Torturadores que dejaron una huella de sangre en Asturias

20/01/2014 por

Torturadores que dejaron una huella de sangre en Asturias

Luchadores contra el franquismo como Gerardo Iglesias o Antonio Masip rememoran a los represores de los últimos años de la Dictadura // Entre ellos destaca el infame Pascual Honrado, que trabajó para el siniestro comisario Claudio Ramos, de la Brigada Político Social // Algunos de ellos fueron promocionados tras la llegada de la Democracia y mantuvieron sus empleos e incluso fueron ascendidos
Claudio Ramos. Claudio Ramos.
Lunes20 de enero de 2014
Fernando Romero

Ser obrero o estudiante con ideas propias en los últimos años de la dictadura franquista tenía un coste. Apoyar unos panfletos, participar en una huelga ilegal, formar parte de un partido, grupo autónomo o de un sindicato clandestino, o simplemente ser amigo o familiar de algún enemigo del Régimen, podía ser motivo suficiente para acabar en la comisaría en manos de la temible Brigada Político Social, la policía política del caudillo, una especie de Gestapo a la española.

Y cuando uno era detenido por la “brigada”, como se la conocía “familiarmente” podría o no ingresar en la cárcel, pero lo que tenía garantizado seguro era una paliza, unas cuantas patadas y todo tipo de vejaciones.

Durante los años setenta del siglo XX salió a la luz un siniestro nombre: Luis Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño. Pero en cada pueblo y ciudad, comunistas, anarquistas, socialistas, cristianos o simplemente demócratas antifascistas tenían cerca un personaje similar, alguien que como Billy el Niño, poseía una acentuada personalidad sádica que encajaba perfectamente en los objetivos de la Brigada, que eran los del sistema represivo de Franco. Billy pasó por Asturias en los años 1974 y 1975, cuando el régimen del general agonizaba. Se cuenta que llegó a sacar una pistola en una manifestación en Oviedo.

En Asturias el autor intelectual de las torturas a los detenidos era el famoso comisario Claudio Ramos Tejedor. Pero él, hombre inteligente, no se manchaba las manos, para eso tenía a sus “cachorros” bien dirigidos por uno de los agentes “más bestias” del Régimen, en palabras de Gerardo Iglesias que lo sufrió en su propia carne: Pascual Honrado de las Fuente.

Pero nombres y motes de personajes ávidos de pegar palizas a aquellos que coquetearan con el antifranquismo había uno en cada pueblo. Y especialmente en Asturias, donde Franco se cebó en la represión, estaban algunos de los más crueles. Muchos de ellos ya venían de los años más duros de la década de los cuarenta, y siguieron torturando hasta su jubilación o impartiendo sus enseñanzas a los más jóvenes.

En 1975 se registró un llamativo aumento de las torturas, recuerda Antonio Masip

Ramos y Lafuente en Oviedo, Recaredo en Gijón, el cabo Pérez en Langreo (éste, de la también temida brigadilla de la Guardia Civil) junto a sus leales Amarillo y Canario, el cabo Carlos, El Sevilla en Mieres o Garrido. También había agentes que hacían el papel de “poli bueno”, como un tal José Luis que aparecía después de las palizas, agarraba con ternura a la víctima por el hombro y le daba consejos paternos. En el ámbito universitario sonaban los nombres de los secretas Severino, Sandoval, Delgado y Eloy.

Los decanos del sistema represivo asturiano eran, según las fuentes consultadas, Buznego (Langreo), Sergio y Herminio de El Casar (Mieres), Gerardo y Agustín Argüelles (Los Pimpanos de la zona del Caudal), Gorgonio y el falangista Pachu Nadal, de Sama, entre otros muchos que el paso del tiempo ha ido desdibujando para satisfacción de muchos de ellos, que aún viven.

Según relata Antonio Masip, abogado de 27 de estas víctimas del franquismo, las torturas más duras ya habían remitido en los finales años de la Dictadura y entre 1973 y 1974 apenas se recogieron denuncias “pero curiosamente, en el año 1975, el último de Franco, detectamos un llamativo aumento de torturas, seguramente por el nerviosismo de muchos de los responsables policiales”. 1975 fue un año fatídico para los que albergaban la esperanza del cambio de régimen. Los decanos de la tortura habían impartido su “sabiduría” a un grupo de “cachorros”, los más jóvenes, que luego pasarían como si nada a ejercer sus labores dentro de la policía democrática. Allí estaban Valverde, Balbuena, Fernando Caro Leiva, el cabo Blanco, Arce… nombres cuya sola mención todavía traen terribles recuerdos a muchas familias.
15 días sin dormir

José Fariñas, profesor de Economía retirado de la Universidad de Oviedo y militante comunista vivió en su propia carne las torturas del franquismo agonizante. Fue detenido en Barcelona e interrogado por la Brigada sobre el paradero de dirigentes comunistas del momento. Recuerda bien el cuartel de la Vía Layetana. Luego fue enviado a la cárcel de Oviedo y tuvo el valor de denunciar sus torturas. Cuando llegó el comandante médico para examinarle habían pasado muchos días y las huellas eran ya difusas. “Me pegaron bien y a consecuencia de los dolores de las palizas estuve 15 días sin dormir y no paraba de sangrar. Lo hacían sobre todo en la barriga y en los testículos”, relata este luchador antifranquista, que pasó dos años y nueve meses en la cárcel por defender sus ideas políticas. Cuando llegó la Ley de Amnistía pudo salir pero nadie atendió su reclamación por torturas. En la cárcel de Oviedo conoció a mucha gente a la que, como él, habían torturado ya que “era una práctica habitual, una salvajada”.

Como su caso hay muchos. Denuncias de torturas sobre las que la Transición echó tierra encima. Unos años antes, tras la huelga de 1962 en la minería de Asturias, personas de toda condición e ideología, por el simple hecho de ser familia de mineros díscolos conocieron de cerca las torturas, como es el caso de Anita Sirgo La Perruca , de Lada o su amiga Tina, ya fallecida, a las que les raparon el pelo para escarnio público “por rojas”. Las llevaban al monte, las desnudaban y apaleaban y las dejaban allí medio muertas junto a otros represaliados como José el Gallego, Pepe Lada o Celso el de la Camocha.

Explica Antón Saavedra que, de las cuencas, el más sanguinario de todos era el cabo Pérez, agente que trabajaba a conciencia con el apoyo y la protección de Claudio Ramos y que “disfrutaba” dando palizas a los detenidos.
Borrar el pasado

Es una investigación que sigue pendiente, porque muchos de estos torturadores borraron su pasado con la Democracia y siguieron gozando de la confianza de los nuevos representantes políticos. Está aún cercano el caso de Julio Obregón, destacado torturador de la Brigada Político Social. Este inspector fue promovido por Vicente Álvarez Areces (PSOE) en su segunda legislatura para dirigir la recién creada policía autonómica. Vicente Bernaldo de Quirós, periodista y que conoció personalmente las palizas de Obregón en su época de estudiante, explica que este individuo, después de haber estado con Claudio Ramos hizo un lavado de imagen en la Transición e incluso se afilió a un sindicato policial afín a la UGT “para crear una imagen de progre”. No llegó al puesto para el que le quería Areces porque se creó tal escándalo (tras una campaña de IU) que dimitió durante su comparecencia en la Junta.

Por eso, dice Gerardo Iglesias, es importante que tome cuerpo la investigación de las responsabilidades de la represión franquista “no por revancha sino por justicia, porque sobre todo esto se echó un velo durante la Transición y hay mucha gente aún en las cunetas y en fosas o que fue torturada y es una asignatura pendiente que hay que resolver tarde o temprano”.

Gerardo Iglesias, exsecretario general del PCE y fundador de IU, sabe bien de lo que habla, porque recibió muchas palizas de la Brigada Político Social. Por ello cree que investigar los crímenes de la Dictadura “independientemente de que vivan o no los culpables, es un deber por espíritu de Justicia y para reparar la memoria de las víctimas”.

Te tiraban al suelo y te daban puñetazos en el hígado, recuerda Gerardo Iglesias

Iglesias comienza relatando que en Asturias, al frente de todas las torturas de los últimos años del franquismo estaba el comisario Claudio Ramos Tejedor “un auténtico bandido que conocí en las numerosas ocasiones que pasé por comisaría” pero enseguida matiza que “el más bestia de todos era Pascual Honrado de la Fuente” que era su segundo (fue inspector de tercera y luego de segunda). “Era un especialista. Te tiraba al suelo y te daba puñetazos en el hígado”. Muchos de ellos, explica, siguieron luego con la democracia y recuerda que “un tal Palacios, que había sido torturador, fue llamado por Felipe González como jefe de la policía a la Moncloa, una total desfachatez”. El propio Ramos llegó a ser jefe de la policía en Canarias hasta que falleció. También Garrido, que fue de la Brigada de Ramos, fue promovido a jefe de la policía en Madrid aunque hubo protestas y finalmente fue destituido.

En el caso de Pascual Honrado de la Fuente, “un día me dijo que cuando muriera Franco ellos no iban a perder nada porque eran funcionarios”. De hecho, según pudo investigar Asturias24, en 1977, según recoge el Boletín Oficial del Estado, fue ascendido a mando de la policía tras sacar la segunda mejor nota de su promoción. Previamente, en 1967 y en 1969, Pascual Honrado de la Fuente recibió sendas cruces del Mérito Policial. Y es que, como explica Iglesias “consideraban normal un empleo que consistía en torturar o en pegar un tiro en la nuca”

Habla también del “poli bueno” un tal José Luis: “Tengo la imagen clara de él. Tendría unos 40 años, pelo blanco y ojos saltones”. Y luego estaban los cachorros, Valverde y otros. Muchos fueron luego polis tras morir Franco y te dirán que son muy demócratas”. En el caso de Balbuena, explica Iglesias “era un ser de bigote, estatura mediana y tirando a bajo. Este todavía vive y lo recuerdo porque pasé por sus manos”.
Los cachorros de la Político-social

Las torturas de los últimos años del franquismo consistían fundamentalmente en palizas. Ya no se utilizaban los métodos de la represión de la posguerra como las descargas eléctricas o dejarte colgado de los brazos durante horas. “Te rodeaban una serie de gente y los cachorros te empezaban a interrogar y a una señal atacaban como bestias con puñetazos y patadas”, relata Iglesias.

Otra figura importante de la Brigada era Fernando Caro Leiva, uno de los artífices de la represión hacia los mineros en la huelga de 1962, junto al ya mencionado cabo Pérez. El día 30 de septiembre de ese año el Consejo de Ministros fue informado de la actitud brutal de estos agentes contra los mineros y sus mujeres en Gijón y Sama de Langreo. Las torturas se desarrollaban en el cuartel de la policía local de la calle Dorado y se llegó a redactar una carta firmada por 102 intelectuales en defensa de los represaliados.

Caro Leiva, que actualmente vive en Málaga, ascendió a teniente coronel con posterioridad. Otro represor destacado en estos años fue el cabo Blanco y Arce “tipos terribles”. Del primero, dice Iglesias que su hijo le salió rana y se hizo del Movimiento Comunista. Arce fue jefe de la policía secreta en Mieres “y actuaban como auténticos criminales”.

En época algo anterior las víctimas recuerdan a Buznego, en la zona de Langreo, que convocaba a los vecinos y los hacía subir y bajar todo el rato por el plano inclinado del carbón como castigo a su apoyo encubierto a los mineros. También tuvieron un papel muy destacado en la represión los falangistas, sobre todo en la primera, porque tenían carta blanca para actuar hasta el punto de que no solo torturaban sino que asesinaban a los que consideraban sospechosos. De ellos Iglesias recuerda a Pachu Nadal “que hizo auténticas carnicerías”.

Nos daban paliza tras paliza y si te mantenías firme te ganabas la autoridad

Pero volviendo a las últimas detenciones del franquismo, el exdirigente comunista explica que lo importante era resistir “porque como te desmoronaras estabas perdido y te hacían confidente”. “Nos daban paliza tras paliza y si te mantenías firme te ganabas una cierta autoridad”.

Las razones para la detención eran totalmente arbitrarias. “A mí me detuvieron con 16 años y me sacaron de casa a las tres de la mañana por haber participado en una huelga de la minería. Se inventaban cosas. Mi abogado era José Federico de Carvajal, quien luego fuera presidente del Senado y me contó que le decían que me habían detenido con una carretilla y una máquina de escribir…”

La forma de proceder era brutal, explica el exfundador de IU: “en mi casa desde que yo tenía 3 años, mi madre siempre decía cuando nos acostábamos yo y mis tres hermanos, “a lo mejor hoy no vienen” refiriéndose a las incursiones nocturnas de la brigadilla. Pero todas las noches llegaban y levantaban colchones, rompían platos, manteniendo siempre una tensión que nos hacía relacionar la silueta de la guardia civil con algo terrible”.

En los años sesenta la Guardia Civil solía ir de tres en tres. “Llegaban a un chigre de las cuencas echaban a la gente del bar y a medida que salías los otros iban dando palizas. Si te encontraban de noche con una linterna te daban una paliza y si no llevabas linterna, también, por intentar ocultarte. Era totalmente arbitrario” explica Gerardo Iglesias.
Las últimas torturas, en Avilés

Las últimas torturas se hicieron en Avilés, según han confirmado varias fuentes, entre ellas el abogado Antonio Masip, quien explica que Marcelo García, presidente del PSOE en Gijón, fue torturado incluso después de morir Franco hasta el punto que tuvo que intervenir la embajada de Alemania. Masip realizó en 1975 un informe personalizado de los 27 casos de detenidos torturados por la policía que envió a Amnistía Internacional y al Obispado de Oviedo. El entonces arzobispo Gabino Díaz Merchán, hombre bastante afín al movimiento obrero cristiano, no solo recibió al abogado sino también a algunos de los 27 torturados. Una de ellas fue una chica de Avilés a quien la policía obligó a comerse uno de los panfletos que estaba repartiendo.

Masip recuerda que la vida de estos últimos presos del franquismo era difícil dado que se les aplicaba la ley antiterrorista de 1965 que les prohibía ver a sus familiares “así que mi compañero y yo estábamos todos los días visitando presos porque solo podíamos ir los abogados”. Añade que dos o tres meses antes de morir Franco fueron momentos muy tensos y se recrudeció la tortura hacia los detenidos.

Otra persona que conoció personalmente a Claudio Ramos fue José Peláez Prado, el promotor de la reforma y acondicionamiento de la fosa común de Oviedo, en donde se enterraban a las víctimas de la represión franquista. Peláez cuenta que en el año 1966 se le acercó Ramos y le dijo que le iba a “dar una hostia” porque tenía la “lengua muy larga” y dijo que “le estaban usando los de izquierdas”. El tan solo contestó que su padre y abuelo estaban allí enterrados y quería dignificar su tumba. Para ello se atrevió a insertar un anuncio en La Voz de Asturias pidiendo donativos. El periódico asturiano estuvo a punto de cerrar por permitir este anuncio y el gobernador civil Mateu de Ros no lo cerró por los pelos.

Peláez describe a Ramos como “un paisano pequeño” aunque iba acompañado por un matón, otro más alto que cree que es Valverde y que atemorizaba más.
Pistola en mano

Sobre la situación de los últimos años del franquismo ofrece un testimonio de primera mano Alberto Rosón, que formaba parte de los grupos autónomos, estudiantes universitarios de inspiración anarquista. “Me cogieron en 1975. Fueron a registrar mi casa cuando se ejecutó a Puig Antich y entonces decidí desparecer. Posteriormente me llamaron para medirme en la junta de reclutas del ayuntamiento y decidí acudir porque no podía seguir ocultándome. Yo llevaba entonces un abrigo largo, de estilo ruso y ropa prestada. Cuando me estaban tallando entraron dos secretas pistola en mano. Les habían informado de que yo que era peligroso. Estaban muy nerviosos porque debían ser municipales con poca experiencia. Montaron un show. Todo estaba lleno de reclutas y me llevaron esposado en el coche municipal, pero se pasaron el cuartel porque estaban muy despistados y cuando se dieron cuenta estaban ya en la carretera de Mieres.”

Finalmente encontraron su destino: el cuartel de la policía de Oviedo, frente al Reconquista. “Allí se dedicaron a darme hostias. Eran los integrantes de la brigada político social. La mayoría eran jóvenes, tenían 30 años. Recuerdo a uno que tenía la mano como un piano y me golpeó la cara dejándome sin dientes. Me empezaron a enseñar fotos de gente que no conocía y me di cuenta de que no tenían ni idea de nada. Me acusaron de acudir a manifestaciones ilegales, a asambleas… Pero el grupo en el que yo estaba era tan clandestino que no tenían conocimiento, y al ver su ignorancia sobre nosotros me alegré. Así que mi objetivo era aguantar al máximo hasta que me metieran preso y poder así descansar y dejar de recibir palizas”.

Posteriormente Rosón fue enviado ante el gran jefe, Claudio Ramos: “Después de haberme estado dando de hostias todo el día me di cuenta que la cuestión era aguantar, porque oí una conversación en el pasillo de que me iban a llevar a la cárcel. Ramos me interrogó. Yo lo veía con mis 21 años como un hombre mayor, traje de cuadritos marrones, color mierda. Mi estrategia fue estar el mayor tiempo allí alargando las respuestas para no volver con los otros bestias y entonces empecé a hablarle del budismo. Finalmente me negué a firmar la declaración que había hecho porque habían metido varias mentiras por el medio. Cuando se despidió de mí, Ramos me dijo que iba a tener un mes en la cárcel para pensar en el budismo”.

La segunda detención de Rosón fue tras la huelga de la construcción de 1977, ya muerto Franco. Quedaba una semana para las primeras elecciones democráticas. Hubo enfrentamientos en la calle Uría “y fueron expresamente a por mí”. Pasé la semana en el calabozo. Masip y el secretario de la CNT José Antonio Vergel hablaron con Ramos y preguntaron si me habían tratado bien. Él, por supuesto, dijo que siempre trataban bien a los detenidos y yo contesté que no era cierto. Por entonces andaba por Asturias Billy el Niño y cuentan que llegó a sacar la pistola en una manifestación entre el 74 y el 75. Yo no lo vi”.

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Fallece el mierense Joaquín Fernández, uno de los referentes de la guerrilla antifranquista

13/01/2014 por

«Juaco de Polio» tenía 99 años y estuvo dos veces en la cárcel tras combatir – en los montes por la República

11.01.2014 | 04:51

Joaquín Fernández, junto a Gerardo Iglesias, en un acto de homenaje.

Joaquín Fernández, junto a Gerardo Iglesias, en un acto de homenaje. J. R. Silveira

Mieres del Camino, David MONTAÑÉS «De cabeza estaba muy bien, pero ya se encontraba cansado, sin fuerzas». Varios amigos de Joaquín Fernández, fallecido en la noche del jueves a los 99 años de edad, explicaron ayer cómo se apagó la mecha de unos de los últimos guerrilleros antifranquistas. Nadie podrá echarle en cara a «Juaco de Polio» la falta de vigor para llegar a alcanzar los cien años de vida, algo que le hacía ilusión y que ya divisaba en el horizonte. Estuvo dos veces en la cárcel y combatió en los montes en defensa de la República, primero como soldado y luego con maquis. Nunca se rindió.

Durante los dos años que «Juaco» permaneció en el monte estuvo acompañado por su hermano mayor, Florentino Fernández. Al final de la guerra se les unió el pequeño de la familia, Miguel, que no llegó a cumplir los 19 años al ser abatido en una emboscada el 29 de mayo de 1939. Joaquín Fernández, pese a las penurias, ha tenido una larga vida. Viudo desde hace unos años, deja dos hijos, muchos amigos y un aura con toques de leyenda. Falleció a las nueve de la noche del pasado miércoles en el Hospital Álvarez-Buylla de Mieres. Hacía ya algunos meses que su salud flaqueaba. Sólo la edad pudo con él. Su longevidad le convirtió en uno de los últimos supervivientes de la guerrilla. Su rostro fue uno de los más destacados en la exposición fotográfica que recientemente impulsó el ex coordinador general de IU Gerardo Iglesias , con 90 instantáneas que repasaban la historia de los maquis asturianos que se enfrentaron a la represión franquista. Ya ausente, la memoria de «Juaco de Polio» ha pasado a ser custodiada por su sobrino, Aquilino Fernández, que, siendo un niño, ejerció de enlace con la guerrilla y conoce con detalle la historia de su tío. La narración se asemeja a la novela de aventuras, pero una cosa es contarlo y otra vivirlo.

«Muchos sufrimientos»

«Ha sido una vida de muchos sufrimientos», reconoce Aquilino Fernández cuando habla de su tío. Joaquín Fernández estuvo dos veces en la cárcel. Ingresó por primera vez en la primavera de 1939, tras dejar el monte y entregarse a la Guardia Civil. Tras dos años de trabajos forzados, el franquismo necesitaba picadores mineros para arrancar el carbón que alimentaba la industria y fue puesto en libertad, con la condición de presentarse ante las autoridades todos los fines de semana. Diez años después, cuando lo peor parecía haber pasado, volvió a ser encarcelado por un viejo «delito» que «Juaco» ya daba por prescrito, su deserción del ejercito para unirse al frente republicano que intentaba defender Oviedo. «Mi tío fue llamado al servicio militar y el día del levantamiento golpista, el 18 de julio, estaba de permiso, y al intuir que su regimiento de Logroño caería en manos de los sublevados decidió unirse al Frente del Norte», explicó Aquilino Fernández. Joaquín Fernández también tuvo pequeños golpes de suerte. En la etapa en la que debía presentarse semanalmente ante la Guardia Civil sufrió un accidente de mina. Le tuvieron que escayolar un brazo y así se presentó ante el teniente de la Guardia Civil. «El mando se llamaba Luis y mi tío fue a su casa, donde le recibió la esposa». La mujer, según recuerda Aquilino Fernández, había sido previamente novia de un guerrillero republicano y tal vez por ello se apiadó de «Juaco». «Llamó a su marido y le recriminó que hiciera presentarse así a mi tío y, sin más, le dijo que no volviera más, que estaba liberado de aquella obligación». A partir de ese momento, este mierense pudo llevar una vida más o menos normal.

Joaquín Fernández será incinerado hoy en el tanatorio de Mieres. Será a las seis de la tarde. Además de sus familiares, estarán presentes dirigentes del Partido Comunista y de IU. La portavoz local de la coalición, Beatriz González, tuvo ayer palabras especialmente cariñosas a la hora de recordar la trayectoria vital de «Juaco»: «Simboliza un momento de resistencia y lucha por unos ideales, algo que ahora es más necesario que nunca». La dirigente remarcó que el compromiso del guerrillero fallecido con la defensa de la democracia debe ser un ejemplo a seguir: «Es un modelo en el que a muchos nos gustaría vernos reflejados». Aún así, González no quiso que al idealizar la vida que llevó Joaquín Fernández se reste trascendencia a los complicados momentos a los que tuvo que enfrentarse: «Su vida puede ser apasionante, incluso novelesca, pero la realidad es que tuvo que hacer enormes sacrificios».

http://www.lne.es/caudal/2014/01/11/fallece-mierense-joaquin-fernandez-referentes/1525910.html

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El legado del guerrillero de Polio

13/01/2014 por

El legado del guerrillero de Polio

El mierense Joaquín Fernández, fallecido a los 99 años, fue incinerado ayer tras un emotivo homenaje en el que intervino Gerardo Iglesias

12.01.2014 | 02:11

Joaquín Fernández.

Joaquín Fernández. J. R. Silveira

Mieres del Camino, David MONTAÑÉS El mierense Joaquín Fernández tiene ganada la batalla contra el olvido. Fallecido el pasado jueves a los 99 años de edad, fueron sus compañeros y amigos quienes ayer enarbolaron con determinación la enseña de la lucha antifranquista, asumiendo la custodia de la memoria de uno de los últimos guerrilleros asturianos. «Juaco nos deja una lección de ética tras una vida digna y ejemplar, más ahora que nos vemos rodeados del estiércol de la corrupción», señaló ayer el ex coordinador general de Izquierda Unida (IU) Gerardo Iglesias.

«Juaco de Polio» fue incinerado ayer en el tanatorio de Mieres. Decenas de allegados y amigos arroparon a la familia de este republicano que, tras dejar la lucha en los montes «para no hacer sufrir más a la familia», conoció por dos veces la cárcel y sobrevivió a los trabajos forzados. Estuvieron presente el actual coordinador de IU en Asturias, Manuel González Orviz, la responsable local de la coalición, Beatriz González, y el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez. Junto a ellos, muchas caras conocidas de la izquierda, como Antonio Hevia, Joaquín Uría o Luis Álvarez Payo, por citar algunos. Pero fue Gerardo Iglesias quien asumió el encargo de repasar la trayectoria vital de Joaquín Fernández.

«Al contrario que muchos de sus compañeros de lucha, él le ganó finalmente la batalla al fascismo, ya que no cayó bajo las balas ni sucumbió al hambre en los campos de concentración, ha muerto en la cama con casi cien años de edad». Gerardo Iglesias quiso subrayar que Joaquín Fernández conoció las miserias de la vida. «Pasó muchas penurias y su historia, la de toda su familia, es estremecedora». El guerrillero mierense fue uno de los principales protagonistas de la exposición fotográfica que recientemente impulsó el ex coordinador general de IU, con 90 instantáneas que repasaban la historia de los guerrilleros asturianos que se enfrentaron a la represión franquista.

«La verdadera historia»

Gerardo Iglesias pidió ayer que sobre el recuerdo a «Juaco» se escriba «la verdadera historia que falseó el fascismo». Defendió que los culpables de latrocinios y asesinatos paguen por sus actos. «Hay que reponer a las víctimas y juzgar a los verdugos», señaló antes de cargar con dureza contra el actual Gobierno del PP: «Muchas de sus medidas son puramente franquistas».

Manuel González Orviz también resaltó ayer la trayectoria vital del viejo guerrillero. «Nos deja un legado de enseñanzas que debemos tener presentes. Se nos va pero nos queda esa escuela de los hombres comprometidos en la lucha política, popular y colectiva por la dignidad, la libertad, la igualdad y la justicia». El dirigente regional de IU se mostró convencido de que al fallecido le gustaría que desde la izquierda se le hiciera frente al actual Gobierno central. «Intuyo que querría que empuñáramos nuevamente todas las armas democráticas y de la razón de clase para frenar hoy el golpe de estado que el PP está dando con el BOE, actuando contra la vida, las libertades, la equidad y los derechos», afirmó Orviz. La coordinadora local de IU, Beatriz González, también instó a la sociedad a «seguir el ejemplo de sacrificio y sentimiento democrático que nos deja Joaquín».

http://www.lne.es/caudal/2014/01/12/legado-guerrillero-polio/1526307.html

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Monolito para los cinco de Sobrepiedra

14/12/2013 por

Monolito para los cinco de Sobrepiedra

Inauguran una placa en recuerdo a los republicanos fusilados hace 76 años
14.12.13 – 00:35 –

ANA MORIYÓN | PARRES.
Monolito para los cinco de Sobrepiedra

Los autores del libro y el alcalde, Marcos Gutiérrez. :: E. C.

La de ayer fue una jornada agridulce para las familias de Pelayo Norniella García, César Meré Sánchez, José Luis Cofiño Sánchez, José Castaño Pandiella y Arturo Fontela Fernández que, por un lado, vieron recuperada la memoria histórica de sus seres queridos, enterrados en la fosa común de la localidad parraguesa de Sobrepiedra pero, por la otra, tuvieron que rememorar su asesinato hace ahora 76 años víctimas de la represión franquista durante la guerra civil española. «De los cinco sólo consta que mi abuelo, Pelayo Norniella, estuviera afiliado a UGT pero todos evidentemente eran simpatizantes del frente popular», explica Rubén Norniella, miembro de la Federación Asturiana Memoria y República, y a quien le tocó poner voz a los familiares en un emotivo acto de inauguración del monolito que ha sido instalado en la fosa común en recuerdo de los ya conocidos como ‘los cinco de Sobrepiedra’. Al acto acudieron un centenar de personas, entre las que se encontraba el director general de Justicia e Interior, José Luis Villaverde; el alcalde de Parres, Marcos Gutiérrez Escandón; y varios concejales del PSOE e IU de la zona, así como la edil del Partido Popular de Cangas de Onís Liliana Gonzalo, cuya presencia fue muy comentada y elogiada por todos los presentes, para los que supuso una «lección de democracia» y de «normalidad institucional».

Como si de la emoción hubieran comenzado a llorar las víctimas, en el momento de la inauguración del monolito cayó un fuerte chaparrón que no impidió que la organización, a cargo de la Federación Asturiana Memoria y República, completara los actos previstos. Se descubrió el monolito cubierto por una bandera republicana, se colocaron varios ramos de flores en memoria de las víctimas y se sucedieron los discursos, una ceremonia que a partir de ahora está previsto que se repita cada año el sábado más próximo al 12 de diciembre, fecha en la que estos cinco vecinos fueron sacados de la prisión de La Tellería, emplazada en las inmediaciones de la estación de Feve de Arriondas, donde habían sido torturados con gran crueldad, para finalmente ser fusilados y enterrados en la fosa común.

Presentación del libro

Los actos conmemorativos del 76 aniversario del asesinato de estos cinco republicanos no acabaron allí. Horas más tarde la Casa de Cultura de Parres era testigo de la presentación del libro sobre la represión franquista en Parres y Cangas de Onís, escrito por los historiadores de la Universidad de Oviedo Irene Díaz Martínez y Eduardo Abad García, bajo el título ‘Los xugos pa xuncir, les fleches pa pinchar’. El libro, que cuenta con prólogos de Gregorio Dionis, Carmen García y Rubén Norniella, será presentado el próximo viernes 20 en la Casa de Cultura de Cangas de Onís, a las 20 horas.

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Mujeres antifascitas en Asturias

10/12/2013 por

Mujeres antifascitas en Asturias

Por Carmen García, Profesora de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo. 

“¿Qué importancia no puede tener en la marcha de la Revolución que las mujeres animen con su presencia y con sus servicios a los compañeros, a los padres, a los hermanos? Fueron cocineras y camareras en los cuarteles rojos; enfermeras en las ambulancias y en los hospitalillos practicantes; espías inteligentes en los enlaces durante el Tercer Comité; soldados de filas en los momentos de la defensiva. Ellas llevaban a nuestro pecho el aliento que a veces quería flojearnos. Sirvieron a la Revolución ostentando orgullosas el brazalete del Ejército Rojo, y en esto, justo es decirlo, no hubo distinción de matices ideológicos: socialistas, comunistas y anarquistas rivalizaron en valor y entusiasmo”

 

   Una mujer abraza a su hijo durante un bombardeo
sobre Gijón. / Constantino Suárez

Los primeros intentos de movilización política de la mujer en la izquierda asturiana se plasmaron en la constitución del Comité de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, creado en Gijón a comienzos de 1934 por iniciativa del Comité Nacional. Sin embargo, según el testimonio de la que fuera su Secretaria de Organización, la militante comunista Pilar Lada, el fracaso de dicho Comité fue rotundo. Constituído por el PCE, contaba con “delegadas de nuestro partido y elementos simpatizantes”, sin embargo Pilar Lada se quejaba amargamente de que los dirigentes no prestaron el menor apoyo a la formación de unas camaradas dispuestas a trabajar “con muy buena voluntad”, pero carentes de toda preparación política y cultural; incluso “responsables” como ella ni siquiera eran convocadas a las reuniones del partido.

No será hasta después del triunfo del Frente Popular cuando las Agrupaciones Femeninas Antifascistas, en una etapa de intensa agitación popular, “se cuidan de organizar a la mujer incorporándola a la vida política, preparando su comprensión de clase hasta entonces dormida.” Y, en efecto, en la agitada primavera del 36, se observa una creciente presencia femenina en movilizaciones, por ejemplo las habidas con motivo del 8 de marzo o del 1º de mayo. Además, el arduo esfuerzo de las pocas militantes del PCE por crear, consolidar y extender organizaciones de mujeres sobre bases unitarias antifascistas se saldó con resultados bastante halagüeños, especialmente en Gijón donde antes de estallar la guerra funcionaban cinco Agrupaciones Femeninas Obreras que afirmaban contar con unas 1.200 asociadas. Denominadas Agrupaciones Femeninas en defensa de sus Derechos, tras el inicio de la contienda, se transformaron en Agrupaciones Femeninas Antifascistas a las que se intentará incorporar a las militantes de todo el espectro político del Frente Popular.

 

   La miliciana Marina Jinesta hace guardia en el Hotel
Colón de Barcelona durante la Guerra Civil española.
/ EFE

La Guerra Civil favoreció excepcionalmente la presencia y activa participación de las mujeres en las tareas políticas y sociales. A medida que discurre el tiempo, y pese a obstáculos de toda índole, la movilización de los hombres para el frente hizo cada vez más imprescindible la incorporación de un creciente número de mujeres a los trabajos de la retaguardia tanto en la producción como en las múltiples tareas de asistencia y apoyo que la encarnizada lucha exigía. Así lo ponen de relieve las Agrupaciones Femeninas en uno de sus manifiestos: “Fueron nuestras Agrupaciones las que organizaron los talleres colectivos en los que se produjeron las primeras ropas para los combatientes. Los sacos terreros que habrían de defender el pecho de nuestros héroes fueron elaborados por estos talleres. Mujeres antifascistas de todos los matices políticos de izquierda recorrieron las viviendas buscando ropas, calzado, colchones, etc., para nuestros luchadores. La mujer actúa de cocinera, de sanitaria en los frentes, de municionera al lado del peligro; creó los lavaderos colectivos. Trabaja cerca de Asistencia Social, del S.R.I. organizando los roperos infantiles para los huérfanos de soldados; colabora en la creación y funcionamiento de las cantinas escolares. Donde hay un dolor está ella. El número de enfermeras voluntarias lo acredita […] En todo momento nuestras Agrupaciones se entregaron por completo a desarrollar las tareas que la guerra reclama de la mujer.”

Ciertamente hubo combatientes femeninas en los primeros días y algunas cayeron en combate, pero la presencia regular de mujeres en los Batallones tuvo más que ver con tareas auxiliares, de cuidado y atención a los soldados. Labores femeninas que eran consideradas, no obstante, “de mucha utilidad” en el frente; así lo reconocía, por ejemplo, el comandante Planería quien propuso “formar un equipo de mujeres con el solo fin de cuidar la ropa de los milicianos y atender a su limpieza…”

Con carácter general, las militantes del PCE se propusieron organizar Agrupaciones Femeninas Antifascistas en todos los Batallones, una de cuyas misiones fundamentales habría de ser la de crear talleres de costura o lavaderos colectivos y, a tal fin, se juzgaba necesaria la colaboración de modistas que enseñasen “a coser y bordar a sus afiliadas”. Peregrina González, militante comunista, Teniente de Alcalde de Luanco, además de Secretaria de la Agrupación Femenina de su localidad, recuerda en sus memorias haber puesto en marcha y dirigido un taller de calzoncillos para el hospital de Luanco al que “llegaban los heridos sin nada que ponerles”, añadiendo resuelta, “era tanta la necesidad existente [que] nos pusimos de acuerdo unas compañeras y yo para organizar el taller”del que se encargó una camarada modista.

   Cartel solicitando la ayuda para las familias asturianas
azotadas por la guerra

Sin duda alguna, el primer objetivo de toda Agrupación Femenina Antifascista, incluso en las zonas de frente, era el de constituir una Biblioteca que les permitiese “ir capacitándose poco a poco”, pero tampoco se olvidaban de la vigilancia tocante a la “moralidad” de las compañeras que siempre deberían ser ejemplo “lo mismo en el trabajo material” que en “la moral de cada una”. Por medio de la instrucción, se trataba de elevar el nivel cultural y político de las mujeres, su formación de clase y, por supuesto, su “espíritu de sacrificio y de abnegación por la Causa.”

Mas lento, tardío y complejo fue el proceso de incorporación de la mujer a la producción. Ya en octubre del 36 aparecía un artículo de Agripina García Feliciate titulado “No es ese el camino. Hay que prestar más apoyo al trabajo de la mujer” en el que su autora, tras reiterar que las mujeres asturianas “estamos dispuestas a trabajar en el frente o en la retaguardia”, arremetía contra algunas autoridades que llamándose antifascistas estaban “saboteando nuestro trabajo” Transcurridos varios meses de la guerra y a medida que las fábricas normalizaban su funcionamiento, se planteará insistentemente por parte de las Agrupaciones Femeninas Antifascistas la conveniencia de cubrir, siquiera fuese temporalmente, los puestos de trabajo dejados vacantes por la movilización de los hombres con mano de obra femenina. Trinidad Cable, en nombre de la Agrupación Femenina Antifascista de Mieres, exigía una vez más que las mujeres fuesen movilizadas en la retaguardia: “La mujer no puede permanecer inactiva en la guerra (…) nuestra labor está en las fábricas, lo mismo de guerra que industriales, conducir un coche, tranvía, oficinas, policías, etc.etc., y con unos días de ensayo o una pequeña orientación poniendo atención e interés, con una disciplina y obediencia feroz (…) sería facil movilizar todos los hombres para fortalecer la vanguardia y nosotros trabajar en la retaguardia.”

A lo largo de la primavera del 37 mujeres asturianas trabajarán en el sector industrial con una eficacia superior, en algunas ocasiones, a la de sus compañeros varones, si hemos de hacer caso al testimonio de Angel Alvarez, Secretario provincial del PCE, quien afirmaba, por ejemplo, que en la fábrica de cartuchos de Villamayor “sobrepasaron a los oficiales en la producción”. No obstante, pese a la sostenida presión de las Agrupaciones de las distintas localidades a fin de crear un verdadero “Ejército de Mujeres produciendo” paralelo al “Ejército de hombres combatiendo”, la realidad de la incorporación de la mujer al trabajo fue más bien limitada. Los sindicatos y organismos del gobierno del Frente Popular que apoyaron con medidas concretas la capacitación de mujeres a fin de éstas desempeñasen oficios tradicionalmente masculinos (mecánicas, conductoras, electricistas, etc.) fueron antes la excepción que la norma. Como sostiene Isabel Cueva, las mujeres más combativas deben “insistir, rogar, presionar, para que se organicen cursos de formación profesional”. Sus reiteradas demandas chocaban una y otra vez con obstáculos al parecer insalvables, o bien recibían como única respuesta un clamoroso silencio. Todavía en el verano del 37, cuando la situación del norte se agrava por días, las Agrupaciones Femeninas Antifascistas siguen exigiendo su derecho a participar más activamente: “¡Queremos trabajar! Sabemos que somos necesarias”. Incluso osaron criticar abiertamente a los “insustituibles”; en esta línea, sostenían las Agrupaciones, era posible acabar con tantos “antifascistas de cuota” emboscados en la retaguardia siempre que el Gobierno del Frente Popular resolviese de una vez por todas el “problema […] de nuestra efectiva y práctica incorporación a las actividades industriales.”

Aún en el último tramo de la guerra las Agrupaciones Femeninas llamaron a las mujeres a movilizarse engrosando las brigadas de choque que tan imprescindibles serán en las tareas de fortificación, construcción de refugios, aprovisionamiento de maderas, siembra y recolección en el campo…, trabajos todos ellos en los que su labor fue, al parecer, muy destacada.

 

   Mika Feldman, la única mujer que estuvo al mando de
una columna republicana durante la Guerra Civil
española. / Fundación Andreu Nin

El más amplio compromiso de la mujer con la causa había de lograrse por mediación de los sentimientos; se apelaba a su condición de madre, esposa, hermana o hija: “la que más y la que menos tiene a alguno de sus familiares en las trincheras, pasando frío, privaciones, sacrificios (…) ¿Qué hacen estas mujeres por ayudar desde la retaguardia a que sus familiares tengan un poco más de todo lo que necesitan? (…) Ciertamente que las mujeres trabajamos poco por nuestros soldados…” Y concluía su artículo Enriqueta Moreno con las que, a no dudarlo, eran las consignas del momento: “Todas a engrosar las Brigadas de choque. Ni un solo brazo Femenino inactivo…!”

En cualquier caso, tras la derrota, el Consejo de Asturias en el Informe que sobre su actuación presentó al Gobierno de la República en noviembre del 37, respecto al papel jugado por las mujeres asturianas durante la guerra, señalará escuetamente: “La incorporación de la mujer a la producción fue muy débil restando por ello muchos brazos al Ejército.” Desde luego constataban una realidad cierta, pero los dirigentes políticos y sindicales asturianos no eran del todo ajenos a balance tan parco en resultados, pues poco habían hecho por facilitar la integración y activa participación de las mujeres en las múltiples tareas de la retaguardia. Mientras hubo tiempo para ello, fueron otras sus prioridades.

No obstante, pese a carencias y dificultades, las organizaciones de mujeres en la Asturias republicana experimentaron un empuje notabilísimo a lo largo de la guerra. Los partidos de izquierda vieron incrementada la militancia femenina, especialmente el PCE cuyas activistas fueron las que más celo desplegaron en impulsar, extender y sostener las Agrupaciones Femeninas Antifascistas. El fuerte crecimiento del PCE durante el conflicto bélico también se tradujo en la incorporación a sus filas de cientos de mujeres; si en julio del 36 contaba con unas 300 militantes, en marzo del 37 sumaban ya las 1.800 afiliadas, y las cifras no dejarán de crecer en los meses siguientes. Además, la movilización masiva de los comunistas en los frentes otorgará un papel cada vez más relevante a las militantes en las tareas organizativas, alcanzando en aquella excepcional coyuntura un protagonismo en el Partido impensable en otras circunstancias. De modo que nada tiene de extraño que en el Pleno de octubre del 37 las mujeres representadas sean cerca del millar, un tercio del total, y se informe de que algunos radios y numerosas células están integradas exclusivamente por féminas.

También desarrollaron notable actividad las mujeres socialistas, así como las anarquistas, las jóvenes de las J.S.U., y en menor medida, las republicanas, aún cuando su grado de compromiso y entrega a la causa no parece equiparable a la que caracterizó a las organizaciones femeninas comunistas, aunque es cierto que todavía carecemos de investigaciones monográficas al respecto. Incluso menudearon mujeres ocupando cargos de responsabilidad política en las instituciones resultado, claro está, de la movilización para el frente de los varones.

 

De todos modos, al margen de las militantes y activistas encuadradas en los distintos partidos, las Agrupaciones Femeninas Antifascistas fueron en realidad las únicas que pudieran recibir el calificativo de organizaciones de masas. Su carácter unitario, abierto y poco sectario, al menos comparativamente, atrajo a un crecido número de mujeres asturianas progresivamente comprometidas con la defensa de la República. Las Agrupaciones se implantaron en todo el territorio asturiano, incluidas las zonas rurales; solamente en Gijón se habían constituído nada menos que 21 Agrupaciones en abril del 37, si bien no todas desplegaron la misma febril actividad. La inmensa mayoría de sus integrantes son jóvenes, solteras, que desarrollan generalmente un trabajo no cualificado fuera del hogar, están encuadradas sindicalmente, y aspiran a mejorar su instrucción cultural y política comprometiéndose a fondo con la causa del Frente Popular.

De manera que cabría preguntarse, ¿estamos hablando de la existencia de una verdadera vanguardia feminista?. Creemos que en modo alguno. Fueron, eso sí, pioneras en la lucha por la incorporación de la mujer a la sociedad que se aspiraba a crear. La febril actividad desplegada por afiliadas y dirigentes, sus constantes campañas de agitación, las múltiples iniciativas en favor de la causa popular y de su género, permitieron la rápida extensión de las Agrupaciones a toda la Asturias republicana y lograron movilizar por primera vez a miles de mujeres, especialmente a las jóvenes, que daban, entre titubeos y tropiezos, los primeros pasos en el camino abierto de una cierta emancipación.

Por Carmen García, Profesora de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo. (Artículo publicado también en ELCOMERCIO.ES)

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ALARMA SOCIAL ARTIFICIAL Y REPRESION

10/12/2013 por

ALARMA SOCIAL ARTIFICIAL Y REPRESION
Ruben Norniella. Periodista

 

Los medios de comunicación -y en particular las televisiones- están realizando una campaña

vergonzosa y vergonzante -por la impunidad con que la hacen y por el silencio cómplice de

todo el mundo- contra quienes han salido libres a la calle por la anulación de la «Doctrina

Parot». No es una campaña baladí, ni tampoco inocente: busca sembrar el miedo, lo que lleva

a endurecer las leyes y sirve para darle armas al sistema para justificar la represión, algo que

les viene muy bien ante los tiempos convulsos que se barruntan.  No es casualidad que dicha

campaña coincida con la puesta en marcha de la «Ley Mordaza», aunque somos tan estúpidos

y estamos tan manipulados, que ni siquiera somos capaces de asociar ambas cosas. Esto no es

casualidad: hasta ese nivel de manipulación hemos llegado.

En primer lugar, todos sabíamos que la «Doctrina Parot» no había por donde cogerla y que los

Tribunales Internacionales la tumbarían mas temprano que tarde. Que hayan tardado tanto

tiempo en hacerlo no es, precisamente, un buen signo de salud democrática internacional.

Todo esto viene de dos cosas: el mantenimiento en el tiempo del Código Penal franquista.

Lo que les venía bien para una cosa, no les venía bien para otra. El segundo aspecto que

motiva esto, es la ocurrencia de un juez, que intento invadir el campo de la legislación, que

corresponde al poder legislativo y no al judicial.

Ahora, los medios de comunicación realizan una asombrosa campaña que pisotea los derechos

constitucionales de los presos liberados, la mayoría de ellos tras pasar más de 20 años en la

cárcel, cargándose el sentido de la justicia y tratando de inculcarnos el de la venganza. Por

horrorosos que hayan sido los delitos cometidos por estas personas, ya han pagado su deuda

con la sociedad y tienen derecho a tener la oportunidad de reinsertarse, algo que los medios

les están negando. Esto atenta contra sus derechos constitucionales. y además sirve para crear

un alarmismo social artificial, que conviene al Régimen y que es lo que se pretende.

El principio de venganza sobre el de justicia es propio de dictaduras. Este es un ejemplo más

de cuál es nuestra deriva. El papel de los medios es simplemente vergonzoso. Persecución de

los liberados al salir de la cárcel, publicación de sus fotos actuales… alarma. Si se considera

que algunos presos no están rehabilitados -como en el caso de algunos de los condenados por

delitos sexuales-, la Policía tiene medios para hacer una vigilancia discreta de estas personas,

con el fin de evitar que puedan reincidir. Pero lo que están haciendo los medios es añadir una

nueva y permanente condena a quienes ya han pagado su deuda con la Sociedad. Pero eso,

en realidad, es lo de menos: lo que se busca es una alarma social que justifique las medidas

represivas que necesitan imponer para evitar o disuadir del próximo estallido social que ya

barruntan…

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¿HACÍA DONDE VAMOS? APUNTES PARA EL FUTURO

10/12/2013 por

¿HACÍA DONDE VAMOS? APUNTES PARA EL FUTURO

Ruben Norniella. Periodista

 
En abril de 2.008. en el acto de El Fitu y cuando esta crisis-farsa estaba empezando su

andadura, ya advertí sobre dos cosas que apenas comenzaban a vislumbrarse en el horizonte:

la repetición de un escenario internacional gemelo al anterior a la Segunda Guerra Mundial

y el resurgimiento del fascismo. Recuerdo las caras de asombro de alguno de los asistentes.

No me sorprendió, al contrario: lo esperaba. Pero aún así, me pareció importante realizar la

adevertencia.

Por entonces, ya habían aparecido algunas nuevas cadenas de televisión –Intereconomía,

por ejemplo…- que presentaban signos alarmantes. El burdo cinismo del sistema a la hora

de plantear el fraude/crisis ya aventuraba como se podrían desarrollar los acontecimientos,

aunque debo decir que fueron más allá de lo que podríamos sospechar en nuestras peores

pesadillas.

En realidad todo nace en los 80, cuando el sistema plantea el “thatcherismo” y el cerco a

los países del Este, con el Papa Juan Pablo II como ariete. La caída del Muro de Berlín y la

alternativa comunista puso fin al pacto social europeo, surgido de la II Guerra Mundial. Ese

pacto –tácito o real- entre socialdemócratas y liberales europeos, que sirvió para poner en

marcha lo que se llamó “Estado del bienestar”, realizó una función propagandística para el

sistema durante décadas. Y fue muy eficaz…

Una vez caído el Muro, el Sistema se planteó que dicho pacto ya no les era útil -¿Recuerdan

“El fin de la historia”, de Francis Fukuyama?- y se planteó la voladura controlada del “Estado

del bienestar”, que ya se había dibujado durante el “thatcherismo” . Y ahí entran los alemanes,

a los que la reunificación deja en una mala situación económica, mientras el Sistema plantea

ya la “globalización”, tanto de la mano de obra como de las mercancías: el sueño capitalista.

Coste de mano de obra tercermundista y un mercado cada vez más gigantesco.

En Europa, los alemanes diseñan junto al Sistema un sofisticado plan para endosar la factura

de la reunificación al resto de Europa y obtener el dominio geofísico sobre el Continente –

excepto sobre el Reino Unido, que para eso es el padre “putativo” del Imperio y una relación

preferencial con él-, que completase el diseño de un nuevo Orden Mundial. Así, se aceleró el

crecimiento de la Unión Europea y se creó la Unión Monetaria.

Nacía el euro y lo hacía con un Banco Central dominado por el Bundesbank y el Fondo

Monetario Internacional, que tan buenos réditos le había dado al Imperio en latinoamerica,

con el sencillo sistema de la deuda pública. La situación en el “patio trasero” del Imperio ya era

insostenible y había que mirar hacía otro lado: ¿Porqué no en la “Vieja Europa”, ahora que ya

no tenía importancia como referencia propagandística?

Con un Banco Central que sirviera solo a los interesas de la gran Banca y el Sistema, que no

hiciera la labor normal de un Banco Central, que es proteger la moneda y a los ciudadanos, el

nacimiento del euro puso en marcha las bases de la futura crisis: sacó a la luz todo el dinero

negro que se acumulaba y puso en marcha una burbuja inmobiliaria-financiera, a la que se

dejó crecer hasta límites escandalosos: cuanto más grande la burbuja, más grande la crisis…

Europa vivió un desenfreno económico sin parangón, una auténtica borrachera financiera

en la que la corrupción se desenvolvió como pez en el agua: banqueros de medio pelo y de

pelo entero, consdtructores y especuladores vivieron una edad dorada. No todos fueron lo

suficientemente inteligentes como para amarrar beneficios y guardarlos para tiempos menos

prósperos. Y eso que el estallido de la burbuja era la crónica de una muerte anunciada…

El estallido de la crisis dejó en paños menores a aquellos que no tuvieron la prudencia de

no poner en riesgo todo su dinero. Al final, la crisis supuso una reorganización del capital

mundial, que fue a parar a unas pocas manos. Entre otras cosas, porque los Gobiernos de los

distintos países europeos decidieron socializar las pérdidas que los corruptos ejecutivos de los

bancos habían dejado en el Sistema Financiero. Lo previsto; para ello, los Bancos ya se habían

asegurado la docilidad de los gobiernos, mediante la financiación a fondo perdido de sus

partidos.

Así las cosas, la situación dibujada se parecía en muchas cosas a la que se produjo tras el “crack

del 29”. Eso sí, con una diferencia; esta vez, los banqueros en lugar de suicidarse, endilgaron la

deuda a los Estados y por extensión a los ciudadanos. Eso suponía, además, un excusa perfecta

para recortar sin rubor alguno los derechos que los trabajadores habían logrado durante tolda

la segunda parte del siglo XX.

Para evitar un estallido social en todo el Continente, el Sistema ha planteado una crisis

escalonada, que comienza por los países del sur de Europa y terminara en el norte. Los medios

de comunicación realizan su labor de engaño, enfrentando a los trabajadores de unos países

con los de los otros y presentando a los políticos corruptos como únicos responsables. Al fin y

al cabo, los políticos cumplen en esta farsa el papel de peones. Útiles, pero sacrificables…

En España, Zapatero –demasiado melifluo para el Sistema- fue sustituido por Rajoy, más útil

a la hora de poner en marcha las medidas que pretendían. Así hemos vivido este “Bienio

negro”, que también nos remite a los principios del siglo pasado. También ahora, con una

pretendida democracia, se pone en marcha una involución en las conquistas de las clases

trabajadoras. Lo mismo que ocurrió en aquel otro “bienio negro” de la II Republica, en el que

el Gobierno del nacional- catolicista Gil Robles se puso manos a la obra para acabar con todas

las conquistas sociales que había puesto en marcha la Republica. Gil Robles no engañaba a

nadie: había advertido, incluso en la prensa de la época –hasta ahí llegaba el cinismo de los

que se consideraban los amos del país-, que acabaría con dichas conquistas “por las buenas o

por las malas”.

Aquello dio paso a un estallido social en el país en 1.934, conocido “la Revolución de Octubre”,

que tuvo una especial incidencia en Cataluña, el País Vasco y, sobre todo, Asturias. Los

jóvenes de hoy pueden hacerse, por comparación, una idea mucho más clara de lo que

ocurrió entonces, viendo lo que está ocurriendo ahora. Entonces, la concienciada clase

obrera española se unió en el “Frente Popular” para defender sus derechos. Ganaron, pero

el Sistema dejó claro que las amenazas de Gil Robles iban muy en serio, con el Golpe de

Estado de Julio del 36. El fracaso del mismo provocó la entrada en liza de Italia y Alemania

para apoyar a los golpistas y el inicio de la Guerra Civil. El sistema también se aseguró de que,

pese a la entrada en liza de Italia y, sobre todo, Alemania –con el peligro que suponía-, los

republicanos españoles no recibieran el auxilio de Francia, Inglaterra y el resto de Europa. La

II Guerra Mundial empezó entonces, pero al Sistema le preocupaba más la deriva marxista de

la Republica Española y la dejaron caer en manos del fascismo. Quizá porque al Sistema no le

incomodó demasiado Hitler, hasta que se les fue de las manos.

Dicen que la historia no se repite. Y que cuando se repite, lo hace como farsa. Y eso es lo que

es esto; una farsa, una crisis de laboratorio, provocada para acabar con todos los derechos

de los trabajadores. Entonces dio paso a la II Guerra Mundial y a la Guerra Civil Española.

Ahora, la posibilidad de una Guerra sería una amenaza para la supervivencia de la Humanidad

y deberíamos suponer que una Guerra debería ser destacable, salvo que el Sistema se haya

vuelto completamente loco.

Ahora bien, si el Sistema continua imponiendo sus medidas draconianas, va a tener que

enfrentarse, mucho antes de lo que desearía, a sus propias contradicciones, a las que le

harán morir. El Sistema cada vez sustituye más mano de obra por máquinas. El avance de la

nanotecnología, la informática y la robótica ha adquirido proporciones gigantescas, hasta

el punto de que la inteligencia artificial está a punto de llegar. El trabajo realizado por el ser

humano está al borde de convertirse en una reliquia del pasado. ¿Quién consumirá entonces

lo que produce el Sistema? ¿Quién podrá adquirir dichos productos?

El Sistema se verá obligado de garantizar una renta básica a toda la población para dar

salida a su producción. Eso haría desmoronarse a toda la lógica capitalista. Y al Sistema solo

le quedaría gestionar y ralentizar en la medida de lo posible la desaparición del Sistema

y el control sobre el Sistema que tendría que nacer de ahí, ya que el destruirlo todo para

construirlo todo de nuevo no es posible, dado el peligro para la pervivencia de la Humanidad e

incluso del Planeta que ello supondría.

Así las cosas, asistimos a una serie de guerras para el control energético. Todos sabemos que

el petróleo tiene los días contados, tanto porque ya empieza a escasear como porque supone

un peligro para el planeta. El control del cambio climático es otro aspecto destacado que ya no

puede ser ignorado, de modo que el Sistema trata de controlar la energía actual, para poder

imponer el cambio energético en el que, estoy seguro, ya se está trabajando.

El Sistema tiene una necesidad total de controlar todo, y todo a la vez, para poder efectuar

el cambio de Sistema. Para ello necesita tener el control sobre la energía, la tecnología y la

política. Necesita controlar las materias primas y el agua, que tendrá un papel preponderante.

Necesita controlar la alimentación y la sanidad, privatizarlo, para garantizar el control sobre

la población. Y, por supuesto, las comunicaciones -en especial internet- para convertirnos en

un número, siempre controlado por una vida completamente controlada informáticamente. El

dinero ya no será el objetivo, sino el poder.

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Tiempos de sucesión o tiempos de democracia

26/11/2013 por

Tiempos de sucesión o tiempos de democracia
Tiempos de sucesión o tiempos de democracia
Rafael Velasco Rodríguez

Presidente Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR)
24-11-2013

Los últimos tiempos vienen hacer coincidir un deterioro físico del Rey Juan Carlos I con un deterioro político, ético y económico del régimen del 78, del cual la corona es la clave de bóveda. Y a la par se lanzan desde el poder nuevas consignas y nuevas campañas propagandísticas tendentes a facilitar la operación de recambió por un nuevo Rey, el hoy Príncipe de Asturias, futuro (sino lo evitamos) Felipe VI. El camino de nueva “Segunda Transición”, para que todo cambie sin que nada cambie ha comenzado.

En 1978 no hubo ruptura democrática y a los pueblos de España se le impuso una operación política diseñada de los poderes que habían sustentado el Franquismo donde se nos permitía ciertos derechos, antes negados, tanto personales como colectivos, con ciertas dosis de participación política, a través de partidos y sindicatos coactados al nuevo régimen, pero manteniendo intactas las bases del poder salidas del golpe militar de 1936.

Con un Rey impuesto por el tirano Franco, todo quedaba “atado y bien atado” para que siguieran mandando los que siempre habían hecho de España su cortijo particular, cediendo parte del poder político e institucional a parte de lo que había sido la oposición a cambio de que no dijeran ni “Mu” al mantenimiento de un modelo económico capitalista, que pronto se torno ultraliberal; ni al poder de una iglesia que mantenía cotas de privilegio muy parecidas, y bien financiadas, a las que tenía cuando paseaban al dictador “bajo palio”; ni a un ejercito, garante y vigilante de la “corrección del proceso”; policía que pasaron de ser torturadores a demócratas de toda la vida; ni a una oligarquía económica que había amasado fortunas a cambio de la explotación de miles de trabajadores/as, que se vestía de moderna y europea, y nos ha llevado a donde ahora estamos, con la crisis más grave de la historia del Capitalismo español; y a una descentralización política, en forma de Estado de Autonomías, que generó una red caciquil, sin dar solución al problema de fondo de la plurinacionalidad del estado español.

Todo aquello funcionó para las viejas y nuevas oligarquías, pero el estallido de la crisis del Capitalismo de los últimos 5 años, y la perdida del miedo por parte de nuevas generaciones, que han ido cuestionando ciertos elementos que se imponían como sacrosantos, esta poniendo en jaque aquella obra de ingeniería política y jurídica llamada Transición, aquel régimen de poco para el pueblo y con escasa participación del mismo en los asuntos públicos, aquello que algunos han llamado democracia de poca intensidad o calidad.

Después de 40 años del nuevo régimen están diseñando una nueva operación política de análogas características, esta vez destinada a lograr la paz social que permita hacer posibles los objetivos de la Troika y de la Unión Europea que les permita salir de la crisis que ellos han generado, con un pueblo empobrecido, sumiso y con menos derechos políticos y aun menos económicos. Y en esa operación de nuevo un Rey a la cabeza, que como el que impuso Franco intentarán imponernos en un paquete único, sin que podamos decidir en las urnas ni quien va ser el Jefe del Estado.

Es hora de hablar claro y de que se empiece a cuestionar esta nueva operación cosmética para mantener el poder intacto. Es hora de la Democracia con mayúsculas, es hora que los pueblos de España puedan decidir, sin coacciones e imposiciones, como quieren que sea su estado, su sociedad, su economía, sus instituciones etc…Pero esa democracia no la regalará ningún Rey, ningún poder de los constituidos, es hora de abrir el proceso constituyente, que permita que seamos los pueblos de España los que decidamos nuestro presente y nuestro futuro. Pero ese proceso, o procesos, no los regalará nadie, es hora de volver a pelear por la Democracia, hoy cada vez más debilitada por un Capitalismo voraz al que cada vez le estorba más. Y eso sólo se gana con lucha en la calle y con organización del campo popular.

Es hora de volver a coger las riendas de nuestro destino, que no nos vuelvan a hurtar ningún debate y ninguna decisión.

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