El legado de La Capricha

22/08/2010 por

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El legado de La Capricha

El PSOE despide hoy a Ángela Luzdivina García, histórica militante de San Martín y medalla de Asturias en 2003, fallecida a los 98 años en Gijón

La Capricha recibe la medalla de Asturias de manos de Areces en  2003.

La Capricha recibe la medalla de Asturias de manos de Areces en 2003. lne

Sotrondio, Julio VIVAS
Asturias llora la muerte de Ángela Luzdivina García Fernández, más conocida como La Capricha, histórica socialista que llegó a participar en la Revolución del 34 y en la guerra civil. Luchó en el frente republicano durante dos años y, tras la contienda, colaboró como enlace de los «fugaos». Nacida en la aldea de Alcargu (San Martín del Rey Aurelio), hace 98 años, fue duramente represaliada durante el régimen. Al igual que varios de sus parientes, estuvo varias veces presa y sufrió diversas torturas. Fue por ello que, en representación de colectivo de ex presos y represaliados políticos, recibió en el año 2003 la medalla de Asturias en su categoría de Plata como ejemplo claro «de quienes sufrieron la cárcel y la represalia por sus ideas políticas». García estaba estrechamente ligada al PSOE de Gijón, ciudad a la que se fue a vivir en los años cincuenta.

La Capricha recibió la medalla de Asturias junto a Manuel García González, «Otones», coordinador en Asturias de la Asociación de Represaliados; Marcelo García, presidente de la agrupación socialista de Gijón; y Ana Sirgo, activista de la huelga minera de 1962 y ejemplo de la lucha por la democracia y la libertad. Esta última lamentó ayer la pérdida, recordando cómo fue aquel instante en el que les entregaron la condecoración. «De aquella no nos conocíamos en persona, pero tuvimos oportunidad de charlar del pasado», señalaba ayer Sirgo, quien también resaltó que La Capricha «era una buena mujer y siento mucho que haya fallecido».

También recordó ayer a La Capricha Marcelo García, amigo personal, quien destacó la «militancia» de Ángela Luzdivina García, «incluso cuando estábamos organizados clandestinamente». Sobre el pasado de La Capricha, el presidente de los socialistas gijoneses recordó la época en la que Ángela Luzdivina trabajaba como ayudante de cocina en un restaurante. «La hija de la dueña estaba casada con un guardia civil y por allí pasaban muchos agentes. La Capricha les sacaba datos y enviaba informes sobre la actividad de la guardia civil que le pasaba a las guerrillas que estaban en el monte».

García heredó el apodo de sus hermanos, a los que llamaban Los Caprichos. La viceconsejera de Seguridad y Emigración, María Teresa Ordiz, familia de la histórica militante fallecida, destacó ayer el sufrimiento «que vivió en sus carnes» durante el régimen. «Fueron familias muy represaliadas, tanto la suya como la mía», rememoró ayer Ordiz a la hora de glosar la figura de García. La representante regional también afirmó que La Capricha «era una persona con una voluntad de hierro en un cuerpo menudo», que sufrió de cerca la represión franquista.

La valentía de García fue otra de las cualidades destacadas por María Teresa Ordiz, quien señaló que «era muy arriesgada, decía que de sus convicciones no la apartaba nada más una bala». Aún así, Ángela Luzdivina, era partidaria de cerrar heridas y mirar al futuro. «No tenía ánimo revanchista, al contrario, contaba lo que había ocurrido y cómo lo había vivido con el objetivo de que situaciones como esas no volvieran a darse nunca más», rememora Ordiz.

También hizo hincapié Ordiz en la «lucidez» de La Capricha, algo que llevó hasta sus últimos días. De hecho, había llegado incluso a manifestar cómo quería que fuese su funeral, «un acto sencillo, que la cubriesen con la bandera del PSOE y una rosa». Será como pidió. Ángela Luzdivina García tendrá hoy a la una de la tarde un sencillo acto de despedida en el tanatorio de Cabueñes, en Gijón, donde residió buena parte de su vida.

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