Estimado presidente Sr. Adrián Barbón…

18/10/2019 por

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

17 octubre, 2019 Opina 218 Visitas

El presidente Adrián Barbón y el arzobispo Jesús Sanz, en Covadonga junto a otras autoridades. Fotografía de archivo.

A continuación, reproducimos el contenido íntegro del escrito que con fecha 30 de septiembre de 2019 el Colectivo de Entidades Memorialistas y Republicanas de Asturias dirigió —a iniciativa del Ateneo Republicano de Asturias— al presidente del Gobierno asturiano, el socialista Adrián Barbón.

Sr. presidente, las asociaciones memorialistas y republicanas abajo firmantes nos dirigimos a Vd. con el fin de hacerle las siguientes consideraciones:

Después de asistir el día 8 de septiembre a la misa solemne en el templo católico de Covadonga, y tras el correspondiente sermón del ciudadano Jesús Sanz al que sus feligreses llaman arzobispo de Asturias, recibió Vd. críticas de parte de diferentes colectivos, especialmente las feministas. Ello fue motivado por su asistencia como presidente del gobierno de Asturias a un acto religioso y no cumplir debidamente con la aconfesionalidad del Estado proclamada en la Constitución y de obligado cumplimiento especialmente para las autoridades del Estado.

A modo de justificación, en días posteriores manifestó en los medios que “Covadonga trasciende el ámbito religioso”, sin ser más explícito en ello.

Puede usted estar en lo cierto, pero ello exige una aclaración. ¿Qué quiso Vd. decir? Nadie mejor que Vd. para aclarar sus propias palabras. Porque por nuestra parte entendemos que Covadonga, ciertamente es toda una construcción ideológica, política y social encubierta con un manto religioso que es necesario dilucidar. No solamente en qué consiste sino quién la ha creado y la sostiene y sobre todo a qué intereses sirve.

El fenómeno de Covadonga, Sr. presidente, es un fenómeno cultural y político sentado sombre unas bases históricamente falsas, como han probado historiadores rigurosos. Sus componentes actuales (sobre todo el templo católico) no se remontan más allá del siglo XIX, como muchos de esos santuarios marianos (Lourdes, Fátima, Sacré-Cœur de París…) que no son sino la reacción católica a los movimientos republicanos, laicistas y revolucionarios del citado siglo.

¿Que Pelayo existió? —Ciertamente. ¿Que surgió un estado asturiano? —Sin duda. Un Estado feudal que sometió durante siglos al campesinado a la más vil servidumbre. ¿Es esa la trascendencia que Vd. celebra? ¿Celebra Vd., en nombre de todos los ciudadanos de Asturias la llamada Reconquista, invento así mismo decimonónico que los historiadores rigurosos rechazan?

Seguro que no. Covadonga no respeta la historia. La interpreta a su gusto. ¿Para qué? Para propagar el mito nacionalista español: España nació en Asturias. La Reconquista. Los Reyes (El trono). Y cómo no, el altar. Gracias a la intervención mágica de una virgen.

Esa es la trascendencia ideológica Sr. presidente: El Trono y el Altar. La santa unión de la que se deduce que España ha de ser monárquica y católica. Y esa es la trascendencia a la que Vd. rinde homenaje el 8 de septiembre.

Covadonga es cultura, pero sobre todo es política, una concepción política inseparable de la interpretación religiosa. Y así el oficiante del acto religioso año tras año advierte a las autoridades asistentes que sus actos políticos deben adecuarse a la visión que la iglesia católica tiene de España. Y así año tras año la misa en Covadonga deviene en un mitin de la extrema derecha al que las autoridades civiles asisten, suponemos, con una complacencia fingida en régimen de inferioridad.

Y es cultura porque por intereses creados hay que reconocer que sus artífices han conseguido que muchos ciudadanos y ciudadanas de Asturias, carentes de conocimientos históricos y huérfanos de la crítica política, han asumido este rasgo identitario inventado como propio, aunque vaya en contra de los intereses de la mayoría.

Existen muchos otros rasgos identitarios en nuestra historia para sentirnos orgullosos. Rasgos, fundamentados en hechos históricos reales, no en fantasías en las que intervienen fuerzas del ultramundo. Identidades que benefician a todos y a todas con independencia de sus creencias y sus ideologías políticas, su extracto social o su sexo.

Nosotros estamos convencidos de que los acontecimientos ocurridos el 25 de mayo de 1808 en Asturias, donde por primera vez en la historia se proclamó la soberanía del pueblo de Asturias y de España fueron los primeros pasos hacia la construcción de la democracia. Y en esos hechos entre el 9 y el 25 de mayo participaron miles de hombres y mujeres de Asturias.

¿No tiene esto la suficiente entidad para que sea reconocido como el día de Asturias? ¿No debería Vd. como presidente de un gobierno democrático rendir honor a los héroes que iniciaron el camino de la democracia y no la asistencia al conglomerado político religioso que justifica la unión del trono y el altar con una visión de España propia de la extrema derecha?

Seguiremos trabajando para que el 25 de mayo sea el día de Asturias. Tiene mucho más sentido una fiesta cuyo fundamento sea la democracia que es de todos y no el tinglado de Covadonga que por muy trascendente que sea no es otra cosa que el día del Trono y el Altar para la defensa de una España monárquica, nacional y católica.

Por tanto Sr. presidente le solicitamos que por el bien de todas y todos los asturianos y por higiene democrática deje Vd. de participar en este tipo de actos religioso/políticos que además de vulnerar la separación de la iglesia y el Estado tienen un contenido antidemocrático.

Lo aquí expuesto lo firman los siguientes colectivos:

Ateneo Republicano de Asturias, Ateneo Obrero de Gijón, Sociedad Cultural Gijonesa, Federación Asturiana Memoria y República (FAMyR), Asturias Laica, Asturias Socialista, Socialismo y República Asturies, Fundación Andreu Nin y Asociación Lázaro Cárdenas.

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail
Facebooktwitterlinkedinrssyoutube

Comentarios

comentarios