Campaña Hijos predilectos A los Guerrilleros y Resistentes antifascistas asturianos: Vicente García Riestra, Felipe Matarranz, Comandante Robert y Cristino García

31/05/2019 por

Campaña Hijos predilectos A los Guerrilleros y Resistentes antifascistas asturianos:  Vicente García Riestra, Felipe Matarranz, Comandante Robert y Cristino García

         

Ni bandidos ni vencidos” Jesus de Cos. In memoriam

La Federación Asturiana memoria y República (FAMYR) y el Ateneo Obrero de Xixón comienzan esta Campaña para solicitar el Gobierno del Principado de Asturias el nombramientop de Hijos predilectos A los Guerrilleros y Resistentes antifascistas asturianos: Vicente García Riestra, Felipe Matarranz, Comandante Robert y Cristino García

Las adhesiones a la campaña (hasta el 15 de junio) podeis enviarlas a nuestro mail: famyr@memoriayrepublica.org  

En el año 2010 la Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR) realizó una campaña para obtener el reconocimiento de dos guerrilleros antifascistas asturianos, Cristino García Granda y Jose Antonio Alonso “Comandante Robert”. En dicha campaña se solicitaba al Parlamento Asturiano la concesión de título de “Hijos predilectos de Asturias” que se otorga anualmente a personas nacidas en el Principado que se hayan destacado por sus méritos relevantes. Desafortunadamente, a pesar de haber sido respaldada por las firmas de más de 2.000 ciudadanos y por 72 organizaciones, la petición fue desestimada. En su lugar el gobierno asturiano decidió otorgársela al entonces jefe de la Casa real, Alberto Aza Arias. En años anteriores habían sido galardonados el ex-secretario de la Casa Real Sabino Fernández Campo (1991) o el Príncipe de Asturias (1986).

En 2013 desde la Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR), la Asociación para la creación del archivo de la guerra civil, las brigadas internacionales, los niños de la guerra, la resistencia, la guerrilla y el exilio español (AGE) y Asociación de Descendientes del Exilio Español retomamos una nueva campaña extendiéndola a todos aquellos guerrilleros y resistentes antifascistas asturianos que aun quedan vivos. Vivos pero que, aun hoy, siguen enterrados en el olvido e ignorados por la memoria colectiva del pueblo asturiano, robándonos el ejemplo de su vida como luchadores por la libertad. Desafortunadamente también en esta ocasión el Gobierno asturiano presidido por Javier Fernández desestimó dicha petición.

El domingo día 15 de Junio de 2014 se celebró un homenaje en el pueblo de Vira, Ariege, al veterano comandante de los guerrilleros españoles José Antonio Alonso, mejor conocido como el comandante “Robert”. El presidente del senado francés Monsieur Jean Pierre Bell le hizo entrega de la Orden  del Mérito Nacional por su heroico papel en la liberación de la ciudad de Foix, capital del departamento del Ariege. El comandante Robert ha fallecido en 2015 sin que Asturias le reconozca en su tierra natal.

El reciente fallecimiento de Vicente Garcia Riestra (09/05/2019), el último asturiano superviviente campo de concentración de Buchenwald, y los centenares de reconocimientos por toda Europa a su labor en la lucha a favor de las libertades, pone de manifiesto la necesidad de que la sociedad asturiana salde la deuda que tiene con estos defensores de las libertades.

La lucha antifascista

Tras el golpe de estado fascista el 18 de julio de 1936 y a medida que avanzaban territorialmente las fuerzas militares del bando fascista, los defensores del régimen republicano legal y legítimamente constituido buscaron nuevas fórmulas de lucha para detener a los sublevados. La lucha de guerrillas, que se inició ya en el mismo momento en qué se produce el “Alzamiento Nacional” golpista y se prolongó hasta los años 60, tuvo una actuación irregular teniendo en cuenta que buena parte de los luchadores cruzaron la frontera en dirección a Francia para combatir internacionalmente el fascismo. Lo hicieron con la esperanza que esta derrota provocara el fin del fascismo español gracias al apoyo internacional de los regímenes democráticos.

A pesar de que muchos volvieron y continuaron la lucha, a mitad de los 50 fue ya evidente que la colaboración internacional no se iba dar, haciendo patente el aislamiento a que quedaban relegados. Desde el final oficial de la Guerra Civil, fue el Tercio Móvil del Ejército español, la Falange, y sobre todo la Guardia Civil, los encargados de perseguir y aniquilar a los grupos de resistencia democrática organizados en guerrillas. La decisión de adjudicar un papel preeminente a la Guardia Civil se debió tanto a su propia naturaleza, ámbito de actuación y experiencia de este instituto armado (responsable de perseguir a bandoleros y carlistas durante el siglo XIX), como a la intención de menospreciar e infravalorar ¬internamente y externamente- la resistencia al régimen fascista. Encargándose prioritariamente a la Guardia Civil y no al Ejército la represión, se pretendía por un lado que no se reconociera que se trataba de un problema grave o de la misma continuidad de la guerra.

Por otro lado, se quería visualizar ante la sociedad que se trataba de un problema de delincuencia y no de una lucha en defensa del régimen republicano. Para ello, se utilizaron también tácticas propagandísticas como el silenciamiento de las acciones con contenido político y la propagación de aquellas más violentas que pudieran generar un cierto rechazo por parte del conjunto de la sociedad. En este mismo sentido, una circular de la Dirección General de Seguridad de 11 de abril de 1947 prohibía expresamente utilizar el término guerrilla, maquis o guerrilleros, y obliga a establecer como terminología a nivel interno y externo, los conceptos bandoleros, forajidos o bandolerismo.

Pero la lucha armada por la democracia existía, y era mayor de lo que el propio gobierno golpista estaba dispuesto a admitir. Hasta el punto que el Ministerio de Interior dio orden de aniquilar a los guerrilleros y enlaces ¬mediante la ley de fugas-, a la vez que se amplió en gran medida la plantilla de la Guardia Civil (se pasó de 30.000 efectivos en 1936 a 54.000 en 1941). La importancia de la guerrilla está demostrada por el hecho que en el periodo 1943-1952 se concedieran por las acciones contra la ella, 908 cruces del mérito militar -que configuraron el popularmente llamado “medallero”-, 970 citaciones en las órdenes generales del cuerpo, que hubiera más de mil enfrentamientos armados y más de seiscientas bajas entre heridos y muertos en la Guardia Civil. No obstante, aunque suele establecerse el año 1952 como el año en qué se puso fin a la lucha guerrillera a favor de la democracia representada por el legítimo régimen republicano, quedaron algunos focos de resistencia guerrillera hasta los años 60, como es el caso de los representados por Quico Sabater, Ramón Vila Capdevila “Caracremada”, José Castro Veiga “Piloto”, etc.

La vergonzante realidad actual en el estado español, es que oficialmente a los guerrilleros se les sigue asociando a la condición de bandoleros y terroristas (calificación por tanto no amnistiable ni siquiera por la preconstitucional ley de Amnistía), ya que sus sentencias condenatorias franquistas siguen estando vigentes. Durante años, y ante todos los gobiernos democráticos, gobernara quien gobernara, AGE con el apoyo de otras asociaciones y algunos diputados de grupos parlamentarios de izquierdas, ha reclamado su reconocimiento jurídico. El parlamento español ha rechazado todas las Proposiciones de ley, enmiendas y preguntas parlamentarias, presentadas para que su equiparación a todos los niveles con los antiguos miembros de las Fuerzas Armadas oficiales republicanas fuera una realidad.

Es una situación vergonzante, incomprensible, inaudita y absurda en otras democracias que sufrieron pasados fascistas, en las que se reconoce y honra a la resistencia.

Por todo ello urge, pues, un reconocimiento de la lucha por la libertad de los defensores del legítimo régimen republicano, de igual manera como han procedido en otros países como Francia, Alemania o Rusia, por poner tres ejemplos. En este sentido, René Pérez, responsable de la Unión de Excombatientes Franceses en España, reivindicando la reparación de esta injusticia, afirma que “A los guerrilleros franceses que lucharon contra el nazismo se les considera héroes nacionales; tienen una pensión especial, los mutilados reciben asistencia a domicilio y han sido condecorados en repetidas ocasiones.”

¿Quienes son?

En estas 4 personas, cuyas biografías adjuntamos,  queremos expresar la necesidad de reconocimiento a todas las personas que tuvieron que luchar contra la barbarie fascista que representó el Franquismo por lo que solicitamos para ellos el titulo de “HIJO PREDILECTO DE ASTURIAS”, para:

  1. José Antonio Alonso Alcalde, Comandante Robert
  2. Felipe Matarranz, Comandante Lobo
  3. Cristino García Granda

Y la Medalla de oro de Asturias para:

1. Vicente García Riestra  

BIOGRAFIAS:

  1. José Antonio Alonso Alcalde, Comandante Robert

Nace el 14 de abril de 1919 en el barrio de Fradera, en El Entrego. En 1923, a los cuatro años de edad, deja junto con sus padres El Entrego con destino a Cataluña en busca de una mejor situación económica. En Tarragona le sorprende el alzamiento y el comienzo de la Guerra Civil Española y tras un tiempo de participación en las movilizaciones a través de las diferentes milicias que organiza el Gobierno de la República cruza la frontera a Francia en 1939, es ingresado en el campo de concentración francés de Septfonds donde participa, por obligación, en los batallones de trabajo surgidos a partir de la puesta en marcha del Servicio de Trabajo Obligatorio, en labores de fortificación de la Linea Maginot hasta la caída de Francia, momento en que huye hacia al sur del país.

Se integra en la Resistencia en la zona del Ariege. En 1942 se incorpora al XIV Cuerpo de Guerrilleros y a primeros de octubre del año siguiente, este entreguín, que militaba en el Partido Comunista y pertenecía a un grupo de saboteadores polacos y españoles en Saint-Étienne, es detenido tras sorprenderle con unas octavillas. Le suben a un autobús con otros detenidos, pero logra fugarse y evitar el campo de concentración nazi de Mauthausen.

A partir de ahí, José Antonio se integra en la Resistencia enviado por el partido. Así en el departamento de Ariège, en la región del Mediodía-Pirineos, vuelve a combatir y lo hace en una brigada compuesta por tan sólo siete guerrilleros españoles. Es entonces cuando con la ayuda de sus compañeros da un golpe en una pequeña caja postal de la ciudad de Lavelanet, de donde regresa con un gran botín para entonces, 335.000 francos, que entrega a la organización. Más tarde es nombrado jefe del Estado Mayor de la Tercera Brigada de Guerilleros Españoles, formada al final de la contienda por algo más de 300 guerrilleros, que lucharon denodadamente contra la ocupación alemana hasta la liberación del país.

Uno de los hechos de armas más sobresalientes que protagonizan es la toma de la ciudad de Foix el 23 de agosto de 1944, y el posterior apresamiento de una columna de 1.350 soldados, entre los que había mongoles y turquestanos que se habían pasado a los alemanes. La guarnición alemana opta por rendirse tras cuatro horas de duros combates. Además participa en los combates de Rimont-Prayols y Castelnau-Durban, con lo que se logra la completa liberación del departamento de Ariège.

La última participación en combate de este asturiano –residente en Bon-Encontre, cerca de Agen– tiene lugar en la frustrada invasión del valle de Arán (Cataluña) en 1944, respondiendo al deseo de sus exiliados dirigentes que, desconocedores de España, creían posible en este país un movimiento como el que había liberado Francia. Caballero y Oficial de Legión de Honor de Francia, Caballero de la Legión de la República Polaca, Medalla de Lealtad a la República Española, Roseta del Primer Orden Nacional francés o ciudadano de Honor de la ciudad francesa de Foix son algunas de las máximas distinciones recibidas por José Antonio.

En Asturias, FAMYR y Age  inauguraron un Parque en su nombre en Gijón el 14 de abril de 2013, dia de su cumpleaños, en cuya inauguración dió su última intervención en Asturias. Ningún representante de la administración acudió al acto.

El pasado 15 de junio de 2014 el presidente del senado francés Monsieur Jean Pierre Bell le hizo entrega de la Orden  del Mérito Nacional por su heroico papel en la liberación de la ciudad de Foix, capital del departamento del Ariege.  Fallecido el 19 de diciembre de 2015 en Francia.  

  1. Felipe Matarranz, Comandante Lobo Resultado de imagen de Felipe Matarranz

Hijo de Felipe y de Ángeles, nació el 2 de septiembre de 1915 en La Franca, Ribadedeva. Su padre fue minero en Somorrostro (Vizcaya), de donde tuvo que marcharse por las huelgas de 1917, trasladándose a Mieres (Asturias), donde trabajó en las minas de carbón. También se vió obligado a dejar tierras mierenses y refugiarse en una finca de Torrelavega, dedicándose a partir de entonces a la agricultura.

Felipe Matarranz González cursó estudios primarios y tres años en la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega. A los 14 años, ingresó en un colectivo de izquierdas conocido como Pioneros y más tarde pasó a la Juventud Comunista y el Socorro Rojo Internacional. En estas fechas comenzó a difundir periódicos y folletos que propagaban su ideología. Participó en varias huelgas del ramo de la madera, perteneciendo a su comité de huelga. Profesionalmente, era su trabajo el de ebanista-tallista.

Durante el Bienio Negro (octubre de 1934 a febrero de 1936) fue ya perseguido, siendo detenido en varias ocasiones por sus actuaciones antifascistas. El 17 de julio de 1936, al tener conocimiento de la rebelión fascista en África contra la República, ocupó el edificio del Ayuntamiento de Torrelavega con un grupo de la Juventud Socialista Unificada. Al día siguiente se incorporó a las milicias populares, siendo elegido jefe de su grupo. Participó en batallas contra las fuerzas fascistas en El Escudo, Piedras Luengas, San Glorio, Potes, etc. Contribuyó al esfuerzo popular para detener el avance fascista en el cuartel de Simancas (Gijón) y en La Argañosa (barrio de Oviedo), donde resultó herido. También participó en la toma de los cuarteles de Loyola (San Sebastián) y en la batalla de Irún. El 23 de septiembre de 1936 marchó con un batallón de voluntarios al frente del puerto de Los Tornos (Cantabria). Iba equipado con fusiles mejicanos nuevos, los primeros que llegaron al frente republicano del Norte. El 10 de octubre, entró en combate y fue herido gravemente de un balazo que le entró por la ingle con salida por los riñones. Salió en el orden del día, propuesto para sargento, por haber tomado, en compañía de tres milicianos, una posición llamada Las Cabañas de Noceco. El 28 de noviembre de 1936, solicitó el alta voluntaria y regresó al frente. Participó en los combates del 2 y 6 de diciembre de 1936 por la conquista de la posición de La Cabra, sufriendo su batallón gran cantidad de bajas.

Posteriormente fue destinado al frente de Burgos, donde tomó parte en varias infiltraciones tras el frente enemigo, en las que se volaron vías y puentes. El 1 de mayo de 1937 participó en los combates de Cilleruelo de Bricia, conquistando la posición de Somarriba de Quintanilla de Rucandio. Igualmente, intervino en los combates para la conquista de Espinosa de Bricia (4, 5 y 6 de mayo de 1937) y salió en el orden del día propuesto para teniente por los méritos de guerra. El 4 de agosto de 1937 comenzó la ofensiva facciosa contra Santander. Encontrándose en el principal punto de ataque, en el puerto de Carrales (carretera Santander-Burgos), tuvo que soportar el cañoneo y el bombardeo durante 15 días. Al no poder resistir tal masa de fuego, las fuerzas populares se retiraron del Castro de Bricia después de haber luchado ininterrumpidamente durante tres días y tres noches. De 130 hombres sólo quedaron 12, que lograron retirarse atravesando el campo enemigo al amparo de la noche.

Siguió combatiendo en Bárcena de Pie de Concha, Alceda, Ontaneda, Fuente Viesgo y Las Presillas, donde, acorralado por los tanques italianos, cayó prisionero. Logró luego escapar tirándose por un precipicio y sufriendo un tiroteo. No pudo pasar a Asturias y se retiró a tierras cántabras, donde cayó nuevamente prisionero. El 6 de septiembre de 1937 escapó de nuevo y después de andar un centenar de kilómetros logró llegar a Asturias. Matarranz participó en combates de El Mazuco, formando parte de la Brigada Montañesa. Al llegar a perderse la posición, le hicieron otra vez prisionero y de nuevo consiguió escapar y llegar a Santander.

En diciembre de 1937, fue detenido en Torrelavega por los fascistas, padeciendo las más brutales torturas. El 30 de diciembre de 1937 fue sometido a Consejo de Guerra y condenado muerte por «auxilio a la rebelión». Cuando llevaba un año condenado a muerte, se le llevó de nuevo al cuartel de la Guardia Civil para infligirle nuevas y dolorosas torturas. El 18 de octubre de 1939 fue nuevamente condenado a muerte. Poco después sería indultado, quedándose la pena reducida a 30 años de cadena perpetua, de la que se libró en julio de 1942 por medio de un nuevo indulto, gracias a los esfuerzos de sus padres para que se enviaran informes favorables de su hijo.

A cambio de su libertad, Matarranz fue recluido en La Franca. Pero incluso desde allí continuó en contacto con el Partido Comunista de España (PCE) y con las guerrillas, concentrándose entonces su lucha en distribuir panfletos propagandísticos y servir de enlace entre los comités provinciales de Santander y Asturias con los guerrilleros.

En 1943 cayó en una redada, y no teniendo contacto con el PCE, formó el Comité Provincial de Santander. Luego tomó contacto con la guerrilla astur-montañesa, de la que fue su responsable político. Durante cuatro años sorteó el peligro clandestino en el monte y en el llano. El 25 de noviembre de 1946 fue sorprendido en una reunión con otros guerrilleros, saliendo a tiro limpio y dejando atrás a un compañero muerto y otro herido. Le capturaron al día siguiente, después de habérsele agotado toda la munición que tenía. De nuevo fue torturado y estuvo incomunicado cuatro meses, siendo sometido a 22 diligencias. Juzgado por Consejo de Guerra Sumarísimo, fue condenado a seis años de prisión, siendo confinado en el famoso penal de Burgos como hombre peligroso para la patria.

En julio de 1952 salió en libertad condicional, tomó contacto con el PCE y continuó trabajando en la clandestinidad hasta la legalización del partido en 1977. Felipe Matarranz, El Lobo —nombre que se le acuñó en un pasaporte falangista falso: José Lobo—, trabajó como encargado en la empresa Dragados y Construcciones, a la que se incorporó en 1960, ascendiendo a encargado general.

Tras jubilarse, regresó a su pueblo natal de La Franca, ingresando posteriormente, ya a avanzada edad, en una residencia de Colombres. En 1987, Matarranz publicó en Cuba con éxito su biografía, bajo el título Manuscrito de un superviviente. También es autor del libro Hay muchos Cristos, editado en Francia en 2004, donde narra sus vivencias en el bando antifranquista durante la guerra civil y la posterior dictadura, con el propósito de que se oyese la voz de los perdedores tanto tiempo ahogada, de recordar el rostro horroroso del franquismo, de denunciar falsedades históricas y de que las nuevas generaciones no se olvidasen de la lucha que sus antepasados libraron. Fallecido el 23 de mayo de 2015 en Colombres.  

  1. Cristino García Granda

Nacido en Ferrero, una pedanía asturiana del concejo de Gozón, residiendo más tarde en el de Castrillón. En 1936 trabajaba como fogonero en el buque Luis Adaro, encontrándose en Sevilla en el momento de la sublevación militar que inicia la Guerra Civil. La tripulación del barco se amotinó, se hizo con el mando y dirigió su rumbo hacia Gijón en zona republicana.

Durante la guerra civil participó activamente en diferentes combates alcanzado por sus méritos el grado de teniente en el XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero. En 1939, tras finalizar la contienda, se exilió a Francia donde fue internado en un campo de concentración.

Durante la segunda guerra mundial participaría en la Resistencia francesa al frente de la 158.ª División de la Agrupación de Guerrilleros Españoles, con el grado de teniente coronel. Dentro de sus diferentes actos en época de guerra se pueden destacar la liberación de presos políticos en Nimes, la toma de Foix, la Bataille de la Madeleine, así como diferentes emboscadas a las tropas alemanas, sabotajes y destrucción de campos minados.

Durante su última incursión, él y 28 compañeros más 27 republicanos españoles y 2 franceses, se hicieron con cañones y blindados y un total de 1.400 prisioneros alemanes que se dirigían a París para enfrentarse a las tropas del general Leclerc y su 2.ª Divisón blindada. Sus proezas son de tal grado que Francia le concede el grado de Héroe Nacional de Francia. En 1944 se integra dentro de los guerrillero españoles cruzando el Pirineo. Santiago Carrillo se reune con ellos para reorganizar el PCE y mandar el asesinato de un compañero de partido. Cristino se niega en redondo.

En la primavera de 1945, a partir de la detención y fusilamiento en Madrid de José Vitini y sus compañeros de los cazadores de la ciudad, se dirige a la capital a crear y organizar el Centro General de Resistencia y la Agrupación Guerrillera de la Zona Centro. Tras varios enfrentamientos y golpes contra intereses franquistas, el 18 de octubre de 1945 fue apresado por la policía de Franco.

El 22 de enero de 1946 durante el juicio se define como patriota antifascista con las siguientes palabras: «Sé bien lo que me espera, pero declaro con orgullo que cien vidas que tuviera las pondría al servicio de la causa de mi pueblo y de mi patria […] El fiscal nos llama bandoleros. No lo somos. Bandoleros son quienes nos acusan, quienes martirizan y matan de hambre al pueblo. Nosotros somos la vanguardia de la lucha el pueblo por la libertad. este juicio es una farsa en la que se nos acusa de delitos que no hemos cometido. Pero tenéis prisa por deshaceros de nosotros. No queréis que el mundo vea nuestros cuerpos martirizados. Queréis ensuciar con este juicio el glorioso movimiento guerrillero»

El 9 de febrero de 1946 se le condenó a muerte, junto a nueve de sus compañeros, tras un consejo de guerra sumarísimo. Este hecho generó un gran revuelo político en diferentes países, sobre todo en Francia, cuyo Ministro de Interior interpeló ante la ONU por su liberación. Mientras, Charles de Gaulle (por entonces presidente de la República Francesa) por su simpatía hacia Franco, no hizo nada para parar el asesinato por el temor a los «rojos».

En la madrugada del 21 de febrero de 1946 se cumple la sentencia y es fusilado en las tapias del cementerio municipal de Carabanchel Bajo, donde fue enterrado. La más llamativa fue la declaración suscrita por unanimidad por la Asamblea Nacional Constituyente, donde se afirma que los guerrilleros fueron fusilados por el odio a la libertad que habían defendido en Francia, y se invita al Gobierno a romper con el régimen de Franco: “La Asamblea traduce la protesta de la conciencia francesa ante esta nueva aplicación de métodos de represión condenados por el mundo civilizado

  1. Vicente García Riestra

(La Pola Siero. Asturias 1925 – Trèlissac, Dordoña, Francia 2019) Último superviviente de origen español del campo de concentración nazi de Buchenwald, Alemania.

Un ejemplo de coherencia ética y ciudadanía

Vicente García Riestra, «nuestro abuelo del pijama a rayas», como se refirieron a él los periódicos, trascendió su condición de víctima de familia represaliada, de exiliado, de deportado a los campos de concentración nazis, para asumir el papel de transmisor de la memoria en el sentido que el filósofo alemán de origen judío Theodor Adorno llamó «nuevo imperativo categórico», según el cual, los supervivientes de la muerte en los suplicios hitlerianos, sólo tenían un deber: «pensar y actuar de modo que Auschwitz no se repita, que no ocurra nada parecido (…) actuar para que lo atroz no se reproduzca ni caiga en el olvido, asegurar la unión con quienes han muerto en tormentos indecibles». Y para que así fuera, Vicente optó en cada una de las circunstancias extremas en las que le puso la vida, por la respuesta superior y virtuosa formada en el compromiso, la conciencia y el perdón.

A Vicente García Riestra le quitaron todo. La guerra le arrancó la infancia y la posibilidad de estudiar. Le arrebataron a buena parte de su familia: padre fusilado, hermano asesinado y otros dos hermanos penados y desterrados. Le quitaron la casa y todos sus recuerdos y con 13 años le convirtieron en un niño refugiado en Torrent Bo, Barcelona, a la que llegó, huyendo en un barco inglés desde el puerto de Gijón en 1937.

Esos momentos forjan el carácter de una persona: en diciembre del 2018 se recuperó en Nueva York, en los archivos de  la asociación «Friends of the Spanish Democracy» que apadrinaba refugiados de la guerra, una carta manuscrita que Vicente había escrito en 1938. En ella daba las gracias por lo que le habían hecho llegar sus padrinos y por todo lo que tenía: comida, ropa y buen trato. En esas palabras ya enseñaba los rasgos fundamentales que lo definirán para siempre: ausencia de ira o deseo de venganza, humildad y agradecimiento y también toda la esperanza que cabe en un niño de su edad que ambiciona estudiar y llegar a ser «chofer».

En 1939, con la entrada de las tropas franquistas en Barcelona, solo, se une a la desbandada que quiere llegar a Francia. En plena travesía de Los Pirineos es herido en una pierna por la Legión Cóndor que ametralla las columnas de refugiados. Evacuado al Hospital de Le Mans, consigue contactar con el resto de su familia que había llegado a la Dordoña. Y Vicente, aún niño, vuelve a responder dispuesto, ayudando al sustento familiar en cualquier labor agrícola allí donde le llaman. Pero la conciencia y su espíritu inquieto y vital le pide más.

Tras descubrir el destino aciago de su familia en Asturias, su reacción ante la ocupación alemana es unirse a la Resistencia: enfrentarse al mal que supone el nazismo. Se incorpora como enlace al grupo de maquis de su región, hasta que el 21 de diciembre de 1943 es detenido junto con todos sus camaradas. Entonces pasa a manos de la Gestapo y es sometido a torturas que le dejan secuelas permanentes. En el interrogatorio se acoge a la memoria del padre para no rendirse. Como resultado de la detención es enviado a morir como mano de obra esclava al campo de concentración de Buchenwald dentro de la operación «Espuma de mar», diseñada para acabar con la resistencia en la Francia ocupada. En el campo le vuelven a quitar todo: su pelo, sus escasas pertenencias, cualquier recuerdo y lo peor de todo: su nombre, su identidad: pretenden negarle la simple condición humana.

Le asignan como él decía «su número de matrícula», el 42.553, y un uniforme a rayas con un triángulo rojo con la «s» de Spaniar, pero Vicente otra vez de la mano de la conciencia de enfrentarse al mal totalitario pasa a colaborar con la resistencia interna del campo y llega a ceder su comida una vez a la semana para ayudar a otros más necesitados. En los momentos finales del cautiverio participa en la autoliberación del campo el 11 de abril de 1945. Con 28 kilos y tras quince meses de cautiverio, recibe de pie, a los americanos a las puertas. Por fin, el 25 de mayo regresa a Francia, a Caduin en la Dordoña, donde residirá como apátrida y refugiado desde que España, a través del decreto de Serrano Suñer de 1940 le quitara la nacionalidad, y retoma su lugar en la vida civil en el ámbito de la construcción hasta su jubilación. Sin embargo, la experiencia en el infierno en los campos permanece en él.

Durante 60 años calla su testimonio por miedo a la incomprensión, por proteger de nuevo a su familia de la memoria de ese punto final que supuso el apocalipsis de la deportación y el exterminio. Hasta sus últimos días, confesó, seguía despertando con la pesadilla de seguir en Buchenwald. Vicente rompió su silencio con la irrupción del «negacionismo» y la sombra del pensamiento totalitario en Europa que le hicieron conjurar sus miedos y consagrarse al deber superior de explicar a los más jóvenes qué fue la barbarie nazi.  Y lo hace como superviviente y testigo dando su voz a aquellos «que ya no están y que nunca pudieron hablar».

Desde el año 2007 da charlas a escolares: «Todo lo que hago es para ellos, para que sepan, para que nunca más se repita.», repetía. Y esta es la virtud esencial de Vicente García Riestra: asumir con abnegación y sentido crítico la labor de ser el último hilo de luz que nos une a la memoria y padecimientos de tantísimos hombres y mujeres buenos de los que nunca sabremos nada, silenciados por su defensa de la libertad y de sus ideas.

En el comportamiento ejemplar de Vicente García Riestra reconocernos los mejores valores que deseamos para nuestra sociedad. La República Francesa así lo hizo, ofreciéndole la nacionalidad tras treinta y seis años de ser apátrida y honrándole con las más altas condecoraciones del estado incluida la Legión de Honor en 2018.

García Riestra nunca cesó en reclamar la injusticia permanente que supuso para tantos como él, el ser privados de la nacionalidad española que no hacía más que subrayar el abandono institucional que todos los exiliados españoles padecieron. Siempre recordaba con tristeza contenida cómo en la liberación de los campos: «las delegaciones de países iban llegando, atendiendo y llevándose a sus nacionales, menos a nosotros.

Nunca vino nadie por nosotros.» Quedará en la memoria de los asistimos a sus funerales de estado, el respeto inmenso, el cariño de sus vecinos, amigos y camaradas y el honor rendido por una multitud de banderas de la república que lo reconoce como héroe.

Hemos perdido a Vicente García Riestra, pero nos deja, para las generaciones futuras, el referente de su comportamiento y testimonio al que nos debemos.  El poeta francés Paul Éluard escribió – «si el eco de sus voces se debilita, pereceremos». Nos corresponde ahora a nosotros hacer que su voz clara prevalezca.

ADHESIONES

Acción en Red

Agrupación Pozo Grajero

Ahaztuak1936-1977

AGE

Andecha Astur

Asociación 13 rosas de Asturias

Asociación Cristino García

Asociación de familiares y amigos de la Fosa Común de Tiraña

Asociación de familiares y amigos «Fosa Parasimón»

Asociación Foro Pozu Fortuna

Asociación Lázaro Cárdenas

Asturias Laica

Ateneo Republicano de Asturias

Asturias Socialista

Ay Carmela-Burdeos

Caminar (Francia):

AMCERE 11 – AUDE
APFEEF – CHARENTE
ASEREF – HERAULT
Ateneo Republicano du Limousin – HAUTE VIENNE

Ay Carmela – GIRONDE
CMRE – ALLIER
IRIS-Mémoires d’Espagne – HAUTE GARONNE
Memoria Andando – AVEYRON
MRA-ST – ARIEGE
MER 64 – PYRENEES ATLANTIQUES
MER 47 – LOT ET GARONNE
MERR 32 – GERS
MHRE 89 – YONNE
¡No Pasaran! – HERAULT
Présence de Manuel Azaña – TARN ET GARONNE
Retirada 37 – INDRE ET LOIRE
Terre de Fraternité – ARIEGE
Terres de Mémoire(s) et de Luttes – PYRENEES ATLANTIQUES

Estaya la Memoria l’Altu Nalón

Federación Estatal de Foros por la Memoria

Fundacion Juan Muñiz Zapico de CCOO Asturies

GOGOAN (Sestao)

Izquierda Asturiana (IAS)

Izquierda Unida de Asturias

La Comuna d’Asturies-CeAQUA

Nalón antifascista

Partido Comunista de Asturias (PCA)

Plataforma encontrá de los recortes de Avilés

Podemos Asturias

Sociedad Cultural Gijonesa

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El oso regicida vuelve a las calles de Llueves

22/05/2019 por

Marcha del oso por las calles de Llueves. /  E. C.
Marcha del oso por las calles de Llueves. / E. C.

La localidad canguesa de Llueves celebró ayer la decimosexta edición de la fiesta del oso regicida. La cita anual sirve para recordar en un tono irónico la muerte del rey Favila a manos de un plantígrado. En el acto, promovido por el Ateneo Republicano de Asturias, no faltó el propio oso, representado por un peluche que recorrió las calles del pueblo a hombros de los participantes.

https://www.elcomercio.es/asturias/oriente/regicida-vuelve-calles-20190519011612-ntvo.html

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Adíos a uno de los nuestros: Vicente García Riestra, el último superviviente español de Buchenwald.

09/05/2019 por

Hoy a las 8:30 ha fallecido en Perigueux, Francia, Vicente Garcia Riestra. Uno de los nuestros.

Que la tierra te sea leve compañero.

El asturiano Vicente García Riestra, era el último superviviente español de Buchenwald.

Nació en Pola de Siero  el 20 de enero de 1925, aunque muy pronto su familia se trasladó a El Berrón y después a Noreña, por motivos laborales de su padre. Es el séptimo de los diez hijos que tuvieron Gregorio García Lavilla y Áurea Riestra Morilla. Dos hijos murieron de enfermedad cuando eran niños. La familia García-Riestra había llegado a Noreña en 1930 al empezar a trabajar el padre de Vicente como obrero en una empresa de carreteras. La madre, además de criar a sus diez hijos, trabajaba en casa como pespuntadora de calzado. El padre –conocido como Gorín– nunca militó en ningún partido político, si bien pertenecía a la UGT. La madre, Áurea, militaba en el PSOE.

Cuando estalló la guerra en el 36, Vicente tenía 11 años. El padre fue nombrado por el Comité antifascista de Noreña responsable de abastos. “Mi padre nunca hizo ninguna diferencia entre gente de derecha o gente de izquierda, a la hora de distribuir los alimentos. Se preocupó de dar de comer a todos”, relata Vicente. Tras la caída de Santander en manos franquistas el 26 de agosto de 1937, la situación de Asturias, aislada, se hizo insostenible. La familia decidió que la madre, Vicente y sus cuatro hermanos pequeños –Josefina, María Luisa, Conchita y Jesús– abandonaran Asturias. Lo hicieron en el carguero inglés London que partió del puerto de Gijón el 27 de septiembre de 1937, y que los condujo a Burdeos. Desde allí, regresaron a la España republicana por la frontera franco-catalana y recalaron en la provincia de Barcelona.

Vicente permaneció dos años internado en un colegio de Sant Boi de Llobregat. Poco antes de que las tropas franquistas tomaran la capital condal, con todos los caminos y carreteras que conducían a Francia atestados de gentes y soldados que huían despavoridos, con nieve y temperaturas gélidas, y con la aviación franquista bombardeándoles, Vicente cruzó la frontera, sin la compañía de su madre y hermanos –arropado solamente con la manta que todavía conserva–, el 26 de enero de 1939, resultando herido por la metralla. Curado en un hospital de Le Mans, una enfermera que se apiadó de él consiguió, a través de los organismos humanitarios, ponerle en contacto con su madre, quien creía que Vicente se había quedado en España. Sopesaron regresar a España. Pero lograron comunicarse con una amiga de la familia que les hizo saber “que en España todo es muerte”. Con el tiempo se enteraron que el padre y José, uno de los tres hijos que se habían quedado en España, habían sido fusilados, y que los otros dos, Rosa y Luis, estaban encarcelados. Debían permanecer en Francia. Con 14 años, Vicente empezó a trabajar en tareas agrícolas para sostener a su madre y hermanos. Pero la preocupación por los dos hermanos que seguían vivos en España les atormentaba.

El padre se sintió en la obligación de quedarse hasta el final por su responsabilidad en el abastecimiento. A principios de octubre de 1937 fue arrestado en Sama de Langreo y condenado en un Consejo de Guerra, por el delito de rebelión militar, a la pena de muerte. Fue fusilado en Oviedo, el 4 de marzo de 1938, y sus restos yacen en una fosa común. La hija mayor, Rosario, que era costurera, fue detenida, junto a su padre, en Sama, juzgada en Consejo de Guerra y condenada a 30 años de cárcel por rebelión militar. Condena que cumplió en las cárceles de mujeres de Saturrarán (Euskadi) y Palma de Mallorca, donde residió hasta su muerte en 2005. Luis, el que hacía el número dos en la lista de hermanos, se hizo barbero, estableciendo su barbería en la casa familiar. Curiosamente, fue el 16 de febrero de 1936, el día de las elecciones generales que dieron la victoria al Frente Popular, cuando inauguró su establecimiento. Tras estallar la guerra, Luis –que había nacido en 1918– dejó la barbería y se incorporó al frente. De pensamiento de izquierdas, no perteneció nunca a ningún partido político. Fue detenido en noviembre de 1937 y trasladado a la cárcel de Pola de Siero. Un Consejo de Guerra celebrado en Oviedo lo condenó a pena de cárcel en Vitoria y destierro en Barcelona, donde residió hasta su muerte.

José era el tercero de los hijos de Gregorio y Áurea. Tenía cinco años más que Vicente –había nacido el 12 de diciembre de 1920– y compartió con éste varios años en la escuela de Noreña. Recuerda Vicente con especial ternura sus desplazamientos hasta El Berrón, perteneciente a la parroquia de La Carrera, en el concejo asturiano de Siero, a 3 kilómetros de Pola de Siero y a 13 de Oviedo, que debía todo su crecimiento industrial a su privilegiada situación –de Santander a Oviedo y de Langreo a Gijón– y nudo ferroviario –allí confluían los antiguos Ferrocarriles Económicos de Asturias y el Ferrocarril de Langreo–. Este último, de vía estrecha y uno de los más antiguos de España, transportaba el carbón de las minas de Langreo y Siero hasta el puerto de Gijón. En las maniobras del cambio de vías, una pequeña cantidad de carbón se caía al suelo. Y allí estaba José para recogerlo: una parte se la llevaba a su madre para cocinar y la otra la vendía, entregándole también a ella el importe de la venta. José se conformaba con la perragorda que le daba su madre. Espabilado, tocaba la trompeta en la Banda Municipal y se interesó muy pronto por la política, con reuniones sindicales y de las Juventudes Comunistas. José y Vicente compartieron cama hasta que el primero se fue al frente. José frecuentaba uno de los dos Ateneos de Noreña.

La familia no supo de la actividad política de José hasta que se unió a un grupo de jóvenes y se incorporó al frente. La primera de sus acciones fue dirigirse a la Fábrica Nacional de Armas de Trubia para proveerse de armamento. Cuando se publicó el Decreto de militarización de las Milicias populares, en octubre de 1936, José debía abandonar el frente al no tener la edad reglamentaria. Pero su padre tuvo que firmar una autorización oficial dando su conformidad. Entró al Batallón de Infantería nº 215 “Henry Barbusse”, al mando del comandante Faustino Alonso Huerta. Todavía un adolescente –no cumpliría 17 años hasta diciembre de 1936–, fue destinado a la sección de ametralladoras en el cerco de Oviedo y fue ascendido a sargento. Vicente cree que su unidad se integró, en agosto de 1937, en la 60 División del XVII Cuerpo de Ejército, siendo destinada a la zona de Infiesto y Villaviciosa, donde se derrumbó el frente en octubre del 37. Muy unido a su familia, no pudo despedirse de su madre y sus cinco hermanos pequeños aquel 27 de septiembre de 1937 en que salieron huyendo de Asturias. En octubre de ese mismo año 1937 caía bajo las balas de un piquete de ejecución franquista en las afueras de Noreña. Tras años de esperanza de que su hermano se hubiera salvado y estuviera escondido, Vicente supo la triste realidad. En julio de 2015 Vicente regresó a Noreña para tributarle el homenaje que venía ansiando desde hacía 75 años.

En la resistencia francesa

En el pueblecito francés donde recalaron Vicente, su madre y hermanos, en el departamento de Dordoña, Vicente ingresó en la Resistencia sin apenas él saberlo. El señor Lucien, el maestro, le encargaba pequeños “recados” como comunicar diversos mensajes e informaciones… Un día, Vicente se atrevió a preguntarle qué significaban esos recaditos. Vicente se enteró de que estaba colaborando con la Resistencia. A partir de entonces, y ya con pleno conocimiento, incrementó su actividad. Su cometido principal era la información del movimiento de tropas alemanas. Se entregó con ahínco a la tarea hasta el 22 de diciembre de 1943, en que, probablemente a causa de una delación, Vicente y una treintena de compañeros fueron detenidos por la Gestapo en sus propios domicilios, a la hora del almuerzo.

Trasladado a las cárceles de Bergerac y Limoges, fue objeto de interrogatorios acompañados de torturas. No le quedó ni un diente del maxilar superior de las palizas. Más tarde, lo tumbaron desnudo encima de una mesa, atado de pies y manos, y le golpearon brutalmente. Cuando lo metieron en una celda, los prisioneros intentaron aliviarle el dolor y los hematomas con agua. Lo que le dejó perplejo fue el interrogatorio a que fue sometido, con preguntas concretas como, por ejemplo, el motivo por el que habían fusilado a su padre en España. Vicente lo negaba todo, pero se dio cuenta de que sus torturadores tenían cumplida información de todo lo que le había acontecido a su familia en España, que sólo podía venir de las autoridades españolas, lo que demostraba la complicidad del régimen franquista con el terror nazi. Lo mismo le ocurrió a Mariano Constante antes de ser enviado a Mauthausen. En la visita que hizo a Berlín, el 17 de septiembre de 1940, el ministro de Asuntos Exteriores y Presidente de la Junta Política, Ramón Serrano Suñer, se selló el destino a los campos nazis de los republicanos españoles hechos prisioneros por el ejército alemán en Francia.

El mismo día que cumplía 19 años, Vicente fue conducido al cuartel de Royallieu, en Compiègne, a 65 kilómetros de París, erigido por los nazis en campo de concentración y de tránsito de los detenidos en Francia hacia los campos nazis. Fue obligado a subir a un vagón de un tren de mercancías en el que se hacinaban unos cien prisioneros. El 24 de enero de 1944, tras cuatro interminables días de viaje, llegamos al campo nazi de Buchenwald”.

Internamiento en Buchenwald

Buchenwald se construyó en 1937 en un área arbolada sobre la ladera norte de Etterberg, alrededor de cinco millas al noroeste de Weimar, la cuna de Goethe, el lugar de nacimiento de la democracia constitucional alemana en 1919. No era un campo de exterminio industrializado, como los de Polonia. Sin embargo, muchos de los prisioneros fallecieron asesinados o extenuados por el duro trabajo y las inhumanas condiciones de vida. Algunos detenidos, como los prisioneros de guerra soviéticos, fueron, no obstante, ejecutados masivamente por fusilamiento. En total, se estima que estuvieron presas unas 250.000 personas procedentes de todos los países de Europa. El número de víctimas se cifra en unos 56.000, entre ellos 11.000 judíos.

Nada más llegar a Buchenwald, Vicente hubo de sufrir el tradicional protocolo de “bienvenida”: “Me raparon el pelo, me desinfectaron, me dieron un traje a rayas y me quitaron hasta mi nombre, pues me asignaron un simple número, el 42.553. Tuve la suerte de ser seleccionado para la cocina…”. En los quince meses que pasó en el campo, tuvo que aprender a convivir con la muerte: “recuerdo que al comienzo, cuando estábamos de pie formados en la Appelplazt y veíamos pasar por delante de nosotros el carro con los muertos habidos en el día, nos quitábamos la gorra en señal de respeto por esas personas que en nada se convertirían en humo en los hornos crematorios… A los pocos días la muerte era tan omnipresente que ya hasta la veías como algo normal, y te decías: ´mala suerte, el próximo seguramente seré yo`. En el fondo, nunca te acostumbras a tanto horror”.

Las causas de tantas muertes están muy claras para Vicente: “la gente caía como moscas porque no teníamos nada que comer y además no había cuidados médicos”. En Buchenwald se organizó un grupo clandestino de Resistencia, en el que muy pronto se integró Vicente. El 11 de abril de 1945 Vicente fue uno de los deportados liberados por las tropas estadounidenses. No pudo regresar a España pues el franquismo, que los había empujado primero al exilio en Francia y después a dichos campos, campaba por sus fueros. Fijó su residencia en Francia, en Périgueux, en la Dordoña, donde se casó (dos veces) y sigue viviendo con sus dos hijos y sus dos nietos.

Los españoles detenidos en Francia por los alemanes fueron confinados mayoritariamente en Mauthausen, más de 7.500. Por Buchenwald pasaron pocos presos españoles, no llegaron a los 200. Entre ellos, algunos aragoneses, como Feliciano Escalona, de Tella-Sin, en la comarca del Sobrarbe. Fue el único militar de carrera republicano en Buchenwald. Pasaron grandes personalidades del mundo de la política, de las artes, de las letras… Léon Blum, socialista francés de origen judío que fue jefe de gobierno del Frente Popular francés. O el ministro francés Georges Mandel. O grandes escritores, como Jean Améry, Robert Antelme (esposo de Margarite Duras), Imre Kertész (premio Nobel de Literatura), Elie Wiesel (premio Nobel de la Paz), Maurice Halbwachs,.Hasta una princesa, Mafalda de Saboya, hija del rey italiano Victor Manuel III de Saboya, que pereció el 27 de agosto de 1944.

Vicente García Riestra era, en estos momentos, el último superviviente español de Buchenwald.

Vicente García Riestra, el último superviviente español de Buchenwald.

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Asturies: ANIVERSARIO LIBERACIÓN CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE MAUTHAUSEN Y HOMENAJE A ROSARIO DE ACUÑA

08/05/2019 por

Con motivo de cumplirse el 74 Aniversario de la Liberación del Campo de Concentración de Mauthausen y el 96 Aniversario del fallecimiento de Rosario de Acuña, ambos hechos acaecidos a primeros del mes de mayo, varias entidades organizan una serie de actividades durante esta semana.

Mañana miércoles, día 8 de mayo, a las 19H.30’, en el Centro Municipal Integrado El Llano (Cl Río de Oro, 37), organizado por el Ateneo Obrero de Gijón, tendrá lugar la proyección del documental Víctor Cueto, nº 3438 (53 min.), dirigido por Pedro Timón Solinís y producido por Pensar Audiovisual S.A.L.

Víctor Cueto, nº 3438 es la historia de Víctor Cueto Espina, de Ceceda (Nava), que estuvo prisionero en el Campo Nazi de Concentración de Mauthausen. Tras la liberación en mayo de 1945, Víctor es un apátrida que no tiene a donde ir. Increíblemente, se queda a vivir en Alta Austria, a pocos kilómetros del lugar donde se le torturó. En el documental se recogen los testimonios de: Silvia Cueto, Yolanda Cueto, Marcelo Laruelo, Leonardo Borque, Antonio Martínez, Angelita Andrada, Benito Bermejo, Ricardo Cortés, Erich Hackl, Ángel González, Luis Pascual y Rafael Palacios.

El próximo jueves, día 9 de mayo, a las 19H.30’, en el Centro Municipal Integrado El Llano (Cl Río de Oro, 37), organizado por el Ateneo Obrero de Gijón, tendrá lugar la proyección de la grabación en vídeo de la obra teatral La última casa de Rosario de Acuña (65 min.).

La obra de teatro La última casa de Rosario de Acuña fue estrenada el jueves 10 de mayo de 2012 en el Centro Municipal Integrado de El Llano. Basada en textos de Rosario de Acuña y de José Bolado, la dramaturgia y el guión corrieron a cargo de Boni Ortiz. La grabación de la obra está producida por el Equipo de Teatro La Máscara, bajo la dirección de Boni Ortiz, y contó con la participación de Nacho Carballo (dirección y montaje), Carlos Fueyo (cámara) y PÍCARA Producciones (realización).

74 ANIVERSARIO LIBERACIÓN

CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE MAUTHAUSEN

El próximo sábado, día 11 de mayo, a las 12H.00’, organizado por el Ateneo Obrero de Gijón, la Logia “Rosario Acuña” (GOdF), la Sociedad Cultural Gijonesa, la Tertulia Feminista Les Comadres y FAMYR (Federación Asturiana Memoria y República), tendrá lugar una ofrenda floral ante el monolito, situado en la Senda de El Cervigón, que recuerda a las víctimas asturianas de los Campos de Concentración Nazis.

La magnitud del Holocausto, planificado y ejecutado por los nazis, debe por siempre ser guardado en nuestra memoria colectiva. Los sacrificios de quienes desafiaron a los nazis y, al mismo tiempo, dieron sus propias vidas para proteger o rescatar a las víctimas del Holocausto deben ser inscritos en nuestros corazones y ser objeto de homenaje por aquellos que consideran que la historia no ha de ser olvidada.

HOMENAJE A ROSARIO DE ACUÑA

El próximo sábado, día 11 de mayo, a las 13H.00’, en la Senda de El Cervigón (Gijón), ante la que fuera casa de Rosario de Acuña, la Logia “Rosario Acuña”, el Ateneo Obrero de Gijón, la Sociedad Cultural Gijonesa y la Tertulia Feminista Les Comadres rendirán un homenaje a la escritora y librepensadora Rosario de Acuña.

Tal y como lo viene haciendo en los últimos años, a primeros de mayo la Logia “Rosario Acuña” rinde homenaje a esta librepensadora en la que fuera su casa, junto a la gijonesa senda de El Cervigón. Rosario de Acuña es una escritora en cuyos trabajos se advierte un carácter de progreso que, junto con sus convicciones republicanas y su apasionada defensa de los derechos de la mujer, la libertad y el humanismo, le iba a ocasionar graves contratiempos a lo largo de su vida. A instancias de algunos amigos de la Junta Directiva del Ateneo Obrero, se trasladó a Gijón y en 1909 comienza la construcción de su casa en El Cervigón, sobre un acantilado, donde vivirá hasta su fallecimiento, sucedido el 5 de mayo de 1923, siendo enterrada en el cementerio civil de Gijón tras una extraordinaria manifestación de duelo.

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Xixón: «Tienen que colocar los paneles sobre la Guerra Civil, secuestrados desde 2011»

24/04/2019 por

Intervención de Toño Huerta, flanqueado por Rafael Velasco y Jesús Montes Estrada, en la plaza del Marqués. / J. PETEIRO
Intervención de Toño Huerta, flanqueado por Rafael Velasco y Jesús Montes Estrada, en la plaza del Marqués. / J. PETEIRO

Colectivos republicanos instan al Ayuntamiento a habilitar la ruta que narra los quince meses de contienda en Gijón

JOSÉ LUIS RUIZ GIJÓN.
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Treinta paneles informativos sobre los principales episodios de la Guerra Civil en Gijón fueron entregados al Ayuntamiento en 2011. Sin embargo, «cuando llegaron los paneles ya estaba este accidente de gobierno municipal y dijo que no se colocaban. Desde entonces los tienen secuestrados», denunció ayer Jesús Montes, de la asociación Lázaro Cárdenas. Así pues, el Colectivo de Entidades Memorialistas y Republicanas de Xixón, formado por diez grupos, pidió al Consistorio que coloque esos paneles, los cuales perfilan una ruta que aborda los quince meses en los que la ciudad estuvo bajo el asedio y los bombardeos entre 1936 y 1937. «Nos reunimos con el equipo de gobierno en alguna ocasión y nos hicieron propuestas absurdas, como situarlos en un parque temático en alguna parte. Pero están pensados para explicar lugares muy concretos de la ciudad, que es donde deben ir», dijo Rafael Velasco, de la Federación Asturiana Memoria y República.

«Es curioso comprobar cómo una ciudad como esta, que tanto presume de su pasado romano, no quiere saber nada de su historia más cercana. Los acontecimientos que vivieron nuestros padres y abuelos son también muy importantes y no deberían despreciarse», añadió Montes. Los paneles fueron aprobados y elaborados durante el mandato de la socialista Paz Fernández Felgueroso. El presupuesto fue de 12.000 euros y los textos los redactó el geógrafo Toño Huerta. «Ponen como excusa que no son adecuados para la intemperie, pero no es cierto. Están protegidos contra los actos vandálicos y tienen una estructura de madera muy resistente, es la misma que se usa en la señalización de montaña», explicó Huerta. Estos colectivos advierten que si tras las próximas elecciones municipales no se colocan estos carteles iniciarán movilizaciones.

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Xixón: Los 30 paneles del Gijón de la Guerra Civil que llevan 8 años en un almacén

24/04/2019 por

Las asociaciones memorialistas exigen que se coloquen en las calles de la ciudad para completar el itinerario cultural por los bombardeos de 1936 y 1937, proyecto interrumpido desde que Foro se hizo con el  gobierno local en 2011

Rescate de heridos en la calle Diecisiete de Agosto
Rescate de heridos en la calle Diecisiete de AgostoXixón so les bombes (1936-1937)
E. G. Bandera
Gijon

Desde hace al menos dos años a los turistas se les ofrece la oportunidad de realizar un recorrido cultural por el Gijón de la Guerra Civil siguiendo las 30 localizaciones más destacadas de los 15 meses de bombardeos continuos que vivió la ciudad entonces. Las mismas localizaciones que se recogieron en 2011 en un mapa que, bajo el título Gijón bajo las bombas /Xixón so les bombes (1936-1937), formaba parte de uno de los últimos proyectos de la entonces concejalía de Memoria Histórica y Social del Ayuntamiento de Gijón. Este proyecto consistía en mostrar lo ocurrido entre el verano de 1936 y octubre de 1937, cuando Gijón se convirtió en la ciudad más bombardeada del norte de España, a través de una ruta por la ciudad que, aparte del folleto con el mapa y un libreto con toda la información, se iba a completar con la instalación de 30 paneles con imágenes y textos explicativos en otras tantas localizaciones.

Rafael Velasco, Jesús Montes y Toño Huera, ayer, con una réplica de uno de los paneles en primer término, ante el Palacio de Revillagigedo
Rafael Velasco, Jesús Montes y Toño Huera, ayer, con una réplica de uno de los paneles en primer término, ante el Palacio de Revillagigedo

Esos paneles, que costaron unos 12.000 euros e incluían otro principal con todos los puntos de interés del recorrido sobre el callejero de Gijón, llevan ocho años metidos en uno de los almacenes municipales de Cerámicas Piti. «Llegaron en agosto de 2011 y, desde entonces, están secuestrados para que nadie se entere de que existen», dice el exconcejal de IU Jesús Montes Estrada Churruca, que desde 2003 a 2011 estuvo al frente de aquella concejalía de Memoria Histórica, dentro del gobierno formado entonces por PSOE e IU, con Bloque por Asturies primero y más tarde Los Verdes.

Las elecciones municipales de 2011 se celebraron en mayo y Foro se hizo con la Alcaldía de Gijón. «Los paneles estaban hechos y solo hacía falta colocarlos, pero en los últimos ocho años ha sido imposible que se ejecutara esta pequeña obra», indica Rafael Velasco, que también participó ayer en la rueda de prensa en la que, frente al Revillagigedo -uno de los escenarios del recorrido al ser donde estaba el cuartel de milicias-, las asociaciones memorialistas y republicanas de Gijón exigen al actual gobierno de Foro, o en su defecto al que está por llegar tras las próximas elecciones, que se instalen estos paneles de una vez por todas y se salde una «deuda de memoria histórica» con la ciudad.

«Después de muchas reuniones con la concejala de Educación, Montserrat López, y tras haber puesto como excusa que los paneles estaban hechos con un material que no era adecuado para poner en la calle, se nos ofreció una salida que nos parece completamente absurda», explica Velasco, en referencia a que desde Foro, se propuso crear «una especie de parque temático» en el que colocar todos los paneles. «No sabemos el sitio, pero es algo absurdo porque cada una de estas placas va ligada a un lugar y a un hecho históricos concretos como en los recorridos que ya existen en otras ciudades, en las que se mantienen símbolos de este tipo en las calles», añade.

Los paneles están hechos con la misma madera asiática que se emplea en las señalizaciones de montaña, «que aguanta años y años y resiste la condiciones meteorológicas más extremas, además de que fueron hechos para soportar posibles actos vandálicos y con un mantenimiento, en caso de que fueran rasgados, de bajo coste al tratarse de vinilos pegados a la madera», explica Toño Huerta, el geógrafo al que ya en 2010 se encargó una primera fase de este proyecto que consistió en recopilar la historia de los cientos de refugios antiaéreos de Gijón durante 1936 y 1937.

Una segunda fase fue esta ruta interpretativa por el Gijón de las bombas aún incompleta y, una tercera, la apertura del refugio subterráneo de Cimavilla, cuyo anteproyecto ya está en manos del gobierno local. «Cuando fueron las elecciones de 2011 entra el actual equipo de gobierno y considera que este proyecto no es prioritario, que no interesa. Así que los paneles quedaron almacenados hasta hoy y la apertura del refugio sigue paralizada», resume Huerta.

«Resulta curioso que, en una ciudad como Gijón, con todos los vestigios romanos que tenemos justo en este entorno, curiosamente sea este último siglo, los 100 años que son nuestros y que vivieron nuestros abuelos y nuestros padres, lo que no interesa», insiste Montes Estrada, que critica que Foro haya considerado que «la historia de los últimos 100 años no merece la pena ser conocida por parte de nadie» y decidieran «secuestrar» los paneles en cuestión.

Les consta que existen porque se los han enseñado «a base de insistir», y al parecer incluso siguen en su embalaje. «Llevan ocho años metido en un almacén y la situación es indescriptible. Por eso, exigimos que, si no es posible colocarlos en lo que queda hasta las elecicones municipales, que los que lleguen se hagan responsables de su instalación para no seguir ocultando la historia, para defender la cultura y para condenar la muerte». A la rueda de prensa, a la que seguirán otras acciones reivindicativas en caso de no conseguir tan simple y sencillo objetivo, asistían representantes y candidatos municipales de Xixón sí Puede e IU.

La información recopilada en este proyecto sí forma parte, además de la oferta turística, de actividades de la Fundación Municipal de Cultura y Educación con escolares y la exposición que se hizo en su momento ha podido verse en varias ocasiones en los centros municipales.

https://www.lavozdeasturias.es/noticia/gijon/2019/04/23/30-paneles-gijon-guerra-civil-llevan-8-anos-almacen/00031556038317047932628.htm?fbclid=IwAR3YBRKTOQF6UGPEOwsBwLBZMYArnYyWOh51BeNpxHevGUy8Kozu9EmNLEE

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Oviedo: Espacios públicos con nombre de mujer

22/04/2019 por

Los cambios en el callejero por la aplicación de la ley de la memoria histórica y la apertura de nuevas vías alrededor del HUCA permiten homenajear a científicas, escritoras y profesoras

Calle de Oviedo
Calle de Oviedo
Emma Álvarez
Oviedo

La disparidad está en la calle, a la vista de todo el mundo. El desequilibrio de género en los nombres de los espacios públicos de Oviedo responde a un reparto entre hombres y mujeres que «ni es proporcionado ni es realista», en opinión de la concejala de Patrimonio, Cristina Pontón (IU). Por eso, al amparo de los cambios que prescribe la ley de la memoria histórica, su departamento propuso al equipo de gobierno la entrada en el callejero que reconocen las aportaciones femeninas en diversos momentos y campos del saber. «Hemos adjudicado el 50% de esas calles y plazas a mujeres que han contribuido al desarrollo social y cultural de la ciudad o del país. Eran un reconocimiento y una compensación muy necesarios», apunta Pontón.

De esta manera, en el callejero de Oviedo han entrado de golpe diez nuevas direcciones con nombre de mujer: Maestras de la República, Concepción Arenal, Matilde García del Real, Gloria Fuertes, Trece Rosas, María Xosefa Canellada, Flora Tristán, Aurora de Albornoz, Sara Suárez Solís y Amparo Pedregal. El Ayuntamiento, además, ha propuesto al Gobierno autonómico, responsable del desarrollo urbanístico de los alrededores del nuevo HUCA que una de las calles de esa nueva zona de la ciudad tan ligado a la medicina y la ciencia lleve el nombre de la destacada bioquímica e investigadora Margarita Salas.

Los responsables municipales también negocian con la comunidad escolar del colegio público Gesta el cambio de denominación del centro. El equipo de gobierno tiene la propuesta de que pase a llevar el nombre de la influyente pedagoga Maria Montessori, cuyo ideario educativo tiene aún una enorme influencia en la actualidad. «En la ciudad apenas tenemos lugares que reconozcan las enormes aportaciones de las mujeres a la educación. Ella, que fue una pionera, se merece ese reconocimiento», apunta Pontón.

Aunque los recursos judiciales planteados por algunos partidos y asociaciones hace aún difícil asegurar cuándo serán inamovibles los cambios en el callejero, el equipo de gobierno ha decidido aceptar el desafío en los tribunales para asegurarse que la feminización del callejero no tiene marcha atrás. Con las nuevas denominaciones, pasan a ser parte de los recorridos por la ciudad:

Concepción Arenal

Escritora, protofeminista y reformadora social del siglo XIX. Se licenció en Derecho cuando la presencia de las mujeres en las aulas universitaria era escandalosa. Trabajó por la reforma de las prisiones españolas, tanto masculinas como femeninas, y su personalidad curiosa le permitía al mismo tiempo defender la labor de las órdenes religiosas y colaborar con las publicaciones de la muy laica y progresista Institución Libre de Enseñanza.

Matilde García del Real

Pedagoga y escritora nacida en Oviedo en 1856. Fue discípula de Concepción Arenal, a la que conoció por la amistad que la ligaba a su familia. De su experiencia en las escuelas municipales de Madrid surgió La educación de las niñas, uno de los primeros manuales modernos sobre métodos de enseñanza en España, y su esquema para organizar las escuelas de párvulos. Murió en Madrid en 1932.

Gloria Fuertes

La poeta madrileña, fallecida en 1998, fue durante dos décadas una referencia para los niños y los adolescentes que descubrían las rimas en sus apariciones en diversos programas de la televisión pública. Ese encasillamiento ha eclipsado en ocasiones su contribución a la poesía española de la posguerra. La crítica la incluye como miembro de pleno derecho de la generación del 50, la de Valente, Gamoneda, Gil de Biedma, Julia Uceda y Claudio Rodríguez.

María Xosefa Canellada

La filóloga, escritora y estudiosa del folclore y la fonética, nacida en Piloña, se doctoró con una tesis sobe el bable de Cabranes dirigida por Dámaso Alonso. Fue finalista del premio Café Gijón con una novela censurada por el franquismo y profesora en universidades españolas y de todo el mundo antes de acabar su carrera como académica de la RAE y de la Llingua.

Flora Tristán

Reconocible para los lectores de El paraíso en la otra esquina, esa novela de Mario Vargas Llosa que traza un ejercicio de vidas paralelas entre su biografía y la de su nieto, el pintor Paul Gauguin, la pensadora peruana trasladada a Francia vivió poco más de 40 años en la primera mitad del siglo XIX, pero su influencia aún llega al mundo actual. Sus reivindicaciones feministas aún están en la agenda actual y las autoras de la tercera ola la reconocen como una precursora.

Aurora de Albornoz

Miembro de una de las familias más notable del Occidente de Asturias, su tío abuelo Álvaro de Albornoz fue presidente de la II República en el exilio mexicano y su tío Severo Ochoa llegó a Nobel de Medicina. Criada en ese ambiente intelectual, fue una escritora polifacética: ensayista, poeta y crítica literaria. Estudió en Puerto Rico con Juan Ramón Jiménez y en la Sorbona con José Bergamín para convertirse en una reputada profesora universitaria, especializada en la literatura del exilio, cuyas clases se solicitaban en las dos orillas del Atlántico. Una muerte temprana frenó su carrera en 1990.

Sara Suárez Solís

La biblioteca de Pumarín ya llevaba el nombre de esta novelista cuyo Camino con retorno (1978) es uno de los textos que ayudan a entender la historia del siglo XX en Oviedo y los desgarros causados por la guerra y por la larga represión que la siguió. Ya tiene una calle en Gijón, ciudad en la que acabó residiendo cuando entró en la plantilla del Instituto Jovellanos, del que llegó a ser directora. Feminista durante toda su vida, contribuyó al nacimiento de la tertulia Les Comadres.

Amparo Pedregal

Impulsora de los estudios de género en la Universidad de Oviedo y una de las historiadoras especializadas en la Antigüedad con mejor reputación en España, su muerte repentina (falleció en Madrid mientras regresaba a Asturias desde un congreso académico que se había celebrado en Murcia) en 2015 causó una honda impresión en toda la comunidad de profesores y alumnos, en la que estaba muy involucrada.

Maestras de la República

Un reconocimiento a la labor pedagógica de la II República, a su esfuerzo para erradicar el analfabetismo en España y a su interés por mejorar la educación de las niñas.

Trece Rosas

El grupo de jóvenes fue fusilado por el franquismo en agosto de 1939 y simboliza la represión desatada por la dictadura tras el final de la guerra civil. Fueron  condenadas en un consejo de guerra sumarísimo organizado tras un atentado contra un jerarca del régimen, aunque algunas ya estaban encarceladas cuando se cometió, acusadas de haber pertenecido a las Juventudes Socialistas Unificadas. Sus edades iban de los 18 a los 29 años.

 

https://www.lavozdeasturias.es/noticia/oviedo/2019/03/18/espacios-publicos-nombre-mujer/00031552907729303306174.htm

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Presentación libro sobre los niños de la guerra en Mieres: 29 de abril

22/04/2019 por

Reseña

Tres mil niñas y niños, de entre cuatro y quince años, fueron evacuados a la Unión Soviética, durante la Guerra Civil española y quedaron aislados de sus familias. Son conocidos como los “Niños de Rusia”. En ese país fueron lo que hoy llamamos “refugiados”.

¿Qué fue de ellos? ¿Qué de sus padres y hermanos, quebrados por la ausencia? ¿Qué de los que volvieron? ¿Qué de los que quedaron, para siempre, allí?

Cada cual sería merecedor de su propio relato. Esta novela nos lleva por el hilo conductor del periplo de uno de ellos: Tino, el primero en retornar a España.

Pocos días antes del golpe franquista del 18 de julio de 1936,  con once años de edad,  salió de su casa de Oviedo, para pasar una quincena de vacaciones en la Colonia de Salinas; un campamento de verano en Avilés. No volvió a reencontrarse con sus seres queridos hasta cinco años y medio después.

Los primeros catorce meses quedaría separado de su familia por el cerco de Oviedo. Después saldría, desde Gijón, en una épica navegación hacia el Mar Báltico con destino a la URSS. En la región de  Moscú y en Leningrado viviría sus años de infancia y primera juventud. Combatiente voluntario del Ejército Rojo Soviético, en el frente de Karelia, fue hecho prisionero e internado en un campo de concentración finlandés, dirigido por los nazis, hasta su retorno a España.

La mayoría vivimos una vida pero hay unos pocos a quiénes, el azar, les depara vivir varias dentro de la suya. Aquellos “Niños” tuvieron ese destino.

Sirva esta narración para que, el recuerdo de estas otras víctimas de la guerra y el exilio, no quede en el olvido y porque, la memoria, al igual que la palabra, “es un arma cargada de futuro”. 

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