debate: “¿Cambio de Ciclo?, ¿Cambio de régimen?”





18.03.2015 | 04:14
M. Á. G. Cien vecinos del valle de Santa Bárbara perdieron la vida durante la guerra civil y la dictadura. Parte de ellos reposan en las fosas comunes repartidas por la zona. Ayer, en sendos actos sencillos y emotivos, fueron inaugurados dos monolitos, en el cementerio de Santa Bárbara y en el pueblo de Veró, que homenajean a las víctimas de la represión franquista. A estos dos monumentos se sumarán, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio, otros dos en el cementerio viejo de Blimea y en el cementerio de Sotrondio. En el conjunto de Asturias se ha instalado 81 monolitos para identificar un total de 352 fosas comunes documentadas.
Los actos contaron con la presencia del director general de Justicia e Interior del Principado, José Luis Villaverde; el alcalde de San Martín, Enrique Fernández; miembros de la Corporación; y dirigentes, militantes y simpatizantes del PSOE e IU. También acudieron familiares de los represaliados. Marcos Miranda perdió a varios familiares durante la represión. Uno de ellos, su abuelo, Andrés Llaneza, conocido como «El gitano», fue enterrado en la fosa de Santa Bárbara. «Es un orgullo que le reconozcan todo lo que pudo hacer por la libertad de este país. Se agradece el homenaje que esto supone a la lucha que tuvo mucha gente a lo largo de los años de la dictadura, en los que fueron masacrados, abandonados y olvidados», esgrimió Miranda. Y añadió: «Gracias a todos ellos tenemos una recompensa que se llama democracia».
Angelita González no perdía ayer detalle de las palabras de Miranda. Su padre, Belarmino González, «Caleyu», también fue víctima de la represión franquista. «Lo mataron cuando yo tenía tres años. Era picador y vivía en Sotrondio y lo asesinaron, como ellos decía, por rojo. Él estaba escondido en la mina El Praón con otra persona. Su compañero tuvo miedo, se entregó y reveló donde estaba mi padre».
Manuel González Orviz, coordinador de IU de Asturias, también tiene a varios familiares en las fosas de Santa Bárbara. Entre ellos, están Alfredo Llaneza González, «El gitano», y Arsenio González Llaneza. «Los mataron juntos en El Vescón; uno era tío mío y el otro primo de mi tío». «Estoy aquí como familiar de algunas de las personas homenajeadas hoy aquí», indicó González Orviz, para añadir: «En este valle de Santa Bárbara murieron 100 personas; no sólo se les homenajea a ellos, sino a todos los que fueron invisibilizados durante más de tres cuartos de siglo; poco a poco les vamos a dar la paz, la justicia, la dignidad y la reparación que les trataron de arrebatar a ellos y a su familias». El dirigente de IU esgrimió que «este es un homenaje a las 140.000 personas que reposan en las cunetas». «Hacer que sean visibles es un compromiso de las familias, la izquierda y las gentes progresistas y de bien de España. Mientras no seamos capaces de hacer eso no superaremos el dolor y la indignidad».
El alcalde de San Martín, expresó, por su parte, que «el mayor pecado de las personas que aquí yacen fue ser honradas, trabajadores y luchadores por unos derechos y libertades que tardaron mucho en llegar. Y llegaron de la mano de su esfuerzo, comprometido hasta el límite de entregar su vida», aseguró Enrique Fernández. El director general de Justicia e Interior del Principado, José Luis Villaverde, expuso el programa de instalación de monolitos, «a punto de terminar», «seguramente se completará con un libro-dvd para hacer referencia a las fosas que van apareciendo y a los monolitos. En Asturias pasan de los 150 el número de lugares que tienen alguna epigrafía relativa a la memoria histórica».
http://www.lne.es/nalon/2015/03/18/monolitos-rinden-homenaje-cien-victimas/1728723.html
El Ejecutivo asturiano invita a Lakua al monolito del Pradón de los Vascos
Míriam Vázquez – Viernes, 13 de Marzo de 2015 –
Bilbao – La aprobación de la Ley de Memoria Histórica durante el mandato del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero abrió grandes expectativas que después se han visto matizadas por los hechos y por una implicación muy desigual de las comunidades autónomas a favor de la memoria de las víctimas del franquismo. Los familiares de los combatientes del bando republicano se han topado con dificultades administrativas en varios territorios sobre todo a la hora de pedir la exhumación de los restos en las fosas comunes, y algunos partidos han acusado en particular a las comunidades del PP de no poner demasiado empeño. A nivel estatal, el Gobierno de Mariano Rajoy no ha consignado un euro para las exhumaciones en los Presupuestos de los tres últimos años. Ya sea a través de exhumaciones o de reconocimientos públicos, los gobiernos socialistas de Asturias y Andalucía, y los ejecutivos catalán y vasco son los que hasta la fecha han desplegado más actuaciones en ese terreno. Dos de esos gobiernos, el de Lakua y el asturiano, tenían pendiente una reunión para compartir impresiones sobre sus políticas de memoria histórica, para aprender y ver qué actuaciones ha desarrollado cada uno. Esa reunión se produjo ayer aprovechando la visita de la directora de Víctimas y Derechos Humanos de Lakua, Monika Hernando, al monolito colocado en el Pradón de los Vascos en Asturias. La cita se produjo por invitación del Gobierno asturiano.
La relación entre ambos ejecutivos en materia de memoria histórica ya era fluida porque en esa zona se desarrollaron varios combates durante la Guerra Civil y tomaron parte en ellos cientos de gudaris. De hecho, el citado prado, situado en la localidad de Areces, alberga varias fosas donde están enterrados decenas de gudaris. Lucharon bajo el mando de Kandido Saseta en 1937 y siguen enterrados en esas fosas, si bien el Gobierno asturiano ha querido tener un gesto con esos combatientes colocando un monolito en euskera, castellano y asturiano en honor a los que “dieron su vida por la libertad y la democracia”.
Desde el Gobierno vasco explican a DEIA que el Principado ya ha tenido gestos similares en otras fosas. De hecho, en la reunión que mantuvieron ayer, el Gobierno asturiano explicó sus actuaciones más enfocadas a colocar monolitos identificativos, mientras el Gobierno vasco detalló su apoyo a las exhumaciones. El propio Saseta , cuyos restos fueron hallados en el prado, fue exhumado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y trasladado a Hondarribia.
Hernando estuvo acompañada durante su visita por el director de Justicia e Interior asturiano, José Villaverde, y la alcaldesa de la localidad, María Isabel Méndez. Expresó el compromiso de Lakua con una memoria histórica “basada en la justicia, la verdad, la reparación y garantías de no repetición”.
http://www.deia.com/2015/03/13/politica/euskadi/el-gobierno-vasco-visita-una-fosa-de-gudaris-en-asturias-y-comparte-planes-de-memoria
Este episodio de la lucha antifranquista tuvo lugar un 12 de marzo de 1965En el quincuagésimo aniversario del asalto a la Comisaría de Mieres Fue una etapa de un extraordinario protagonismo de la clase obrera de Mieres y la organización del Partido Comunista en la localidad.
Borja Menéndez. Secretario Político del PCA de Mieres 12/03/2015
Aquella huelga había dejado tras de sí un rastro de doscientos desterrados que solo retornarían a su tierra en 1964. Pero ese mismo año, y como consecuencia de los conflictos de los dos últimos culminados en la gran huelga de aquel, otros cuatrocientos cincuenta mineros serían despedidos por su participación en actividades reivindicativas.
Aquellos hombres, trabajadores reconocidos por su diligencia tanto por sus compañeros como por sus propios patronos, no solo eran privados de sus empleos sino también vetados para cualesquiera otros, dependiendo para su subsistencia de lo que, el mismo año del regreso de los desterrados, se denominaría Fondo Unitario de Solidaridad Obrera.
Ese fondo daba buena cuenta del nivel organizativo existente entre unos trabajadores inmersos ya desde la huelga de la gijonesa mina de La Camocha de 1957 en el proceso de constitución de unas Comisiones Obreras en que coincidían comunistas, cristianos de base y trabajadores de otras orientaciones ideológicas o ni tan siquiera alguna.
Recibidas las cartas de despido recién acabada la huelga de 1964, los trabajadores comienzan a recabar la información relativa a los represaliados en los diferentes centros de trabajo para, con ella, convocar una Asamblea General, celebrada en un prado del alto de Santo Emiliano, en que se elegiría una Comisión de Despedidos.
El 9 de marzo de 1965, la citada Asamblea General celebra una multitudinaria reunión en la Casa Sindical de Mieres en que participa la práctica totalidad de los despedidos y que, aprovechando la fortaleza del Partido Comunista de España en la localidad, decide convocar una gran manifestación en ella para el día 12 en demanda de sus reivindicaciones.
Al día siguiente, los trabajadores obtienen entre insultos y amenazas el compromiso por parte del delegado de la Organización Sindical Española en Mieres, Avelino Caballero, de que Noel Zapico, Presidente, entonces, de la Sección Social del Sindicato Provincial del Combustible, asistiría a la asamblea convocada en la Casa Sindical para las cinco de la tarde del 12 de marzo.
Ese mismo día, los miembros de la Comisión de Despedidos son detenidos, siendo conducidos, en primera instancia, a los sótanos del Ayuntamiento; para ser trasladados después a las dependencias de la Brigada Político-Social en Oviedo.
En las horas que median entre las asambleas de los días 9 y 12, el Partido Comunista y las Comisiones Obreras, por entonces ya en pleno proceso de consolidación, ponen en funcionamiento su maquinaria de movilización consiguiendo aunar a una auténtica masa de trabajadores que, en la mañana del día 12, abarrotarían los trenes y autobuses en dirección a Mieres.
Los bares y cafeterías de la villa rebosaban grupos de trabajadores bajo la consigna de haber acudido a Mieres a escuchar la intervención de Noel Zapico en la asamblea convocada para esa tarde en la Casa Sindical; pero, su verdadero propósito no era otro que el de realizar la manifestación previamente planificada.
La Fuerza Pública presente en la localidad se restringía a una treintena de miembros de la Policía Armada, los residentes en el cuartel de la Guardia Civil y los de la policía local, a cuyo frente se situó Claudio Sánchez Ramos, Jefe de la Brigada Político-Social en Asturias, llegado esa misma tarde desde Oviedo para la ocasión.
A la hora convenida, un jovencísimo Gerardo Iglesias es conducido en una motocicleta pilotada por José Celestino González, “Tino el del alto”, por las cafeterías y bares en que se distribuían los trabajadores venidos de diferentes partes del centro de Asturias para que fuera dando aquel la señal de dirigirse a la Casa Sindical.
Cuando la Policía Armada, que permanecía acuartelada desde primera hora de la tarde, detecta el movimiento, Claudio Sánchez Ramos ordena que sea este instituto armado el que acuda a la Casa Sindical, evitando una intervención de la Benemérita cuyo armamento militar podría haber acarreado un buen número de muertes.
En la plazoleta de la Casa Sindical se produce la primera detención en la persona de José Ramón Fernández, “Teverga”, al impedir este la de “Tino el del alto” propinando un empujón al Policía Armada que pretendía prenderlo, siendo trasladado inmediatamente por ello a la Comisaría del Cuerpo General de la Policía de Mieres.
La muchedumbre asalta la Casa Sindical, ocupa sus escaleras y salas y, desde sus ventanas, se improvisan entusiásticas arengas protagonizadas, en su inmensa mayoría, por mujeres que claman por los empleos de sus maridos, la necesaria solidaridad entre los trabajadores y el sustento de sus familias e hijos.
Conocida la detención de “Teverga”, la multitud decide dirigirse hacia la Comisaría para liberarlo. A su paso por la Escuela de Capataces, los manifestantes animan a los estudiantes, que proferían insultos contra la Policía Armada, a unirse a ellos; cargando por ello dicho cuerpo contra los que salían de la Escuela en ese momento con el propósito de hacerlo.
La manifestación continúa hacia la Comisaría coreando lemas como los que reclaman “pan pa’ los fíos de los despedíos” tratando algunos de sus componentes de asaltar a su paso el Ayuntamiento, sito ya en las proximidades de la Comisaría, donde encontrarían la resistencia del temido cabo Blanco, Jefe, por entonces, de la policía local.
El núcleo principal de los insurrectos llega, finalmente, a la Comisaría donde, junto con el detenido “Teverga”, tan solo aguardan tres policías que oyen aproximarse al gentío “como el enjambre que se acerca en el campo a uno”, según testimonio de uno de los cercados.
Estos solicitan telefónicamente directrices de la Brigada Político-Social de Oviedo, desde donde se les ordena no utilizar sus armas de fuego y saltar por las ventanas de la parte posterior del edificio, de ser ello necesario.
Desgraciadamente para ellos, dichas ventanas se encontraban ya entonces abarrotadas, por lo que la vía de escape que les sugerían sus mandos ovetenses resultaba impracticable.
Sin otra posibilidad que resistir, los policías cierran el portal que da acceso a la Comisaría, ubicada en un primer piso, y, cuando es este rebasado, uno de ellos enfrenta cuerpo a cuerpo a los manifestantes que, de uno en uno, suben por la estrecha escalera del edificio.
Poco después, llega a su rescate la sección de la Policía Armada comandada por el teniente Tomás y Claudio Sánchez Ramos quienes ordenan cargar para despejar el portal de la Comisaría y poder formar así una línea defensiva desde la que repeler a porrazos las cargas de los manifestantes.
Son de todos recordadas las escenas de gorras policiales lanzadas al aire por los golpes recibidos de los sublevados; así como, de zapatos femeninos arrojados a las ventanas a las que se asomaban los policías sitiados, junto con toda clase de piedras y palos.
Tras un cuarto de hora de duro combate, y gran número de contusionados y heridos, los manifestantes, ya hacia las ocho de la tarde, comienzan a replegarse, al tiempo que llegan los refuerzos policiales enviados desde Oviedo que baten con dureza a cuantas personas, sin distinción de condición, se encuentran en las proximidades de la Comisaría.
Tras dos horas de tumulto, el asalto a la Comisaría había fracasado, varios policías serían condecorados por su defensa numantina de las dependencias policiales y la represión alcanzaría a los muchos que acudieron a curarse a la Casa de Socorros, al ser identificados de tal modo como participantes en la algarada.
“Teverga” sería liberado a las cuatro de la madrugada siguiente observando estupefacto a su salida los restos de cristales rotos, palos, piedras, gorras y zapatos dejados por la batalla campal de la tarde previa dirigiéndose, a continuación, en un taxi a su domicilio en el vecino municipio de Langreo.
Y, sin embargo, no por ello dejó de haber algo de cierto en la impresión de algunos de los intervinientes en aquellos sucesos que, hechas jirones sus prendas y ensangrentados sus rostros, regresaron aquella tarde a sus casas satisfechos y creyendo haber derrotado al Régimen del General Franco en las apenas dos horas que duraron los disturbios.
Los despedidos de la huelga de 1964 aun habrían de esperar al encierro de 1967 en el “pozu Llames”, en la población mierense de Ablaña, para recuperar su derecho a trabajar. Y, hasta el Real Decreto Ley sobre Amnistía de 1976, ni harían lo propio con sus antiguos puestos en la minería; ni les serían restituidas sus cotizaciones sociales.
Pero, treinta años después de octubre de 1934, los trabajadores del campo antifranquista, hegemonizado entonces por el Partido Comunista, aunque integrado también por otros colectivos y grupos, volvían a “asaltar el poder local”. Apenas dos años después de ejecutado vilmente el camarada Julián Grimau, el terror represivo era, de algún modo, quebrantado para ya no volver a restablecerse del todo.
Aquel episodio, segundo hito del período que media entre la huelga de la primavera de 1962 y el encierro del “pozu Llames” de 1967, se inserta en otro más amplio que se remonta desde los estertores de la autarquía de los primeros dos decenios del Régimen franquista hasta la Transición Democrática; desde la Ley de Convenios Colectivos de 1958, hasta la Ley del Estatuto de los Trabajadores de 1980; desde el Plan de Estabilización de 1959, hasta los Pactos de la Moncloa de 1977.
Una etapa esa de profundísima transformación de las estructuras socio-económicas de nuestro país atravesadas por la maduración de un movimiento obrero dominado por un Partido Comunista que empezaba a recoger los frutos de la política “entrista” sugerida a Santiago Carrillo por “Stalin” en su entrevista de 1948 conforme a la experiencia del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia y puesto en práctica a partir de las elecciones sindicales de 1953.
Una etapa en que tanto la clase obrera de Mieres como la organización del Partido Comunista en la localidad tendrían un extraordinario protagonismo cuya huella oral se ha encargado de recoger y preservar, mediante un abundante número de entrevistas personales realizadas entre los años 2006 y 2015, el documentalista mierense Alberto Vázquez en su monumental obra “Poca Ropa” .
Una obra compuesta con el tesón y la oportunidad de quien de veras ama a los genuinos protagonistas de nuestra historia colectiva: las mujeres y hombres que con sus propias manos conquistaron los espacios de libertad en cuya grieta aun habitamos; el “pueblo laborioso” de Mieres y la entera España; las gentes combativas y corrientes de la mar, los huertos, minas, lares y talleres.
Tan solo cuando sus voces se apaguen para ya jamás alzarse, comprenderemos, quizá, hasta que punto valen más, desde un punto de vista político, ese puñado de testimonios espigados por Alberto que las mil componendas y bizantinismos de todos los Secretarios y responsables políticos que por esta tierra tan fecundada por el trabajo pululamos.
“El día 12 de marzo
y en Mieres se convocó
a las cinco de la tarde
una manifestación.
Son obreros y estudiantes
mujeres, niños y ancianos
que gritan todos a coro
sentimientos muy humanos.
[…]
Nunca en España se ha dado
pueblo de tanto heroísmo
desde que la historia trajo
la maldición del franquismo.
[…]
Asturias escribe así
nueva página en la historia
de este pueblo soberano
que a la tiranía odia.
Son las dos cuencas mineras,
la del Nalon y el Caudal,
paladines de esta lucha
que anuncia ya libertad.
Y, por eso, camaradas,
hemos de luchar unidos
para tener libertad
y derrotar al franquismo” .
Notas:
1. Para los interesados en el documental sobre la lucha antifranquista en Mieres “Poca Ropa” en que se recogen los testimonios sobre el “asalto a la Comisaría de Mieres” utilizados en la elaboración de este artículo: bertovg@hotmail.com
2. Fragmento del poema compuesto por “Ginio el quemau” y Encarna Álvarez en 1965 y conservado oralmente por esta última durante treinta y tres años.
Los recuerdos de una vida de Araceli Ruiz, una ‘niña de la guerra’ de 91 años
Se llama Araceli Ruiz y es una ‘niña de la guerra’. Esta asturiana está a punto de cumplir los 91 años, pero aún mantiene vivos y muy despiertos los recuerdos de toda una vida, que más que recuerdos ahora se convierten en lecciones de historia, ya que sus ojos vieron el horror de la Guerra Civil española, el exilio junto a otros niños a la Unión Soviética, el estallido de la Segunda Guerra Mundial y hasta la revolución cubana al lado del Che Guevara.
«Yo tenía trece años, era el año 37 y entonces ya sabéis que estaba la Guerra Civil, en Gijón teníamos un acorazado que bombardeaba todos los días y entonces todos países de Europa y parte de América Latina y Asia se ofrecieron voluntarios a admitir a niños españoles mientras durase la guerra», empieza a contar Araceli, dando los detalles de ese viaje hasta Rusia como si hubiese sido ayer y no hubiesen pasado cerca de ocho décadas.
Esta ‘niña de la guerra’ recuerda que la Unión Soviética se había comprometido a acoger entre 3.000 y 4.000 niños. «En Asturias hicieron una lista de los que querían mandar a sus hijos allá y unos 1.100 niños salieron», relata Araceli, que explica que entonces no sabían qué día exacto partiría el barco. «Mientras tanto estábamos concentrados en escuelas o quintas y llegó el 23 de septiembre, ya por la noche nos dijeron que salíamos ese día, Gijón estaba envuelto en la oscuridad total y los autobuses que nos llevaron al Musel, todos con las luces apagadas», cuenta.
En Leningrado el recibimiento fue apoteósico»
Allí iniciaba esa «aventura» forzosa que tenía como destino la ciudad rusa de Leningrado. «Cuando llegamos al puerto nos metieron en las bodegas, era un carguero y yo creo que los tripulantes eran chinos», apostilla Araceli Ruiz, que recuerda que pasó dos días sin comer en el trayecto hasta Saint- Nazaire, ya en Francia, donde harían transbordo a un transatlántico ruso y donde tuvieron muy buen recibimiento. Pero ese barco era pequeño para los más de mil niños españoles, junto a maestros y educadores, por lo que hicieron una nueva escala en Londres, donde les esperaba otro transatlántico «gemelo». «Partimos, uno llegó por la mañana y otro por la tarde, en Leningrado el recibimiento fue apoteósico», destaca.
«Mientras aquí éramos como hijos bastardos porque éramos de padres de izquierdas, aunque mi padre no era del partido simplemente de la UGT, pero éramos hijos de perdedores, de republicanos nos despreciaban y, sin embargo, allá nos recibieron con pancartas, como niños de la guerra del heroico pueblo español», añade Araceli, que reconoce que la vida allí fue dura pero que, recalca, «el hambre es muy inteligente». Así, en Leningrado había dos casas para los niños españoles y otras dos en las afueras, donde estaban los «párvulos» que aún no habían comenzado los estudios. «El límite de edades era entre cinco y trece años», puntualiza.
Pero llegarían tiempos peores. «Cuando empezó la Segunda Guerra Mundial fue la catástrofe», asegura Araceli, que cuenta que tras el estallido de la contienda les trasladaron al puerto de Odesa, en el mar Muerto, pero el mismo 22 de junio fue bombardeado e incendiado. Los niños fueron evacuados y, tras cruzar el mar Caspio y el desierto, llegaron a Samarkanda (Uzbekistán). Allí pasó toda la guerra hasta que, una vez finalizada, los niños españoles fueron concentrados en Moscú, «con una casa para jóvenes que no querían estudiar y otras para los que no querían seguir estudiando».
El Che lo tenía todo, y además era guapísimo
Así, Araceli Ruiz terminó primero el curso de peritaje, como técnico de construcción de puentes y carreteras. «Me llevaron entonces a trabajar a una ampliación de la autopista de Moscú a Minsk, que es la frontera con Polonia», recuerda.
Entonces terminó también sus estudios universitarios en la Facultad de Economía y dos años después, en 1959, estalló la revolución cubana y el ejército ruso decide ayudar a ese movimiento. «Necesitaban a gente que hablase español y ruso, porque ni los rusos hablaban español ni los cubanos ruso y allí nos llevaron a mi marido y a mí de traductores», declara Araceli, que bromea diciendo que siempre tuvo muy claro que se casaría con un español «aunque fuese malo y feo» porque con un ruso «era todo muy complicado».
En Cuba conoció a Raúl y Fidel Castro pero, sobre todo, fue muy importante su encuentro con el Che Guevara, con el que trabajó directamente. «Él era comandante pero también era médico, era un fuera de serie, inteligente, humano, caritativo, generoso, trabajador. Lo tenía todo y además era guapísimo como hombre», describe Araceli, que explica que el Che les preguntó a ella y a su hermana por su familia y por qué estaban separados de ella. Entonces, Araceli llevaba casi treinta años sin ver a sus padres y Guevara le animó a que los trajera a Cuba y él firmó «sin pensar y sin pedir autorización a nadie» el permiso que era necesario para que su padre y su madre pudieran conseguir el pasaje de Gijón a La Habana.
Ya se lo digo a mis hijas, cualquier día me escapo a Australia»
«Al cabo de un mes mis padres se presentan en Cuba, yo lloraba porque se me había olvidado cómo eran y estaba en el último mes para que naciera mi segunda niña, que nació en La Habana, y la primera en Moscú», relata con claridad, mientras recuerda que ese reencuentro se prolongó durante cuatro meses, sin que sus padres tuvieran que preocuparse por nada «porque nosotros vivíamos y ganábamos bien». Ese tiempo fue muy importante porque cuando regresó a España, en 1975, su padre ya había fallecido, pero aún pudo disfrutar de su madre, que vivió hasta los 97.
Una vida intensa y cargada de experiencias, marcadas por algunos de los episodios más importantes de la historia del siglo XX, y a la que sólo falta, según reconoce la propia Araceli, viajar a Australia. Después de haber estado en Ruanda, Angola, América Latina, Asia central y Europa sólo le falta un continente por pisar. «Ya les digo a mis hijas, cualquier día yo me escapo a Australia, aunque sólo sea para ver los canguros», bromea Araceli Ruiz.
http://www.asturias24.es/secciones/vivir/noticias/el-che-era-un-fuera-de-serie/1425485018
Desde distintos colectivos Antifacistas de Asturies queremos mostrar nuestra más absoluta
solidaridad y apoyo a los 8 compañeros internacionalistas y antifascistas detenidos. Para
nosotros/as es motivo de admiración la labor que nuestros compañeros han realizado en el
este de Ucrania.
Nuestros compañeros han sido detenidos bajo la ridícula acusación de “atentar contra los
intereses del reino”. Esta detención ordenada desde la Audiencia Nacional es la enésima
prueba de la inexistencia de la independencia judicial, servil a los intereses de la clase
dominante y que hace oídos sordos al envío de mercenarios españoles a los batallones
fascistas o el envío de dinero al gobierno golpista de Kiev.
El conflicto ucraniano es producto de la agudización de las contradicciones entre los polos
imperialistas de la UE y los EEUU por un lado, y Rusia por otro. En pro de sus intereses
económicos y el control de los recursos ucranianos, la Unión Europea y los EEUU no han
dudado en apoyar a grupos fascistas ucranianos. Bajo la etiqueta de los “Euromaidán”,
protagonistas del golpe de Estado en Ucrania en febrero de 2014, se escondía una coalición de
grupos fascistas como el partido “Svoboda” o el “PravySektor” (Sector Derecho), partidos que
revindican sin ningún pudor el pasado nazi o a figuras colaboracionistas fascistas como Stepán
Bandera. Entre sus acciones más llamativas se encuentran la matanza de la Casa de los
Sindicatos en Odessa, la persecución y asesinato de antifascistas, o la formación de bandas
paramilitares que actualmente participan en los combates que se desarrollan en el este del
país. El gobierno resultante de aquel golpe de estado no ha dudado en plegarse a las
exigencias del BCE y el FMI, y no ha titubeado a la hora de ilegalizar partidos políticos, detener
a miles de personas e incluso en bombardear a la población civil del este ucraniano.
Como resultado último de la resistencia antifascista las provincias de Lugansk y Donetsk se han
independizado de Ucrania. En la lucha por la autodeterminación ambas regiones se han unido
en el Estado Federal de Novorrossia continuando así el proceso de emancipación de la Ucrania
fascista que mantiene el asedio y bombardeo de éstas regiones. Por haber viajado y haberse
solidarizado con estas repúblicas, nuestros compañeros han sido detenidos y acusados de toda
una serie de delitos, en un vano intento del Estado español por amedrentarnos.
Po último, queremos denunciar la vergonzosa actitud de los principales medios de
comunicación del Estado español que sirven de comparsa a los intereses de la junta golpista de
Kiev. Sin miramientos, han tratado a nuestros compañeros de “terroristas prorrusos”
difundiendo la versión interesada y manipulada de las fuentes policiales que buscan
criminalizarlos.
Nosotros/as lo tenemos claro: El internacionalismo y la solidaridad no son un delito. Pese a su
represión no pensamos callarnos: seguiremos denunciando al gobierno fascista de Kiev y al
imperialismo; apoyando a la Ucrania antifascista y a la clase trabajadora ucraniana.
¡ABSOLUCIÓN PARA LOS 8 COMPAÑEROS ANTIFASCISTAS!
¡VIVA LA UCRANIA ANTIFASCISTA¡ ¡NO PASARÁN!
Comité Asturianu de Solidaridá cola Ucraína Antifacista
Nora Antifa
Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR)
Asamblea Antifacista d’Uvieu
Dende distintos coleutivos antifacistes d’Asturies queremos amosar la nuesa más absoluta
solidaridá y sofitu a los 8 compañeros internacionalistes y antifascistes deteníos. Pa nós ye
motivu d’almiración el llabor que los nuesos compañeros realizaron nel este d’Ucrania.
Los nuesos compañeros fueron deteníos so la risible acusación d’“atentar contra los intereses
del reinu”. Esta detención ordenada dende l’Audiencia Nacional ye la enésima prueba de la
inesistencia de la independencia xudicial, servil a los intereses de la clase dominante y que fai
oyíos sordos al unviu de mercenarios españoles a los batallones facistes o al unviu de dineru al
gobiernu golpista de Kiev.
El conflictu ucranianu ye productu de la agudización de les contradicciones ente los polos
imperialistes de la UE y los EEXX per un sitiu, y Rusia por otru. En pro de los sos intereses
económicos y el control de los recursos ucranianos, la Unión Europea y los EEXX nun duldaron
en sofitar a grupos facistes ucranianos. So la etiqueta de los “Euromaidán”, protagonistes del
golpe d’Estáu n’Ucrania en febreru de 2014, escondíase una coalición de grupos facistes como’l
partíu “Svoboda” o’l “PravySektor” (Sector Derechu), partíos que revindiquen ensin nengún
pudor el pasáu nazi o a figures collaboracionistes facistes como Stepán Bandera. Ente les sos
acciones más llamatives atópense la matanza de la Casa de los Sindicatos n’Odessa, la
persecución y asesinatu d’antifacistes, o la formación de bandes paramilitares qu’anguaño
participen nos combates que se desenvuelven nel este del país. El gobiernu resultante d’aquel
golpe d’estáu nun duldó en plegase a les esixencies del BCE y el FMI, y nun duldo a la hora de
illegalizar partíos políticos, detener a miles de persones ya inclusive en bombardear a la
población civil del este ucranianu.
Como resultancia última de la resistencia antifacista les provincies de Lugansk y Donetsk
independizáronse d’Ucrania. Na llucha pola autodeterminación dambes rexones xuniéronse
nel Estáu Federal de Novorrossia siguiendo asina’l procesu d’emancipación de la Ucraína
facista que caltien l’asediu y bombardéu d’éstes rexones. Por viaxar y solidarizase con estes
repúbliques, los nuesos compañeros fueron deteníos y acusaos de toa una serie de delitos, nun
baldíu intentu del Estáu español por amedrentanos.
Por últimu, queremos denunciar la vergonzosa actitú de los principales medios de
comunicación del Estáu español que sirven de comparsa a los intereses de la xunta golpista de
Kiev. Ensin miramientos, trataron a los nuesos compañeros de “terroristes prorrusos”
espublizando la versión interesao y manipoliao de les fontes policiales que busquen
criminalizalos.
Nós/as tener claro: L’internacionalismu y la solidaridá nun son un delitu. Magar el so represión
nun pensamos callanos: vamos siguir denunciando al gobiernu facista de Kiev y al
imperialismu; sofitando a la Ucrania antifacista y a la clase trabayadora ucraniana.
¡ABSOLUCIÓN PA LOS 8 COMPAÑEROS ANTIFACISTES!
¡PUXA LA UCRAÍNA ANTIFACISTA¡ ¡NUN PASARÁN!
Comité Asturianu de Solidaridá cola Ucraína Antifacista
Nora Antifa
Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR)
Asamblea Antifacista d’Uvieu