20/07/2009 por admin
La destrucción del estado del bienestar a la que estamos asistiendo desde hace tiempo, acelerada en estos momentos por la crisis financiera, lleva aparejada la destrucción, en paralelo, del estado de derecho, con la consiguiente vulneración de derechos humanos, civiles, sociales y económicos, perpetrada bajo una aparente legalidad, que se sustancia en leyes regresivas y represivas contra los movimientos ciudadanos que luchan por la defensa de estos derechos o, como es nuestro caso, con el blindaje jurídico de los poderes del estado mediante la aprobación de leyes injustas y aberrantes, la manipulación del derecho, la cooptación de activistas, la desinformación aparejada a la publicación de miles de noticias contradictorias, equívocas y, en algunos casos, falaces, la instrumentalización de los sentimientos y, por si fuera poco, con acciones aparentemente encaminadas hacia la consecución de justicia, pero con el objetivo real de destruir la combatividad del movimiento y su cohesión.


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