La memoria archivada

26/12/2009 por

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La memoria archivada

Llanes, Colunga y Parres trabajan en la adecuación de locales para sus documentos

Atesoran la historia escrita de cada concejo y en ocasiones conservan documentación ancestral que dibuja las diferencias socioculturales de una época y otra. Son los archivos municipales y, en la mayoría de los casos, se emplazan en pequeños habitáculos de las casas consistoriales. Muchos Ayuntamientos han empezado ahora a organizar y clasificar toda la documentación amontonada y algunos, como Llanes, Colunga y Parres, proyectan la mejora y ampliación de sus instalaciones.

Llanes
El de Llanes es, pese a las numerosas pérdidas que ha sufrido a lo largo de su historia, uno de los más importantes de Asturias tanto por volumen como por la antigüedad e interés de la documentación que aún conserva. A los incendios sufridos en 1480 y 1509, se suma la destrucción completa del archivo por parte de las tropas francesas en 1809.
El documento más antiguo del archivo se remonta a la Baja Edad Media, es el Privilegio otorgado por los Reyes Católicos, en Valladolid en 1481, que confirma el fuero otorgado a la villa en 1206. No obstante, se conservan algunas piezas del siglo XVI y bastantes materiales documentales de los siglos XVII y XVIII. En total, hay 7.000 cajas y 859 libros en 950 metros lineales de estantería emplazados en el ayuntamiento, aunque el gobierno local planea habilitar la casa de los hermanos Gracia Noriega para tales fines. El volumen documental más importante lo generan los temas relacionados con Obras y Urbanismo. El desarrollo turístico y urbanístico del municipio, el más notable de Asturias, ha hecho que el archivo recoja unas 3.400 licencias de obras mayores y 2.000 licencias de apertura de comercios entre 1956 y 2002.
Cangas de Onís
La totalidad de los fondos documentales de Cangas de Onís se encuentran en la casa consistorial, donde se ha habilitado un local como depósito. Los protocolos notariales, sin embargo, se custodian en la Casa de Cultura. En total, se calcula que pueda haber 450 legajos, 399 libros y 571 cajas. Todo ello, pese a las sucesivas destrucciones sufridas por este archivo a lo largo de su historia, que hicieron que perdiera la casi totalidad de la documentación anterior a los años 40: fue incendiado por las tropas francesas en 1809, es posible que también sufriese daños durante las sucesivas incursiones carlistas, y se vio afectado por un incendio durante el bombardeo de la villa de 1937. En 1994, la Consejería de Cultura financió la organización y descripción del fondo.
Los documentos más antiguos se refieren al empréstito municipal contratado en 1895 para la reparación de la casa consistorial y también se conservan algunos títulos de emisión de deuda fechados en 1899. A ello hay que añadir un padrón suelto de la Contribución Territorial de 1911, unas ordenanzas de 1925, y un libro de actas de arqueo de 1907. El resto se generó con posterioridad a 1937. Como en Llanes, son notables los volúmenes documentales sobre Obras y Urbanismo.
Ribadesella
El archivo de Ribadesella se encuentra en la segunda planta de la casa consistorial y está compuesto de 702 cajas y 792 libros. Se cree que la ocupación francesa generó importantes daños en el patrimonio documental aunque se sabe que no se produjeron daños significativos durante la guerra civil. En cualquier caso, el fondo es voluminoso y de gran interés para la cultura local, pero carente casi por completo de escritos antiguos puesto que, aunque alberga restos de documentación notarial de los siglos XVI y XVII, la práctica totalidad de la documentación arranca a mediados del XIX.
La documentación más antigua que se atesora son tres cajas de protocolos notariales y escrituras, la más antigua de 1530, un legajo de acuerdos municipales entre 1794 y 1799, un libro de Montes Comunales (1799) y algunos pleitos del siglo XVIII. En cuestiones de Urbanismo, la villa genera una documentación variada y numerosa desde principios de los años 40 y con algunos restos documentales anteriores, los más antiguos fechados en 1853. Las licencias particulares ocupan cerca de trescientas treinta unidades.
De origen ajeno a la institución municipal, consta documentación sobre la Obra Pía de Collera (1838-1843), la Asociación de la Juventud Católica (1936), la Falange (1936) o el Ribadesella Club de Fútbol (1957).
Colunga
El archivo de Colunga se ubica en la planta baja de la Casa Consistorial y actualmente está saturado. Ayuntamiento y Principado ejecutan un nuevo edificio para el traslado de las 1.153 cajas y 196 libros que se contabilizan en el archivo, que ha tenido pérdidas irremediables ocasionadas por las tropas francesas, el incendio tras un tumulto carlista en 1873 o el bombardeo durante la Guerra Civil.
A pesar de ello, su fondo es imprescindible para los estudios de la historia local, aunque está muy mermado y no existe apenas documentación anterior al comienzo del siglo XIX. El documento más antiguo es un pleito civil fechado en 1650, pero son muy excepcionales los documentos de los siglos XVII y XVIII. La serie más antigua, que se conserva casi completa, son los patrones de hidalguía, que comienzan en 1700 y se extienden hasta el año 1831. La documentación empieza a ser abundante a principios del XIX.
Cabrales
En Cabrales, los documentos más antiguos son del siglo XVIII y se relacionan con la gestión de pastos. El pasado verano, el Ayuntamiento iniciaba la recuperación del archivo emplazado en Carreña y comprobaba que mucha de la documentación ha sido comida por las ratas.
Peñamellera Alta
El archivo de Peñamellera Alta apenas dispone de documentación con anterioridad a 1869, ya que o bien se generó en el Ayuntamiento del Valle Bajo y se conserva en Panes, o se ha perdido. Además, son escasas las informaciones respecto a las razones por las que se han perdido también la práctica totalidad de la documentación generada entre 1869 y 1890. Por eso, el fondo de Peñamellera Alta apenas conserva documentación anterior a 1890 y la que queda está formada, casi en su totalidad, por restos documentales de carácter vecinal: una copia de la ejecutoria ganada por los vecinos de Llonín contra los de Bores (1772) o un cuadernillo con escrituras sobre los derechos del vecindario de Llonín sobre los pastos del puerto de Nedrina (1836), entre otros.
Peñamellera Baja
También en el edificio consistorial, el archivo de Peñamellera Baja consta de 714 cajas y 497 libros. La historia de este archivo se ha visto condicionada por los avatares administrativos del Ayuntamiento desde su integración como concejo independiente en 1833, la escisión de las Peñamelleras y las disputas por la capitalidad del concejo, que explican importantes lagunas cronológicas que presentan las series documentales entre 1869-1830.
Los documentos más antiguos del fondo son una Real Carta Ejecutoria del pleito entre los vecinos de Bores y Mier sobre la mancomunidad de pastos, aguas y montes en los términos comunales de ambos núcleos, de 1839; la copia de un apeo de Peñamellera con Val de San Vicente fechada en 1852 , otro de deslinde con Peñarrubia efectuado en 1889, y patrones de la contribución rústica desde 1882.
Ribadedeva
Aunque la mayor parte del fondo del archivo de Ribadedeva se ha generado con posterioridad a 1840, éste conserva algunos documentos anteriores, los más antiguos de los siglos XVII y XVIII, como consecuencia de la larga autonomía de la que gozó la entidad de Ribadedeva desde la Baja Edad Media.
Los documentos más antiguos son cuatro tomos de padrones de distinción de estados -el más viejo de 1615-, una relación de bienes y capitales de los vecinos del concejo fechada en 1785, una Real Provisión sobre remate de carnes (1779), una Real Pragmática sobre gitanos y vagabundos (1784), dos reales órdenes sobre justicia y contribuciones (1784), y un auto formado a petición del Procurador General sobre ganados en el Monte Cuera (1786), entre otros.
La documentación de obras más antigua se refiere a la ampliación y reforma de la Casa Consistorial y está fechada en 1854. Además, se conservan tres expedientes de apertura de tabernas y una posada en Colombres, Bustio y La Franca fechados en 1868, que inician una serie relativamente voluminosa y completa, reflejo de la temprana vocación vacacional de la comarca.
Piloña
El documento más antiguo que se conserva en el archivo municipal de Piloña, también emplazado en el edificio consistorial, es el apeo de Piloña de 1712, la primera limitación geográfica del municipio de Piloña de la que hay constancia por escrito. Además, existen seis tomos de patrones de nobleza que van desde 1637 hasta 1857, aunque no se conservan todos los años completos, y libros de actas a partir de 1852. El archivo de Piloña también se vio afectado por la Guerra Civil aunque el estado de conservación es bueno.
Parres
Parres destinó parte del dinero recibido de los Fondos Estatales de Inversión Local al acondicionamiento de un local en los bajos del edificio consistorial para poder archivar el volumen de documentación que, hasta la fecha, se amontonaba en el ático de este mismo inmueble. Entre la documentación más relevante se encuentran padrones de hidalguía del siglo XVI, escritos de la época de la Restauración y un amplio volumen de documentación de los siglos XVIII y XIX.
Otros
El resto de los Ayuntamientos tienen sus archivos sin organizar aunque no por ello sin documentación de alto valor histórico. En Caravia, por ejemplo, se encuentra el catastro elaborado por el Marqués de la Ensenada (mediados del siglo XVIII) y libros de actas y registros civiles de 1870. En Ponga, por su parte, toda la documentación anterior a 1900 se llevó al Museo Arqueológico. El archivo de Amieva, parte ordenada y parte no, conserva el catastro de 1771 del Marqués de la Ensenada y en Onís se guardan escritos del siglo XVIII.
http://www.elcomerciodigital.com/20091223/oriente/memoria-archivada-20091223.html
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