, vamos volver a manifestanos delantre’l Teatru Campoamor pa llama-yos “fartones”, “sinverguenzas” y recorda-yos que’l pueblu que sufre los sos retayos, los sos desahucios y los sos despidos nun va tragar con esta farsa medieval nin colos sos privilexos.

*CONVOQUEN: trabayadores d’Educación, Alministración, Sanidá y Universidá, persones paraes y precaries, feministes d’Asturies, PAH-Asturies, AAVV, CSA La Semiente, CSOA La Madreña, asamblees locales 15M, Frente Cívicu… con especial llamamientu a la participación de los COLECTIVOS LLABORALES EN CONFLICTU anguaño n’Asturies (Caxastur, Tenneco, HUCA, RTPA, Duro, Suzuki, HP, minería…) y col sofitu de la militancia política y sindical asturiana combativa y responsable.
Concentración llegalizada, xuiciu mediante, y con sentencia al so favor, polos Trabayadores de Caxastur.

Nesta iniciativa nun van tener cabida, como ye lóxico, nin sexistes, nin homófobos, nin xenófobos, nin racistes (abstenese DN, RE, MSR, ANC y derivaos)

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CASTELLANO

Un año más la corrupta familia real, los banqueros, las grandes empresas y los políticos que han causado la crisis y que a diario recortan nuestros derechos sociales y laborales vuelven a reunirse en Oviedo para celebrar “a cuerpo de rey” los Premios Príncipe de Asturias.

Son unos premios financiados con el dinero de todas y todos para lavar la imagen de la monarquía, promocionar al Príncipe Felipe y para que la oligarquía financiera y los políticos que nos gobierna venga a hacer sus negocios al Hotel Reconquista.

Por mucho que nos digan que estos premios nos benefician a todos y todas, que generan actividad económica y que promocionan Asturias en el mundo entero, se trata de un despilfarro de fondos públicos injustificable en un momento en el que nos están recortando en las cosas más básicas, como la sanidad, la educación o la vivienda.

Además… ¿Quiénes están detrás de los Premios Príncipe de Asturias? La Fundación Premios Príncipe gasta unos 5,5 millones de euros al año. El 18% de ese dinero procede de fondos públicos. El resto viene de aportaciones privadas. Los mismos bancos rescatados con dinero público que a diario desahucian familias y niegan el crédito a los autónomos (Banco Santander, Cajastur, BBVA, Banco Sabadell), las grandes empresas que estafan a Hacienda, colocan su dinero en “paraísos fiscales” o se benefician de sus buenas relaciones con los Gobiernos para obtener grandes obras públicas (Grupo Masaveu) y los que nos estafan en el recibo de la luz (Hidroeléctrica del Cantábrico), entregan luego premios a la Concordia, la Cooperación o las Bellas Artes.

Un año más multitud de personas volveremos a manifestarnos frente al Teatro Campoamor para llamarles “fartones”, “sinverguenzas” y recordarles que la Asturias real, los trabajadores y las trabajadoras que sufrimos sus recortes, sus desahucios y sus despidos no vamos a tragar con esta farsa medieval ni con sus privilegios.

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«Las Cuencas son referente mundial de la libertad»

06/10/2013 por

El sociólogo Vincenç Navarro recibe el premio Pozo Fortuna por su defensa de la democracia
06.10.13 – 01:39 –

A. FUENTE | SAN ANDRÉS (MIERES).

Cuando Vincenç Navarro habla de la represión del régimen franquista lo hace con fundamento. Este sociólogo y politólogo tuvo que exiliarse de España en los años sesenta por defender la democracia y los derechos fundamentales. Ayer volvió a recordar ese sufrimiento, el suyo y el de miles de represaliados en Asturias por lo que definió como «la peor dictadura de Europa por su crueldad».

Y lo decía en un lugar símbolo de ese sufrimiento, en el Pozo Fortuna, en Turón (Mieres), donde unas trescientas personas perdieron la vida arrojadas a la bocamina. Recibió el galardón que anualmente otorga el Foro homónimo y que reconoce la trayectoria por la defensa de las libertades.

«Las Cuencas siempre han sido la referencia de aquellos que luchamos por la justicia social en nuestro país. Vuestra historia es conocida internacionalmente», afirmó ante el público allí congregado. Recordó que en Asturias aún quedan 3.000 víctimas en las cunetas.

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