Es uno de los hitos de la represión en Avilés. Desde 1937 fue utilizado como cuartel de la brigada de investigación y vigilancia y prisión preventiva. Si los presos son dirigentes o han tenido cargos en el Ejército se derivan al Juzgado militar, mientras que los militantes de base son torturados y posteriormente fusilados.
La Carriona, más que un cementerio
El cementerio de La Carriona fue utilizado como lugar de enterramiento y de fusilamiento durante los años de la represión. La Cruz Roja recogió en los primeros meses cadáveres de personas que fueron fusiladas en otros lugares, como Salinas y las canteras de Adolfo, en el entorno de la ría avilesina.
El Pinar de Salinas: la primera fosa
Según este informe el Pinar de Salinas fue uno de los primeros lugares utilizados, y eso se debe a su extensión, su proximidad a Avilés y las condiciones del terreno. Las primeras víctimas, algunas de ellas mutiladas, no fueron enterradas, sino que se dejaron en terrenos próximos al instituto para aterrorizar a la población.
Verdicio y Peñas, costa de muerte
En Verdicio había varias fosas, según las fuentes orales: una en la zona de la actual urbanización y otra en una de las playas, donde fueron fusiladas dos decenas de personas pertenecientes a un turno de la Fábrica de Ácidos. Peñas también fue utilizado como lugar de fusilamiento y asesinato.
Dos investigadores concluyen un informe sobre la represión, que incluye una lista de víctimas y pide una comisión para la recuperación de la memoria
E. CAMPO Crisanto, Aquilino, María de la Cruz… Desaparecidos, fusilados, muertos en prisión. Las lágrimas por muchas de estas víctimas de la represión posterior a la Guerra Civil siguen ardientes, como las balas que atravesaron la vida de tantos avilesinos. El 21 de octubre de 1937 las tropas franquistas ocuparon la comarca. Comentó entonces un nuevo episodio, el de la represión, que tuvo consecuencias terribles para muchos de los habitantes. Los investigadores Pablo Martínez Corral y Azucena López García acaban de ultimar, sobre este episodio sangriento de la Historia, un informe que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Avilés. Una de las conclusiones de este estudio es que sería conveniente poner en marcha una comisión técnica para la recuperación de la memoria en Avilés.
El secuestro y asesinato de militantes de izquierdas y adeptos al Gobierno republicano, que se manifiesta de forma especial en los primeros momentos de la ocupación, es seguido después por juicios sumarísimos de urgencia y condenas ejemplarizantes, batallones de trabajo, multas, depuraciones y castigos de escarmiento. Más de 700 personas que habían tenido una actividad destacada fueron juzgadas por el procedimiento de juicios sumarísimos, y más de 300 avilesinos fueron condenados a muerte. Otros 400 afines al Frente Popular, fueron fusilados. El estudio incluye una lista de desaparecidos, fusilados por juicio y muertos en prisión. Se puede consultar en http://memoria37.blogspot.com/
Este informe sobre la represión de Avilés bebe no sólo de la documentación de las autoridades franquistas, que es muy escasa, sino también de testimonios, del Registro Civil, del Archivo Militar de Ferrol y en otros documentos de la época. Los protagonistas de la represión, cuentan, son tanto las fuerzas del orden público -Guardia Civil y los restos de la Policía Municipal-, la Brigada de Investigación y Vigilancia -que es el cuerpo encargado de detener e interrogar a los militantes de izquierdas-, Falange -que en Avilés cuenta con un cuerpo de investigación- y la Comandancia Militar VIII Región. «El método empleado supone la detención ilegal de una persona, el interrogatorio con tortura y, finalmente, el fusilamiento en lugares apartados», cuentan Martínez Corral y López García.
Lo habitual es que Orden Público, compuesto por la Brigada de Investigación y Vigilancia, señalara a las personas que había que detener, trabajo del que se encargaban miembros de la Guardia Civil y falangistas. «Éstos se presentaban en el domicilio de la víctima o en el lugar de trabajo, y también realizaban batidas por los montes de la comarca. Las personas detenidas eran llevadas a las prisiones preventivas, denominación que los propios sublevados dan a los centros de interrogatorio». La prisión central de este entramado era la Quinta de Pedregal, pero también se usaban los cuarteles de La Peral y Villalegre, y las sedes de Falange.
Las fosas representan el último paso del proceso de represión, que los autores del informe no dudan en calificar de cruel, inhumano e ilegal: Quienes «ejercieron los asesinatos no tenían ninguna legitimidad política para proceder a la detención de las personas asesinadas(…) La tortura y el asesinato fueron aplicados sistemáticamente con total impunidad ante una población indefensa, y el drama fue mucho más doloroso al negar el derecho de los familiares a recuperar los cuerpos de las personas asesinadas».
Las fosas, cementerios anónimos donde se amontonan sin orden los restos de los fusilados, tienen en la comarca avilesina varios enclaves de negro recuerdo: el pinar de Salinas, La Lloba, el cementerio de La Carriona, el Molín de Xilu en Las Regueras, Verdicio, Faro Peñas y los alrededores del Estrellín-Palomo.
Algunas, como la fosa de La Lloba, comenzaron teniendo un uso muy diferente: se excavó en verano de 1937 para frenar un posible ataque rebelde desde Pravia. Los testimonios de vecinos de Santiago del Monte y de familiares de desaparecidos indican la posibilidad de numerosos cadáveres. En el informe consta el hecho de que en 2003 la Asociación de la Memoria Histórica Asturiana promovió la conservación de la fosa y logró preservarla de las obras de la autovía.
La comisión que proponen Pablo Martínez Corral y Azucena López García tendría como objetivos identificar y señalizar las fosas, así como realizar el asesoramiento legal y técnico para una posible apertura. También debería trabajar por la dignificación de las víctimas. A este respecto proponen la «eliminación de los símbolos de la dictadura y anulación pública de expedientes y condenas de los represaliados». Y, por último, atender a víctimas y familiares. Porque hay quienes aún lloran.
El Juzgado de lo civil celebra la vista sobre «Todoslosnombres»
Dos grupos pugnan por el control de la asociación de memoria histórica
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M. C. El Juzgado de primera instancia número cuatro de Gijón celebra hoy, a las 11 de la mañana, una vista en torno a quién está legitimado para controlar la asociación de la memoria histórica «Todoslosnombres de Asturias», que se disputan los dos grupos en los que acabó rota la asociación el año pasado por discrepancias en la gestión económica.
La asociación se rompió en 2009 después de que dimitiera el entonces presidente, Luis Miguel Cuervo, y la secretaria del colectivo, Carmen Suárez Nieto. El tesorero, José Antonio Landera, optó por constituir una nueva directiva que pasó a presidir. El asunto no convenció a la mayoría de los socios, que convocaron una asamblea en la que el 70 por ciento de los afiliados de Todoslosnombres decidió elegir una nueva comisión ejecutiva: repusieron en el cargo de presidente a Luis Miguel Cuervo y nombraron secretario a Nicasio Montes Estrada, y tesorero a Carlos Rojo Pérez. El conflicto acabó en los tribunales por múltiples vías. El juicio de esta mañana ha sido promovido por el sector de Landera, que cuestiona la validez de la asamblea que apoyó a Cuervo como presidente.
No es el primer juicio. Hace unos meses, Landera también intentó que los Juzgados de lo civil obligasen al otro sector a dejar de usar el nombre de la asociación. El juez lo desestimó, pero tampoco dijo que el sector de Landera dejara de usar ese nombre.
Están pendientes de resolverse otras dos demandas civiles y ya se ha archivado una penal, por supuestas injurias denunciadas por Landera en relación a un comentario en un blog de internet. Ahora Landera ha traspasado este último conflicto a la vía civil.
El sector encabezado por Cuervo sólo ha interpuesto una demanda, para recuperar los archivos, ordenadores y otro material de la asociación. El resultado de este pleito dependerá del de hoy.
Entre el público se encontraba un grupo de representantes de IU Asturias y varios afiliados. Foto:R.B.
La alcaldesa de Gijón, Paz F. Felgueroso, acudió a la inauguración en el Centro de Cultura Antiguo Foto:R.B.
REGINA BUITRAGO
Conmemorando el setenta aniversario de la llegada de los refugiados españoles de la Guerra Civil a la República Dominicana, se han iniciado una serie de actos organizados por este Gobierno dominicano, la Consejería de Bienestar Social y Vivienda del Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Gijón, y la Fundación Izquierda d´ Asturies.
En 1976 tuvo lugar el episodio seguramente más pintoresco de la discontinua trayectoria de las publicaciones en esta época: la aparición de un «Avance» propiciado por el PSP
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La prensa socialista
Sobre la prensa socialista en Asturias he dado algunas noticias dispersas en anteriores artículos de esta serie. Sobre este aspecto de la oposición antifranquista existen dos libros muy notables, el completísimo «La prensa clandestina en Asturias», de Gabriel Santullano, compuesto con la precisión, el rigor y el conocimiento que son habituales en su autor (capaz de demorarse una semana a la busca de un dato en apariencia insignificante, de parecida manera a Flaubert, que podía estar dos o tres días buscando el adjetivo preciso) y «La prensa sindical y política asturiana en la transición» (1975-1982)», de Carlos Gordon, publicado por la Fundación Juan Muñiz Zapico y KRK. No obstante, el material es muy extenso y en ocasiones poco conocido, totalmente desconocido o inencontrable. Por ejemplo, los panfletos que componía Jesús Zapico en su piso de la calle Fernando Vela de Oviedo con una vieja máquina de escribir y papel carbón. Metía cinco o seis folios en la máquina y se ponía a largar contra el régimen y en favor del socialismo y de la libertad cuanto se le antojaba. Naturalmente, los dos o tres últimos folios resultaban ilegibles, y el último ilegible del todo. Luego Jesús cosía las copias con una grapa y las distribuía o las dejaba en los mostradores de los bares, sin que le importara poco ni mucho la vecindad del cuartel de la Guardia Civil.
¿Cuántos panfletos de cuatro o cinco folios habrá escrito Jesús Zapico en los años a caballo entre los estertores del viejo régimen y los vagidos del nuevo? Ni él se acuerda. En aquellos panfletos, por llamarlos de algún modo, no sólo había doctrina, sino noticias de cómo iban las cosas, de manera especial por la cuenca del Nalón, por lo que, aunque de manera muy primaria, podemos considerarlos como unos sustitutos de la prensa libre. Así se estuvo expresando Zapico hasta que la política fue a buscarle a su casa; él se encerró y encastilló dentro de ella amenazando con prender fuego a los colchones y exigiendo como condición indispensable para entregarse que fuera a buscarle el juez en persona. Cuando al fin el juez estuvo a la puerta de su casa, Zapico le dijo, entregándole la máquina de escribir:
-Ya que se trata del cuerpo del delito, la máquina debe custodiarla el señor juez.
Y sin más trámites, salió Zapico en dirección a la Comisaría, escoltado por dos policías vestidos de paisano y el juez detrás, llevando la máquina de escribir.
Sobre la prensa clandestina debiera escribir el artículo definitivo, porque será «científico», mi querido y viejo amigo Girón Garrote; aunque de lo que verdaderamente sabe Girón es de lo que nosotros llamábamos el «Avance del PSP», asunto en el que no sale muy bien parado.
A comienzos del otoño de 1976 empezaron a llegar a Asturias sin disimulos diferentes personalidades socialistas que regresaban del exilio, bien para quedarse, bien en simples viajes de observación. Tengo anotado que el 30 de septiembre de 1976 cenamos en la «pizzeria» de la plaza de Riego el poderoso letrado José María Fernández y don Agustín Tomé con Avelino Cadavieco, que traía como invitados a Puri Tomás, la hija de Belarmino Tomás, y a Rafael Fernández, que en aquella ocasión se mostró silencioso, casi tímido. Pocos días después, el veterano político sustituía a Suso Sanjurjo, que marchaba a hacer la «mili», como secretario político del comité regional del PSOE (entonces no se decía Federación Socialista ni cosas por el estilo), con motivo de lo cual se dio una cena en el Niza el 3 de octubre que ya he referido, y cuyo menú se componía de sopa de pescado, carne asada con puré de patatas y helado.
Con esto se daba un paso más, y muy importante, en la normalización del PSOE, pero al día siguiente, 4 de octubre, lunes, el terrorismo volvía a ponernos en vilo. Ese día, a las dos y media de la tarde, fue ametrallado en San Sebastián el presidente de la Diputación de Guipúzcoa y consejero del Reino, Araluce Villar, que murió en el acto, lo mismo que los dos policías de escolta. El personaje era de tanto peso político (entonces el Consejo de Estado tenía mucho más prestigio que ahora, que se reduce a una institución más bien folclórica, a juzgar por algunos de sus miembros), que aquella misma tarde se reunió el Consejo de Ministros con carácter extraordinario. Por la noche se anunció la muerte del chófer. Al día siguiente, el Gobierno hizo público un comunicado en el que afirmaba haber encajado el golpe «con serenidad».
Coincidiendo con estas jornadas dramáticas tuvo lugar el episodio seguramente más pintoresco de la discontinua trayectoria de la prensa socialista en esta época: la aparición de un «Avance» propiciado por el PSP, escrito a medias en castellano y a medias en esa jerga que por entonces se llamaba «bable unificado» y de la que los secuaces del Viejo Profesor se mostraban entusiastas o al menos defensores por aquello del «hecho diferencial», en tanto que en el partido socialista obrero en general se seguía la razonable recomendación de Emilio Barbón de no hacer pasquines en esa «llingua» porque costaría mayor trabajo redactarlos y llegarían a mucho menos público. La última página de aquel «Avance» estaba ocupada por un artículo del veterano socialista exiliado Alberto Fernández, en la que pedía la unidad de los socialistas.
Este «Avance» procedía del que Alberto Fernández, socialista de la tendencia de Negrín y muy próximo a Julio Álvarez del Vayo, mantenía en París. Alberto Fernández era el propietario de esa cabecera, según parece, aunque en Asturias también se tiraban «Avance» y «Adelante», órgano de UGT, que tenían como redacción improvisada la cabaña de Adenso, en Peñamayor; muy cerca del terrorífico Pozo Funeres. Allí se almacenaban los periódicos hasta su distribución por el Valle. Paulino García se encargaba de la confección de «Avance», desde escribirlo en casi su totalidad hasta multicopiarlo y graparlo, mientras que la continuidad de «Adelante» corría a cargo de Emilio Barbón.
Con motivo de la aparición del «Avance» del PSP, Vigil, Manuel Mondelo y yo fuimos a las redacciones de «La Voz de Asturias» y La Nueva España para mostrar los números de «Avance» que el PSOE llevaba tirados, propiedad de Mondelo.
El día 6 de octubre estaba yo en el restaurante Niza con Ludi García Arias y Marcelo García cuando entró Girón Garrote acompañado de un señor de unos sesenta y tantos años, con muy buena planta, vestido de gris y el pelo peinado hacia atrás. Se apresuró a presentárnoslo como Alberto Fernández, el legendario «Eliseo», que había sido uno de los primeros luchadores de la resistencia francesa contra los nazis, asunto sobre el que escribió un libro muy informativo e importante, «Españoles en la Resistencia», aunque de prosa tosca. Era hermano de José M.ª Fernández Pajares, buen amigo mío, que me había dado clases de Semántica en la Universidad, y autor de una obra teatral sobre Blancanieves y el príncipe, que se estrenó en el teatro Benavente de mi pueblo y en la que yo, siendo un niño de 9 o 10 años, intervine por única vez en mi vida como actor, interpretando a un trovador junto con Julio Gavito, yo como extra sin frase y Julio con frase, ya que decía al príncipe: «Señor, aquí estamos los trovadores».
Yo tenía ganas de conocer a Alberto Fernández, porque la Resistencia francesa, por influencia de Paco Fierro, me interesaba mucho: unos hombres en las montañas y en los matorrales (de ahí viene el nombre de «maquis»: monte bajo) daban jaque a un ejército, y ahora lo tenía en mi presencia y en persona. Se conoce que Girón Garrote pretendía mostrarle el santuario del socialismo en Oviedo, y ahí se pasó, porque aunque Girón y Masip, que también había participado en la maniobra, tenían muy callada su presencia en Asturias, Ludi, Marcelo y yo nos quedamos a comer con ellos.
Seguro que en aquel momento Girón hubiera preferido que la tierra le tragara. Ludi hablando rápidamente y Marcelo con la cachaza que le caracterizaba, le explicaron a Alberto que ni el PSP ni la DSA querían integrarse en el PSOE por considerarlo partido centralista y a causa de la «o» de obrero. Se conoce que estas cosas no se las había explicado Girón Garrote, seguramente por considerarlas poco «científicas».
De manera que le decía Ludi, pidiendo la unidad de los socialistas desde un periódico que no tenía que ver con el PSOE, no se contribuía ni mucho menos a la unidad de los socialistas que él predicaba y deseaba. El veterano periodista escuchaba con atención y comía con apetito. Nos contó también que había tenido un accidente cardiaco del que estaba recuperado y se sentía muy bien. Al final nos confesó que había aprendido más en aquella comida que en todos los días que llevaba de estancia en Asturias.
La Asociación de familiares y amigos de la fosa común de Oviedo inaugurará un monolito en homenaje a las víctimas de la represión franquista con motivo del Día de la República, el próximo 14 de abril.
El colectivo acordó ayer, durante la celebración de la asamblea general extraordinaria, la colocación del monolito. El evento tendrá lugar el citado día a las 17.00 de la tarde, manifestó el presidente de la asociación, Celestino Martínez.
El monolito «será diferente, de piedra roja volcánica, y tendrá más de dos metros de altura por 1,5 metros de ancho», explicó Martínez. Se colocará en el mismo lugar en que se cometieron las ejecuciones, en el exterior del cementerio. Y llevará la leyenda Aquí fueron fusiladas más de 1.500 personas, hombres y mujeres, durante la represión franquista, entre 1937 y 1952 .
El colectivo pide a la población que participe en el acto. «Ese día tiene carácter emotivo a la vez que de celebración para la asociación», indica. «Será el homenaje que nuestros mejores se merecen porque les arrebataron sus vidas en su lucha por la libertad, y por un país mejor para todos nosotros», añade.
La colocación del monolito se suma a otras actuaciones llevadas a cabo por la asociación, como la instalación, en los muros que cierran la fosa, de «42 placas serigrafiadas de casi dos metros de alto por más de uno de ancho». De esta manera, el colectivo. Fue en 2001, cuando también pusieron un encabezamiento en el frontal de la fosa con varias frases de homenaje.
La pugna por el control de una asociación de la memoria histórica acaba en el Juzgado
Desavenencias en la gestión económica de la entidad provocaron la ruptura de «Todoslosnombres» en 2009
La pugna por el control de una asociación de la memoria histórica acaba en el Juzgado
La exposición itinerante inaugurada en Gijón fue el detonante
M. CASTRO Las dos personas que han ocupado la presidencia de la asociación de recuperación de la memoria histórica «Todoslosnombres de Asturias», se verán las caras el próximo miércoles en el Juzgado de primera instancia número 4 de Gijón. En juego está el control de una asociación que se rompió hace un año. La entidad nació para indagar sobre las víctimas de la represión franquista en Asturias, labor para la que ha contado con subvenciones públicas. Las dos cabezas visibles del conflicto son dos investigadores de la represión en Asturias; Luis Miguel Cuervo (militante de CC OO con buenas relaciones con IU y la FSA) y José Antonio Landera (perteneciente a una asociación de guardias civiles ligada a UGT).