Reflexión desde el leninismo sobre el 15M y los teóricos de la revolución proletaria

20/06/2011 por

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Reflexión desde el leninismo sobre el 15M y los teóricos de la revolución proletaria

Victor Luis Alvarez

 

El movimiento 15M es totalmente heterogéneo y por lo tanto muy contradictorio, como ejemplo dentro
de él los planteamientos de DRY (Democracia Real Ya) son diferentes en muchas ocasiones a los
resultados de las asambleas de los acampados, es un proceso dinámico en continua evolución que
tiene que ir puliéndose con la praxis. Uno de sus mayores problemas es la obsesión por el consenso
asambleario que permitió a minorías muy exiguas el bloqueo de ciertos puntos para poder así aguar los
contenidos, las asambleas de Madrid que se pudieron seguir en directo por Internet demostraban que
era evidente esta táctica de algunos pocos.

La disolución de la acampada de Sol y la apuesta de las asambleas de barrio, con mención expresa a
la participación de los trabajadores y AAVV, es un movimiento tendente a liberarse de las ingenuidades
iniciales del consenso absoluto que permitieron la presencia perturbadora de elementos más que
sospechosos. Y por otra parte esta nueva dinámica da al movimiento de los “indignados” un perfil más
amplio y popular.

Otro error frecuente es analizar el 15M desde una óptica local, es algo muy heterogéneo y complejo,
es prismático y su concepción cambia con todas las caras del prisma, de una localidad a otra, o incluso
dentro de una misma localidad según el tipo de asistentes en ese momento, cambian las percepciones
de lo que se debate y acuerda, es una dinámica continua y en ocasiones bastante caótica.

No obstante, y pese a esos elementos de bloqueo de posibles infiltrados de diversa índole, en el
movimiento 15M se están perfilando posturas más anticapitalistas, eso se observa en la convocatoria
del 19J contra el “Pacto del euro” y en consignas como “hace falta ya una huelga general” que
progresivamente van ganando presencia, además esos intentos de infiltración de los ultraliberales, los
llamados anarco-capitalistas, se han frenado gracias a las denuncias y solo se han impuesto en un sitio,
Alcobendas, que se conozca. Es notable la inexperiencia política de muchos jóvenes, y se evidencia el
triste papel de algunas juventudes de los partidos de izquierda, que sumidos en la dinámica política de
sus mayores, no fueron capaces de jugar el papel que debían en el proceso.

El 15M tiene mucha más importancia cultural y social que política, la gran derrota de la clase obrera ha
sido la cultural, cuando en épocas no muy lejanas dicha clase obrera asumió los valores culturales de
la burguesía, el mito de la “clase media”, y se introdujo en la burbuja consumista y en la emulación de
un cierto estilo de vida al que incitaban los medios de comunicación, pero a diferencia de este tipo de
cultura consumista, los jóvenes del 15M no dan la impresión de estar frustrados por no poder acceder
a un BMW o viajar a Cancún o a Punta Cana, creo que en ese aspecto cultural pertenecen a otro cierre
categoríal diferente a la masa consumista del no tan lejano crédito fácil.

Por otra parte su organización asamblearia, con sus imperfecciones, está mostrando al pueblo español
que es posible este tipo de organización para la participación popular, por ello rompe la mentalidad
de la asunción de los valores jerárquicos, que aunque cuestionada por un corto tiempo a la muerte
del dictador, fue reestablecida rápidamente desde la “izquierda oficial” en cuanto olió la moqueta y la
poltrona.

La mayoría de las críticas que he leído desde la izquierda al 15M proceden o bien de delirios
conspiranoicos o bien de aquellos teóricos de la revolución que pensaban próximamente (en unos
pocos meses) encabezar a las masas obreras revolucionarias para tomar los palacios de invierno
(Zarzuela y Moncloa).

No cabe duda de que esos pensadores llegaron a esta conclusión debido al “ambiente revolucionario”
que las “múltiples huelgas generales revolucionarias” están creando en este país, y la aparición del
15M desvió a esas masas hacia objetivos ”reaccionarios” privándoles de la revolución soñada, objetivo
revolucionario para el que estos «líderes del pensamiento marxista” contarían con el estimable apoyo
del “pensamiento crítico” generado en las masas por gentes como Cristiano Ronaldo, Mouriño, Belén
Esteban etc. y todo el elenco de «La Noria» de Tele5, en fin, es lo que hay.

Gran parte de estos jóvenes no son revolucionarios, son simplemente rebeldes que saben lo que
no quieren, aunque no sepan muy bien lo que quieren, y como dijo Lenin «Un huelguista no es
un comunista», por ello Lenin opinaba que los comunistas deberían ejercer su influencia sobre los
huelguistas para adoptar tácticas y estrategias que evitasen que las huelgas fuesen derrotadas, y que
a consecuencia del ejemplo de esta praxis se lograra que parte de los huelguistas se fuesen sumando a
las filas bolcheviques.

Ante una situación como la actual, Lenin propugnaría la táctica de integrarse en el 15M para
enriquecer el debate aportando ideas y consignas que ayudasen al movimiento a recorrer el camino
con la estrategia más adecuada para el éxito final. Pero desgraciadamente los partidos de izquierda,
consideraron a su imagen y semejanza, que la labor de sus juventudes consistía en políticas de
juegos de regate corto para ocupar puestos en el Consejo de la Mocedad, pegar carteles, chillar en las
manifestaciones, y en los partidos minoritarios también asumir sin demasiado debate las generalmente
farragosas elucubraciones de los órganos dirigentes de sus partidos. Esta falta de autonomía y de
verdadera formación leninista fue lo que privó al 15M de la influencia de una minoría organizada que le
podía haber aportado muchas cosas.

Por ello aplicando las más elementales nociones leninistas creo que no es de recibo considerar las
críticas de los «gurús» de la «inminente revolución proletaria” y del dogmatismo de la «única verdad
revolucionaria revelada”, y si revisar muchas de las posiciones mantenidas por algunos hasta ahora
para no desperdiciar esta ocasión histórica para cambiar muchas situaciones en este país.

En consecuencia el movimiento 15M puede ser algo muy importante si se implican en él, sin
manipularlo y sin falsedad identitaria, personas con formación y experiencia política que dejando
las consignas de partido, si las hubiese, en el bolsillo se integren en la dinámica del movimiento,
esta integración, que tiene que ser sincera y plena desde el punto de vista mental, exige un reset
de lo previo y una adaptación constante a dicha dinámica sin esquemas rígidos preestablecidos, si
así se hace podemos lograr grandes avances, la llamada del 19J contra el Pacto del euro es un hito
importante que se debe aprovechar.

El camino es largo y surgirán muchas contradicciones y al final se verá que el cambio pasa
forzosamente por una República democrática mediante una asamblea constituyente y por posiciones
anticapitalistas que habrá que evaluar dentro del contexto en que ya nos han metido, posiblemente los
postulados económicos de ATTAC que asume generalmente el 15M marquen el límite de los objetivos
actuales, después ya se vera…..

 

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