Asistentes a la presentación del documental en el cine Felgueroso. fernando rodríguez

Langreo, J. A.VEGA

Veintiuno por doce es el tamaño que tiene la fosa común de Oviedo. Esas medidas dan nombre a un documental que habla de los represaliados de la Guerra Civil y del franquismo. La película, dirigida por Moisés Álvarez, fue presentada en el Cine Felgueroso de Sama en un acto organizado por la Fundación Andreu Nin en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. En el acto participaron Higinio Menéndez, Joaquín Uría, Ernesto Burgos y Ana Oliva Rodríguez, concejal del Ayuntamiento de Langreo.

La película surge de la iniciativa del colectivo Trece Rosas Asturias como una reivindicación del cumplimiento de la Memoria Histórica en la ciudad de Oviedo. El actor y director Carlos Iglesias («Un franco, catorce pesetas») participa como narrador y en la película aparecen testimonios como los de Angelita Fernández, hija de Herminio, uno de los cientos de nombres que figuran en la placa de la fosa de Oviedo o Felipa del Río, fallecida hace un mes, que fue una de las supervivientes de aquellos años y cuyo marido, Narciso Gil, fue fusilado en Oviedo en 1938. El documental que habla sobre víctimas y verdugos, está dividido en tres bloques. El primero utiliza imágenes en blanco y negro para hablar de la Guerra Civil en Asturias. El segundo se centra en la posterior represión y el último hace un salto al presente y reflexiona sobre el futuro.

Tras la proyección del documental se produjo un debate que comenzó con la intervención de Higinio Menéndez, portavoz de la Fundación Andreu Nin en el acto y familiar de un represaliado. Menéndez comentó que los golpistas utilizaron el terror para mantener lo que se dio en llamar la paz, pero que en realidad era «la paz de los cementerios». Reivindicó la memoria como elemento necesario para evitar que se repita la misma situación, ya que «estamos en un contexto de crisis capitalista, mucho mayor que la de 1929». Para Menéndez, «la extrema derecha se está fortaleciendo y se está actuando con la misma tibieza que la República hizo en los meses previos a la Guerra Civil». Puso como ejemplo a Grecia, donde el partido nazi Amanecer Rojo ya es la tercera fuerza política del país. Menéndez piensa que es necesario presionar desde los movimientos sociales «porque si esperamos a que lo haga la política burguesa estamos absolutamente perdidos».

El ex alcalde de Morcín Joaquín Uría, que es familiar de fusilados, se refirió al miedo y terror que se sembró en la población a través de la operación exterminio. Uría criticó en su intervención la insuficiencia de la Ley de Memoria Histórica porque «las condenas siguen siendo legales, los muertos siguen enterrados en las fosas y las ciudades siguen conservando los símbolos franquistas que fueron los causantes de esta situación. Hay que recuperar los valores de la izquierda y debemos de empezar a reivindicar la democracia», apostilló.

Ernesto Burgos, historiador y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, señaló que «tenemos el deber de recordar a los enterrados en las fosas más allá de muerte física, por lo que la muerte en el recuerdo es muy importante». Y ese recuerdo llega a nuestros días en los que «la derecha está unida mientras que la izquierda aparece desmembrada». Sobre la situación de la extrema derecha en la actualidad dijo que «los fascistas en España están en el Partido Popular» y pidió a la izquierda parlamentaria que dé algún tipo de señal.