«Antes de la Guerra Civil Gijón había sido anarcosindicalista, melquiadista y federal»

«Antes de la Guerra Civil Gijón había sido anarcosindicalista, melquiadista y federal»
«A lo largo del siglo XX la ciudad fue fabril y obrera, y los años de la Transición suponen probablemente el principio del fin; el ocaso industrial»
RUBÉN VEGA GARCÍA Coautor del decimosegundo tomo de «Historia de Gijón»
J. M. CEINOS
Rubén Vega García (Gijón, 1961) es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo, donde es profesor de Historia Contemporánea. Junto con el también historiador Carlos Gordón, es el autor del decimosegundo y último tomo del coleccionable de LA NUEVA ESPAÑA «Historia de Gijón», que el próximo domingo, día 18, se podrá adquirir, junto con el periódico dominical, al precio de 5,95 euros. «Franquismo, oposición y Transición en Gijón» es el título de la obra, en la que Rubén Vega se ocupa de las partes correspondientes al Gijón antifranquista y la ciudad en democracia.
-¿Cuándo comienza el antifranquismo en Gijón como movimiento organizado?
-Gijón fue una ciudad hostil al régimen -y el régimen lo percibe-, iguala que lo eran las cuencas mineras y otros muchos otros sitios. El período republicano había decantado bien las hegemonías y las lealtades. Un antifranquismo lo hay desde prácticamente el primer momento; de hecho, los primeros brotes de organizaciones antifranquistas en Asturias se producen en Gijón y son los comunistas los primeros en organizarse en torno a la cárcel de El Coto y los protagonizan, sobre todo, mujeres: las mujeres de los presos. La cárcel es un punto de encuentro, genera necesidades perentorias de solidaridad con los presos y de ahí sale un comité que se convertirá después en provincial y en el que de sus tres miembros dos son mujeres. Estamos hablando del año 1939.
-¿Para entender el antifranquismo hay que entender también la idiosincrasia política de la ciudad antes de la Guerra Civil?
-Antes de la Guerra Civil, Gijón había sido anarquista mayoritariamente; anarcosindicalista, para ser más precisos; había sido melquiadista en los sectores burgueses y había sido también federal, ya que es curioso que en Gijón tenían presencia los republicanos federales cuando ya casi no quedaban en ninguna parte, y tuvieron concejales durante el período republicano. Era una ciudad políticamente peculiar. Luego, en el período franquista, que fue muy duro desde el punto de vista represivo, y tan largo, hace que prácticamente se extingan por completo los federales y los melquiadistas, y de los anarquistas casi no queda nada. Queda una memoria difusa y gente que se considera heredera de la CNT; pero una organización activa y con peso en el movimiento obrero prácticamente se extingue.
-¿No quedó nada de esa burguesía reformista que lideraba Melquíades Álvarez?
-No se percibe, por lo menos en la política local, aunque cabe suponer que algún rastro tuvo que dejar, dado que el melquiadismo había sido muy fuerte en Gijón.




