Llanes recuerda a los fallecidos durante la II República

15/04/2015 por

15.04.2015 | 04:21

Llanes recuerda a los fallecidos durante la II República

Llanes recuerda a los fallecidos durante la II República EMILIO G. CEA

Un nutrido grupo de personas participó ayer en el cementerio llanisco de Camplengu, coincidiendo con el aniversario de la proclamación de la II República, en el acto de recuerdo por los fallecidos durante 1937 en este lugar. Estuvo organizado por el PSOE de Llanes y el Foro Veneranda Manzano. En el homenaje intervinieron la secretaria general de la Agrupación socialista local, Dolores Álvarez Campillo, y el presidente del Foro, José Luis Villaverde Amieva. En la imagen un instante del acto, informa E G. C.

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dinamita, hubo mucho drama detrás» El dibujante de Blimea presentó en Sama su novela gráfica «La balada del Norte», que aspira a «ayudar a conservar la identidad» de las Cuencas

14/04/2015 por

Zapico: «La Revolución del 34 no sólo fue

14.04.2015 | 03:39

Por la izquierda, Alfonso Zapico (firmando un ejemplar de su libro), José Luis Alperi y Pedro Alberto Marcos.

Por la izquierda, Alfonso Zapico (firmando un ejemplar de su libro), José Luis Alperi y Pedro Alberto Marcos. F. R.

M. Á. G. La Revolución de 1934, uno de los pasajes que han marcado la Historia reciente de Asturias, cobra vida en las viñetas de «La balada del Norte», la novela gráfica que el dibujante Alfonso Zapico presentó ayer en la Casa de Cultura de Sama en un acto que congregó a numeroso público. El libro -fruto de un trabajo que se ha prolongado durante tres años y medio, y que tendrá continuidad en un segundo volumen- retrata la actividad minera y la sociedad de las Cuencas de los años treinta que sirvió de caldo de cultivo al levantamiento. A lo largo de los próximos días, el autor de Blimea -ganador del Premio Nacional del Cómic en 2012 y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA- llevará su obra a Oviedo, Gijón y San Martín del Rey Aurelio.

Zapico, que actualmente reside en la ciudad francesa de Angulema, una de las mecas mundiales del cómic, reconoció que «me he sentido muy extraño al hacer este libro». La guerra de Crimea, la Palestina de mediados del siglo XX, el Dublín de James Joyce habían sido algunos de los escenarios de sus obras anteriores. Ahora, el libro está íntimamente ligado a sus orígenes. «Llevo muchos años viviendo en Francia y quería regresar a la cuenca a través de la historia que se cuenta y del trabajo de investigación previo. Es una historia que no es sólo para la gente de aquí; se trata de algo universal».

Para el dibujante de Blimea existe una visión algo distorsionada de la Revolución de 1934. «Es difícil dibujar un pasaje como ése. La gente se acuerda de la dinamita, pero si te pones a hurgar en la historia te encuentras también con el drama humano, las consecuencias y la represión. Todavía no llegué ahí, pero creo que me va a costar más dibujarlo que esta primera parte, en la que se habla más de las minas y del trabajo», argumentó Zapico, que añadió: «En cierto modo hay una visión idealizada del 34, pero hubo mucho drama detrás. La gente habla de los dinamiteros, de los moros de Franco y de los clichés, pero luego hay una huella dolorosa que marcó a la generación de nuestros abuelos».

El frente común surgido en el levantamiento de octubre es uno de las claves que Zapico destaca de aquella convulsa etapa histórica. «Hay una imagen del 34 que me llama mucho la atención y que sólo se puede encontrar en Asturias. Esto empezó como una huelga general revolucionaria en toda España, pero fue aquí donde los sindicatos socialistas, anarquistas y comunistas, que se odiaban, firmaron un pacto de alianza. Llegaron a la conclusión de que la gente estaba sometida, llevaba una vida miserable y era necesario buscar una causa común, algo que sólo se dio en Asturias».

En la misma línea, el autor de «La balada del Norte», remarcó que «el 34 no fue tanto una revuelta bélica como la Revolución rusa. Los personajes que dibujo pueden ser cualquiera; son gente que no quieren una revolución realmente, pero tienen una vida miserable, sufren, se dan cuenta de que las cosas van a peor y llegan a la conclusión de que tienen que hacer algo. Es algo universal; cuando alguien vive sometido lo que quiere hacer es liberarse».

Junto al retrato histórico, la obra revela un sustrato social, reflejo de una idiosincrasia sedimentada a lo largo de los años y estrechamente ligada a la actividad minera. «El libro también habla de la identidad, que es la parte que a mí más me interesa. Nosotros, que casi ya no tenemos minas de carbón, conservamos todavía la identidad que hay en estos territorios. Supongo que si el libro está vivo y se lee va ayudar de alguna manera a conservar esa identidad», expuso el autor de Blimea. Y precisó: «En el 34, en la guerra civil, en las huelgas de los años 60 y en las que vinieron después la gente de aquí siempre ha hecho lo mismo. Los mineros, esta sociedad, han ido de derrota en derrota hasta hoy, pero conscientes de que lo que hacían era lo correcto a su modo de ver. Y eso me parece admirable; la victoria es el hecho de reconocerse como colectivo y pelear por algo común».

El acto de presentación estuvo organizado por el SOMA-FITAG-UGT. Su secretario general, José Luis Alperi, agradeció a Zapico una obra que «atrapa viñeta tras viñeta» y que «llega en un momento muy difícil para el sector minero. Evidentemente la Revolución del 34 y las últimas movilizaciones mineras no son comparables, pero comparten esa lucha por la dignidad».

La alcaldesa de Langreo, María Fernández, aseguró que una «etapa histórica especialmente dura para Asturias» aparece «maravillosamente reflejada» en el libro de Zapico. Por su parte, el periodista Pedro Alberto Marcos manifestó la «dificultad» de glosar la ya amplia trayectoria de Zapico y animó a los asistentes a adquirir el libro.

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Denuncia al arzobispado de Oviedo por mantener símbolos franquistas

14/04/2015 por

Será un abogado especializado en Derechos Humanos quien mañana presente los escritos ante los tribunales. Tambié se acusará del mismo delito a otros 14 arzobispados

europa press | madrid

13 abril 2015

 

Una quincena de Obispados y Arzobispados de toda España, entre los que se encuentra el de Oviedo, serán denunciados mañana martes, ante los juzgados de instrucción por consentir el mantenimiento de símbolos de la Guerra Civil y la dictadura franquista en contra de lo estipulado por la Ley de Memoria Histórica y mantener enterrados los restos de Francisco Franco, José Antonio Primo de Rivera o el general Queipo de Llano pese a que el derecho canónico solo permite enterrar en sus territorios cadáveres de pontífices, cardenales u obispos.

Así lo expone el abogado especializado en Derechos Humanos, Eduardo Ranz, en los escritos que presentará este martes 14 de abril –coincidiendo con el aniversario de la proclamación de la Segunda República– ante los tribunales por un posible delito contra la independencia del Estado del artículo 589 del Código Penal, al entender que los obispos dependen de las instrucciones de la ciudad del Vaticano, la cual está constituida como un Estado Independiente y no cumplen con la legislación española.

Por su parte, los escritos de alegaciones canónicas, a los que ha tenido acceso Europa Press, se presentarán ante los Obispados y Arzobispados de Madrid, Córdoba, Segovia, Cuenca, Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres, Badajoz, Almería, Cartagena, Valencia, Orihuela-Alicante, Sevilla, Sigüenza-Guadalajara, Zaragoza y Oviedo.

En el caso de Madrid, el abogado interpondrá este martes a las 11.00 horas ante el Arzobispado, situado en la calle Bailén, un escrito solicitando la retirada de la simbología de franquista y la salida de los restos de Franco y Primo de Rivera que descansan en la Basílica del Valle de los Caídos. En este sentido, cita también la placa conmemorativa del fundador de la Falange Española en la basílica de la Concepción de Nuestra Señora, situada en el barrio de Salamanca, en Goya, 26.

«Todo ello en manifiesto incumplimiento de la comúnmente denominada Ley de Memoria Histórica, y del canon 1242 del Código de Derecho Canónico, que establece textualmente ‘No deben enterrarse cadáveres en las iglesias, a no ser que se trate del Romano Pontífice o de sepultar en su propia iglesia a los Cardenales o a los Obispos diocesanos, incluso eméritos», explica el abogado, para añadir que el artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica obliga a retirar estos símbolos.

Por lo tanto, añade, el Arzobispado de Madrid, «con su permisividad o inacción, está vulnerando manifiestamente los cánones, puesto que ni Francisco Franco Bahamonde ni José Antonio Primo de Rivera son, o han sido, al menos de forma pública y notoria, Romano Pontífice, Obispo o Cardenal».

Ranz, que pide al Arzobispado de Sevilla retirar la tumba del teniente general Gonzalo Queipo de Llano y Sierra de la basílica de La Macarena, cita como precedente un caso de Alicante, donde la basílica de Nuestra Señora del Socorro eliminó una placa que contenía las palabras ‘José Antonio’, en conmemoración al fundador de la Falange.

Denuncias contra aforados

Por su parte, se ampliarán a 42 consistorios las denuncias penales por mantener estos vestigios. Entre ellos, varias denuncias se presentarán ante el Tribunal Supremo por la condición de aforados de sus regidores, como el de Zaragoza Juan Alberto Belloch; el presidente de la ciudad autónoma de Melilla, Juan José Imbroda; el de Toledo, Emiliano García-Page; el de Teruel, Manuel Blasco; la alcaldesa de Cáceres, María Elena Nevado del Campo o el de Guadalajara, Antonio Román.

«Si en un tiempo prudencial no obtuviera respuesta, acudiré al romano Pontífice y a la Curia Romana, como órgano colegiado», advierte el abogado respecto a los obispos, para añadir que la Conferencia Episcopal no tiene competencia sobre este asunto en aplicación de los cánones del Código de Derecho Canónico.

Ranz denunció inicialmente en los tribunales el pasado 11 de febrero, coincidiendo con el aniversario de la proclamación de la Primera República, a 38 alcaldes por un supuesto delito de desobediencia del artículo 410 del Código Penal. Este delito lleva aparejado una multa de tres a doce meses y una pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años. De forma subsidiaria, calificaba los hechos como una falta contra el orden público del precepto 634, que prevé el pago de una multa.

El letrado recordaba que el artículo 15 de Ley de Memoria Histórica obliga a las Administraciones Públicas a tomar las medidas oportunas para retirar los escudos, las insignias, las placas y otros objetos o menciones conmemorativas de la «exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura».

http://www.elcomercio.es/oviedo/201504/13/denuncia-arzobispado-oviedo-mantener-20150413172318.html

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 Un complejo escultórico de Alba para recordar las víctimas del franquismo en Grado

13/04/2015 por

«Memoria herida’, un conjunto en granito que evoca un paredón horadado por las balas y un campo de lápidas, será inaugurado mañana en la plaza del Cortijo de la villa moscona

Juan Carlos Gea

Juan Carlos Gea

Viernes 10 de abril de 2015

Memoria herida, un complejo escultórico concebido y realizado por el artista Fernando Alba levantará desde mañana testimonio de las víctimas del franquismo en Grado. La plaza del Cortijo acogerá, a partir de las 12,30, el acto de inauguración del conjunto en granito auspiciado por la Asociación para la Recuperación de la Dignidad y la Memoria Histórica del concejo moscón, el Ayuntamiento de Grado y el Principado de Asturias, que consta de una base circular de algo más de seis metros y medio sobre la que distribuyen una serie de piezas cuadrangulares, a modo de lápidas que emergen del suelo, y una gran placa vertical de más de tres metros que evoca un paredón perforado por los balazos.

Para Alba, ha sido «todo un reto» materializar de un proyecto en el que ha querido transmitir «universalidad» al drama que recuerda el monumento, y hacerlo a través de una pieza que «sea muy austera y muy directa», que evite «todo lo que pueda tener que ver con lo panfletario» y que a la vez, «desde el punto de vista artístico, tenga unos valores plásticos propios, independientemente de los hechos que documenta».

Esa sobriedad del conjunto incluye una serie de claves simbólicas. Así, cada uno de los ‘disparos’ que «alojan el drama» en los veinte centímetros de espesor del granito, posee un diámetro, una profundidad y una dirección distintas, como «individualizando» las circunstancias y las consecuencias de cada uno de los seres humanos que cayeron bajo las balas.

Las «lápidas» del suelo desbordan, con su estructura en ángulo recto, la base circular, más pulimentada. De ese plano irregular emergen, también cada una a una altura distinta, brotando a la luz igualmente desde el olvido histórico, y son catorce, como los casos recuperados y documentados por la asociación impulsora de la iniciativa. Hay otros volúmenes que pugnan por elevarse del plano del suelo, como pidiendo también ser exhumados y recordados. Además, se incluyen, como inscripción, el nombre de Miguel Hernández y un poema en uno de los zócalos del suelo.

Otro detalle lleno de simbolismo se excava en las dos calles que se abren entre el campo de «lápidas»: pequeñas concavidades semiesféricas de distintos radios, emparentadas directamente con el concepto de los «contenedores» habitual en la obra de Fernando Alba. La idea es que puedan ser receptáculo tanto para «el agua de la lluvia, que es vida» como para distintos usos más intencionados y ceremoniales: colocar unas velas o plantar flores. Algo, esto último, que se hará mañana durante la ceremonia inaugural de Memoria herida.

http://www.asturias24.es/secciones/cultura/noticias/un-complejo-escultorico-de-alba-para-recordar-las-victimas-del-franquismo-en-grado/1428687267

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Carta abierta a los partidos políticos y organizaciones sociales del Estado español: contra la impunidad y por la democracia

03/04/2015 por

Carta abierta a los partidos políticos y organizaciones sociales del Estado español: contra la impunidad y por la democracia

 

Carta abierta a los partidos políticos y organizaciones sociales del Estado español: contra la impunidad y por la democracia

(enviar adhesiones a famyr@memoriayrepublica.org)


Es evidente que en los últimos años la sociedad española se ha sensibilizado por la situación de las víctimas de la represión franquista, lo que ha dado lugar al surgimiento de numerosas asociaciones relacionadas con estos hechos. A pesar de los años transcurridos, cualquiera que se acerca a esta cuestión se encuentra por parte del Estado con la dejación de la situación de las víctimas, de la memoria y de los derechos humanos.

Y es precisamente desde el discurso de derechos humanos desde donde se puede hacer frente a la situación concreta y exigir al Estado la justicia necesaria para poner fin a la desmemoria, dejación e impunidad a que se ha reducido esta cuestión de forma, muchas veces, intencionada.

En un momento en que los modelos de impunidad impuestos en otros países, como Argentina y Chile, han visto caer su legitimidad y su legalidad, creemos que es oportuno que el Estado Español, en parte responsable de dichos modelos, asuma su propia problemática, la que denominamos el «modelo español de impunidad», y ponga fin al mismo en forma democrática y con el respeto que todas las víctimas se merecen, pero teniendo muy claro que la finalidad es consolidar las libertades civiles y los derechos humanos.

Es necesario que se entienda que la justicia es lo contrario de la venganza. Es necesario que no se equipare, en un discurso perverso, el concepto de justicia al de venganza, pues ello posibilita que se considere el olvido como una de las bases del estado de derecho. Ninguna sociedad puede sobrevivir al desconocimiento de su propia historia, por horrible que ésta sea… Y es evidente que el discurso de derechos humanos y libertades no se recuperó aún de la pérdida de ambos valores tras el golpe de estado franquista

A partir del 14 de abril de 2004, con la publicación del informe «La cuestión de la impunidad en España y los crímenes franquistas» y su Plan de Acción, dio comienzo el desarrollo de un discurso sobre las víctimas republicanas de la Guerra Civil, de la Segunda Guerra Mundial y de la dictadura franquista, discurso ausente en los partidos políticos y en la inmensa mayoría de las organizaciones sociales españolas.

Por primera vez se hicieron públicos documentos que permiten la categorización criminal del régimen franquista y de su participación, como parte de los Países del Eje, en la guerra de agresión nacionalsocialista que sufrieron la práctica totalidad de los países europeos, pero muy especialmente los países del Centro y del Este de Europa.

De especial importancia es la resolución 39 (I) de 12 de diciembre de 1946, que define al régimen franquista diciendo: «(a) En sus orígenes, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen fascista modelado sobre, y en gran medida establecido gracias a, la ayuda recibida de la Alemania Nazi de Hitler y la Italia Fascista de Mussolini.»

Esta definición, unida a la actuación del fascismo español, nos permite afirmar que fue un régimen criminal y que sus crímenes permanecen impunes judicialmente en virtud de artificios legales pergeñados durante la denominada «transición».

En este sentido, es totalmente contrario al derecho internacional vigente que continúen en vigor leyes como la mal llamada «ley de amnistía», que fue en realidad el parapeto jurídico de los responsables franquistas de la comisión de crímenes contra la humanidad. En fechas más recientes, este marco de impunidad se ha visto complementado con la también mal llamada «ley de la memoria«.

Este modelo legal de impunidad sancionado por el Congreso tiene diversos efectos prácticos en el ámbito legal, pero principalmente, ha supuesto la indefensión y exclusión de las víctimas republicanas y la declaración de legalidad del ordenamiento jurídico franquista.

Estas cuestiones, que no son menores, conforman una base de ilegitimidad sobre la que se asienta el régimen político actual. Este problema de fondo no puede superarse con voluntarismos frívolos tales como querer mirar sólo al «futuro promisorio», al tiempo que nos negamos a analizar el pasado, menos aún cuando ese voluntarismo pretende desconocer que el fascismo español está inmerso y es consecuencia de la historia europea.

No existe por tanto esa «excepción española» que permite comprender la democracia alemana, francesa, italiana e incluso la japonesa obviando su ruptura con los modelos legales nacionalsocialistas, fascistas o imperialistas.

Hoy no es discutible afirmar que el régimen fascista español cometió crímenes contra la población civil y que practicó el asesinato, el exterminio, la tortura, el sometimiento a esclavitud, la deportación, la persecución por motivos políticos, raciales y religiosos, así como el encarcelamiento arbitrario.

No obstante, esta constatación empírica, es rechazada por la práctica totalidad de los partidos políticos y de los tribunales, los cuales intentan crear un absurdo e inmoral sistema doctrinal que permita ocultar para siempre la historia del fascismo español.

Tampoco la posibilidad de una Comisión de la Verdad, en cualquiera de sus formas, constituye un mecanismo de respuesta al problema de la impunidad, sobre todo si se tiene en cuenta que las comisiones de la verdad no pueden suplir la obligación que pesa sobre el Estado de investigar, a través de su poder judicial, los crímenes del franquismo.

El 18 de noviembre de 2006, a raíz de un informe publicado por la Sección Española de Amnistía Internacional, la Presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el Franquismo (AfarIIREP) se dirigía a esta organización en una carta pública, en la que dejaba claro su rechazo a la posibilidad de una Comisión de la Verdad en cualquiera de sus formas, y ello por tres cuestiones básicas: a) Porque en un estado de derecho lo que debe primar es el derecho a la justicia y esto no se consigue a través de una Comisión de la Verdad; b) Porque el derecho internacional aplicable en la jurisdicción europea obliga al cumplimiento de normas jurídicas que una Comisión de la Verdad no puede garantizar; c) Porque las Comisiones de la Verdad han significado en la práctica la configuración de modelos de impunidad.

El juez francés Louis Joinet estableció unos principios básicos sobre los modelos de impunidad que fueron discutidos, y como reconoce en la introducción de su informe final, contó con la crítica y el apoyo de las organizaciones que participaron en el «Seminario Internacional: Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos» realizado en Santiago de Chile en diciembre de 1996.

Por primera vez un documento de Naciones Unidas define la impunidad como «la inexistencia, de hecho o de derecho, de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones de los derechos humanos, así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y, en caso de ser reconocidos culpables, condena, incluso a la indemnización del daño causado a sus víctimas».

Es con estos antecedentes que nos dirigimos a las organizaciones sociales y políticas, para que incluyan el discurso de las víctimas republicanas y el de la lucha contra la impunidad y tengan en cuenta los problemas reales existentes para buscar las alternativas prácticas que den solución a estos problemas.

Es el Estado quien ha de garantizar el derecho a la justicia, con todas las implicaciones que ello supone, como es el acceso a los archivos de la represión, a las causas de la muerte en los registros civiles, al respeto de la normativa forense en materia de exhumaciones de restos humanos (y no de restos antropológicos, que es como se ha tratado hasta el momento a las víctimas de ejecuciones judiciales y extrajudiciales cometidas por el régimen franquista). El Estado no puede declinar ni hacer dejación de sus obligaciones en materia de derecho penal internacional. Es indudable que en el caso del Reino de España la falta de responsabilidad penal de los autores de violaciones graves a los derechos humanos es absoluta y, por ende, el sistema de impunidad pergeñado durante la transición sigue incólume.

Y si dejamos que se implanten definitivamente los modelos de impunidad, corremos el riesgo cierto de perder las libertades que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos pretendió universalizar.

Los modelos de impunidad surgen con la pretensión de resolver el dilema que representan la democracia, las libertades y la expresión del uso racional de ambas, que son los derechos humanos. Les caracteriza la vanidad, que se plasma en «la presunción de gobernar hasta más allá de la tumba…, en la más insolente de todas las tiranías», como tan bien respondiera Thomas Paine a Edmund Burke.

Y esto es así porque como decía Jeremy Bentham «del poder de perdonar sin límites surge la impunidad de la delincuencia en todas sus formas, de la impunidad de la delincuencia en todas sus formas, la impunidad de todas la formas de maldad, de la impunidad de todas las formas de maldad, la descomposición de los gobiernos, de la descomposición de los gobiernos la descomposición política de la sociedad».

No se puede construir el futuro dando la espalda al pasado y restaurar la justicia significa devolver a las generaciones venideras la libertad, para lo cual es necesario obligar al mundo político a recuperar su conexión con las formas de vida éticas donde la fraternidad y la solidaridad ocupen su lugar. De lo contrario condenamos a las generaciones venideras a vivir en plena soledad y en un espacio vacío.

31 de marzo de 2015


ANEXO

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Propuesta de programa contra la impunidad y de fortalecimiento democrático

Proponemos a los partidos políticos del Estado español que asuman y promuevan el siguiente Plan de Acción, el cual refleja de una manera no exhaustiva las consecuencias de la impunidad española. En su elaboración se tuvo en cuenta la opinión de todos los actores sociales existentes a principios de 2004.

1. Ratificación de la «Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad«.

2. Declarar por Ley la nulidad de todas las acciones legales del régimen franquista, haciendo mención expresa a las Resoluciones de las Naciones Unidas adoptadas por unanimidad por la Asamblea General de la ONU el 9 de febrero de 1946 [Res. 32(I)] y el 12 de diciembre de 1946 [Res. 39(I)], y a su carácter criminal según las normas de derecho internacional.

3. Declarar la nulidad de todos los juicios penales y militares por arbitrarios e ilegales, adoptando las medidas adecuadas para el resarcimiento proporcional y actualizado de las víctimas, así como la reconstrucción de los archivos penales y judiciales afectados.

4. Elaborar una ley de exhumaciones e identificación de víctimas que tenga en cuenta los tipos de delitos, el necesario conocimiento de la verdad y que fije los procedimientos acordes con el derecho internacional de derechos humanos.

Dicha ley ha de tener en cuenta además los diferentes tipos de enterramientos clandestinos, oficiales, etc. y resolver el caso de las fosas comunes producto del plan de exterminio, de los enterramientos ilegales y de las fosas comunes de las tropas regulares en los frentes de batalla.

5. Elaboración de un Manual de Antropología forense adaptado a las normas internacionales de derechos humanos, crímenes de guerra y a la situación histórica de la II República y del régimen franquista, que permita ordenar los desenterramientos en orden a la instrucción penal correspondiente en función del tipo de delitos y las víctimas, sean éstas civiles o soldados regulares en los frentes de batalla.

6. Normalización legislativa de los bancos de datos de ADN para la identificación de víctimas, procediendo al registro judicial de las muestras de los restos de las víctimas, así como las de los familiares que lo soliciten, y creando los parámetros de reconocimiento que surjan de la experiencia antropológico forense y sociológica.

7. Ley de reconocimiento de los campos de concentración y de trabajos forzados, y reconstrucción de los procesos seguidos en los mismos y de las víctimas.

8. Desclasificación y catalogación de todos los archivos diplomáticos, militares y de inteligencia hasta la instauración del régimen democrático.

9. Inventario, catalogación y reorganización, con medios adecuados a la tecnología actual, de los archivos penales, judiciales, carcelarios, militares, de inteligencia, municipales, etc., a nivel de todas las administraciones, adecuándolos a las normas del derecho a la verdad y a la justicia de las víctimas.

Se ha de reconocer el libre acceso y la obligación de colaboración judicial de los responsables de dichos archivos con las víctimas y sus familiares, organizaciones de víctimas, organizaciones de derechos humanos y con la justicia nacional o de otros países.

10. Reconstrucción de las listas de víctimas españolas en terceros países como consecuencia del régimen franquista, incluyendo especialmente a los denominados «niños de la guerra», y solicitando, si fuera necesario, la colaboración internacional, especialmente en el ámbito europeo, para lo que se contará con las organizaciones de exiliados o de organizaciones extranjeras que hayan colaborado con el exilio republicano. Se procederá a la regularización jurídica de los problemas de nacionalidad española derivados del exilio y de los que son consecuencia de la inscripción de españoles en registros de autoridades legítimas dela II República, otorgando el mantenimiento de la doble nacionalidad de los exiliados y de sus descendientes en todos los casos.

11. Reconstrucción de las listas de víctimas y represaliados desde el levantamiento franquista, de forma legalmente válida, otorgando el reconocimiento jurídico válido y teniendo especial cuidado con los menores, huérfanos y mujeres.

12. Adecuación de las normas de los registros civiles a efectos de la correcta determinación de las causas de muerte.

13. Establecer un inventario de los bienes saqueados, embargados o expoliados por motivos políticos, religiosos y de represalias.

14. Establecer una legislación que permita la recuperación e indemnización a cargo del estado, o de los responsables patrimoniales si existieran, de los bienes expoliados a personas físicas o legales por motivos políticos, religiosos o de represalias de cualquier tipo.

15. Legislación de reconocimiento de todos los militares que sirvieron lealmente a la II República, restableciendo su condición histórica y adecuando sus méritos reglamentarios a todos los efectos.

16. Legislación de reconocimiento de todos los militares y fuerzas irregulares de origen español que colaboraron con los países aliados en la resistencia contra los países del Eje y contra el régimen franquista, equiparándolos al reconocimiento jurídico, militar y social que se siguió en países como Francia.

17. Reconstrucción de los mandos de todas las organizaciones franquistas en el interior y el exterior de España, para facilitar el derecho a la verdad y el conocimiento de los perpetradores de los crímenes contra la humanidad.

18. Fijación de un sistema de resarcimiento económico actualizado, en términos actuariales y que se corresponda con la realidad económica y social española, a todo tipo de víctimas aún vivas, herederos y sus familias, así como adoptar las medidas necesarias para el reconocimiento social y cultural, para lo que se procederá a la localización, catalogación y declaración como patrimonio histórico de los lugares de memoria de la lucha en defensa de la República y de la represión franquista.

Este documento ha sido elaborado por el Equipo Nizkor después de conversaciones mantenidas con la Federación Asturiana Memoria y República.

Firman:

  • Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE) España
  • Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el Franquismo (AfarIIREP)
  • Asociación Viguesa pola Memoria Histórica do 36, Vigo, Galicia
  • Derechos Human Rights, California, USA
  • Equipo Nizkor, Charleroi, Bélgica
  • Federación Asturiana Memoria y República, Asturias, España
  • Federación Estatal de Foros por la Memoria
  • Grupo de Estudios de Derecho Internacional, Madrid, España
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