Gerardo Iglesias: «La transición española sólo fue modélica en su impunidad»

Gerardo Iglesias: «La transición española sólo fue modélica en su impunidad»
El ex secretario del PCE exige que se reparen «los daños de la dictadura» por «el futuro de la democracia» en la presentación de su libro sobre «los fugaos»
Ch. NEIRA
«Por qué estorba la memoria», que lleva por subtítulo «Represión y guerrilla en Asturias, 1937-1952» y que es el primer libro del que fue secretario general del PCE, Gerardo Iglesias, no plantea preguntas sino más bien respuestas en su portada. Ese «Por qué» no interroga, da paso a los motivos por los que la memoria estorba. Lo explicó ayer, sin tapujos y a las claras, su autor en un Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA hasta la bandera. El trabajo de investigación de Gerardo Iglesias sobre los guerrilleros asturianos, «los fugaos», sirve en especial, y ayer el autor puso ahí el acento, en exigir «que se reparen los daños» cometidos «por la dictadura, por el Estado fascista», y que se haga «por el bien de nuestra democracia». Las leyes de amnistía de 1977 «mal entendidas» como leyes de punto final son, resumió, «el problema político de fondo». «Más de treinta años de democracia después los crímenes de la dictadura permanecen impunes y en el olvido», protestó. Por eso, concluyó Iglesias, «la idea de la transición española como una transición modélica es un sarcasmo, porque sólo fue modélica en impunidad».
En la actualidad, denunció Iglesias, «todavía hay miedo a hablar», cosa que no hubiera pasado, razonó, «si se hubieran esclarecido los hechos». Así, el autor de «Por qué estorba la memoria» negó la idea de que uno y otro bando, víctimas y verdugos, vencedores y vencidos, renunciaron a partes iguales en la Transición. «De una parte», aseguró, «renunciaron a no seguir gobernando a tiros; de la otra, renunciamos a la bandera republicana, aceptamos la monarquía y a silenciar a nuestros muertos frente a las otras víctimas, a las que Franco ya se encargó de rendir honores». «Qué Estado es éste», se preguntó alarmado a modo de cierre, «que no fue capaz de deshacer lo que hizo el Estado fascista». Gente como «los fugaos» a los que él ha dedicado el libro, añadió, «merecen algo de justicia y algo de reparación, porque lucharon por defender, primero, y restablecer, después, un régimen legalmente constituido frente a uno fascista».




