Los jueces asturianos advierten del riesgo de cuestionar la independencia del Supremo






Los jueces asturianos advierten del riesgo de cuestionar la independencia del Supremo
l La polémica judicial l Encuesta
Algunos magistrados consideran que el acto de apoyo a Baltasar Garzón se convirtió en un «ataque frontal» al funcionamiento de las instituciones democráticas del Estado
Oviedo / Gijón,
L. PALACIOS / R. GARCÍA
El juez Baltasar Garzón levanta pasiones. A favor y en contra. El multitudinario acto celebrado en el anfiteatro Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid para respaldar al juez sirvió para dejar patente un clamor que algunos jueces asturianos interpretaban ayer, el día después, como un desafío directo a las instituciones democráticas del Estado.
Los sindicatos CC OO y UGT convocaron el acto para mostrar su apoyo al magistrado de la Audiencia Nacional que va a ser juzgado por un presunto delito de prevaricación por su instrucción de la causa sobre las desapariciones del franquismo, en el que, a juicio de un sector, se acabaron mezclando la política y la justicia en una mixtura poco recomendable. Quienes acudieron a mostrar su apoyo acabaron protagonizando «un aquelarre», en boca de la juez decana de Oviedo, Pilar Martínez Ceyanes.
Ceyanes considera que las manifestaciones que se vertieron en el acto, exigiendo la retirada de las querellas contra el juez, constituyen «un desvarío absoluto», porque «lo primero es respetar las instituciones del Estado democrático y dejar trabajar al Tribunal Supremo». La juez ovetense subraya que es fundamental «respetar los tiempos de la justicia, y el acto de la Universidad Complutense fue un aquelarre que me desagradó como juez, como ciudadana y como demócrata; muchas personas perdieron el juicio en el acto, y no creo que le hayan hecho un favor a Garzón», indica Ceyanes.
Jesús Chamorro, presidente nacional de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), también expresó ayer su «tristeza y preocupación» por lo sucedido en el acto de apoyo a Garzón, toda vez que «es fundamental respetar la independencia de los jueces, magistrados y del Supremo, el máximo órgano judicial de España, independientemente de que Garzón goce evidentemente del derecho a la presunción de inocencia».
Especial mención merecen para el juez asturiano las manifestaciones del ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, quien acusó a los jueces que procesarán a Garzón de haber sido «cómplices de torturas» en el franquismo hasta el último día. «Es primordial introducir mesura en las declaraciones; me produce mucha tristeza que gente que conoce el sistema judicial español haga manifestaciones de este tipo, porque suponen un ataque directo a la independencia judicial».
En este mismo sentido se manifiesta también Luis Roda, juez decano de Gijón. Roda asegura que no ve «a la caverna que algunos quieren ver en el Supremo, se están tergiversando mucho las cosas y no entiendo a quienes dicen que el Supremo es un nido de franquistas». El juez decano indica que sólo hace falta ver la base de datos del Consejo General del Poder Judicial para darse cuenta de que la mayor parte de los jueces de la Sala de lo Penal «han nacido entre el año 49 y el 59, es decir, eran demasiado jóvenes como para haber sido jueces durante la época de Franco. Muchos de ellos no habían ni entrado en la carrera judicial en el momento de la dictadura». Además, Roda insiste en que el juez Varela no se puede defender de todo lo que están diciendo sobre él. «Un juez, cuando está instruyendo, tiene que guardar las formas y no puede hablar si no es por resoluciones judiciales; personalmente he leído el auto del juez Varela y me parece impecable desde el punto de vista técnico, y ni Garzón ni nadie en este país está libre de ser juzgado», subraya.
Ángel Luis Campo, juez del Juzgado de primera instancia número 8 de Gijón, subraya, por su parte, que no es lógico criticar a los jueces que hacen su trabajo, «ni el de Varela ni el de Garzón». Campo recuerda que por el momento se está haciendo la instrucción de un caso «y no se debe criticar a quien la está llevando a cabo hasta que no exista una resolución».
«Habrá que ver luego si hay pruebas para enjuiciar a Garzón o no las hay», indica el juez gijonés, para quien «todo el mundo tiene derecho a interponer una denuncia y todos los ciudadanos tienen por supuesto derecho a querellarse contra un juez si creen que el magistrado ha cometido algún delito por el que deba responder», concluye Ángel Luis Campo.
La polémica en torno a Baltasar Garzón no sólo despierta posturas en contra entre los especialistas en la justicia asturiana. El fiscal especial antidroga, José Perals Calleja, tiene claro que es «absolutamente intolerable» que se siente en el banquillo a un juez «por una cuestión de interpretación jurídica, admitiendo a trámite unas querellas en contra del criterio del ministerio fiscal, único defensor imparcial de la legalidad en nuestro Estado de derecho».
El juez del Juzgado de instrucción de Cangas del Narcea, Julio Martínez Zahonero, de Jueces para la Democracia, indica en este sentido que «causa estupor que un juez tenga que dar explicaciones después de que no se hayan pedido cuentas por el franquismo en favor de la reconciliación nacional». Para Zahonero, el acto de apoyo a Garzón no supuso ninguna presión al Tribunal Supremo «porque para ello las presiones deberían proceder de otro poder del Estado y no es el caso». Las manifestaciones del fiscal Villarejo son para Zahonero «una reacción visceral vinculada a la relevancia política del asunto».
El juez de Grado, Carlos Martínez Marigorta, apunta en la misma dirección cuando indica que los ciudadanos «tienen derecho a manifestarse, aunque a los jueces no nos guste». Además, indica que «otros casos se han dado de encadenamientos a las puertas de los juzgados y no ha pasado nada; si es algo contra lo que hay que luchar, que no sólo sea cuando afecta a la cúpula».
Asimismo, Marigorta apunta que no cree que el juez Varela «vaya a variar su criterio técnico por este acto», y que «la independencia judicial es algo muy diferente a la manifestación ciudadana». Para el juez de Grado, «la utilización política del caso la hacen los políticos, y estamos yendo a una deriva muy peligrosa si se empieza a cuestionar la independencia de los jueces».
El catedrático de Derecho Constitucional Francisco Bastida apunta también la necesidad de evitar las descalificaciones contra el Tribunal Supremo y los jueces que instruyen la causa contra Baltasar Garzón. «Deberían haberse medido más las palabras, sobre todo en el caso de Villarejo, y desde luego lo ocurrido en Madrid no beneficia al prestigio de las instituciones democráticas», afirma Francisco Bastida. En todo caso, el catedrático indica que el procesamiento a Garzón «es incomprensible, que hasta hay que explicarlo a los medios extranjeros. Algo chirría en el propio funcionamiento de las instituciones». Las manifestaciones de apoyo al juez continuaron ayer.
«Es intolerable que se siente en el banquillo a un juez por una interpretación jurídica»
<José Perals Calleja >
Fiscal especial antidroga
«No entiendo a quienes dicen que el Supremo es un nido de franquistas»
<Luis Roda >
Juez decano de Gijón
«Lo sucedido en el acto de apoyo a Garzón me produce tristeza y preocupación»
<Jesús Chamorro >
Presidente de la APM
«Las manifestaciones de Villarejo son una reacción visceral a un asunto politizado»
<Julio Martínez Zahonero >
Juez de Cangas del Narcea
«No es lógico criticar a los jueces que hacen su trabajo, ni a Varela ni a Garzón»
<Ángel Luis Campo >
Juez de Gijón
«Poner en duda la independencia de los jueces supone una deriva muy peligrosa»
<Carlos Martínez de Marigorta >
Juez de Grado
http://www.lne.es/espana/2010/04/15/jueces-asturianos-advierten-riesgo-cuestionar-independencia-supremo/900955.html










