Concederá la Medalla de Oro de Asturias a título póstumo a Vicente García Riestra y a otros compañeros
La Voz
16/09/2019 18:22 h
La
Mesa de la Junta General del Principado ha aprobado este lunes la
solicitud formulada por Podemos y de IU para incoar el expediente para
conceder la Medalla de Oro de Asturias a título póstumo a Vicente García
Riestra, y el título de Hijo Predilecto a sus compañeros José Antonio
Alonso Alcalde, Felipe Matarranz y Cristino García Granda.
Según la Ley de Honores y Distinciones de
Asturias, el expediente para la concesión de los honores y distinciones
Ley se incoa por decreto del Presidente del Principado bien por propia
iniciativa o a instancia del presiente de la Cámara, previo acuerdo de
la Mesa; por otros miembros del Consejo de Gobierno; por ayuntamientos y
otras entidades locales de carácter representativo o por entidades
culturales, científicas o socioeconómicas con personalidad jurídica.
A
principios de septiembre Podemos e IU, atendiendo a la petición de la
Federación Asturiana de Memoria y República (FAMYR), el Ateneo Obrero de
Gijón y la Sociedad Cultural Gijonesa la iniciativa para conceder los
cuatro galardones, que ha salido adelante en la Mesa con el apoyo del
PSOE y de la coalición y la abstención de PP y Cs.
Para el parlamentario morado Rafael Palacios,
este reconocimiento es «fundamental» para unos guerrilleros «que son
considerados héroes en Francia y en la Europa que derrotó al fascismo»
por lo que resultaba «increíble e incluso vergonzante» que en pleno
siglo XXI no existiera un reconocimiento oficial a estas personas que,
en muchos casos, siguen teniendo sentencias condenatorias franquistas».
A su juicio, se trata de un reconocimiento «a la lucha y al compromiso con la libertad y la democracia que mantuvieron los guerrilleros antifascistas asturianos, un reconocimiento que, además, es respaldado en toda Europa y que llega en Asturias después de haber sido reconocido en Francia, en Alemania o en Rusia».
Militantes de Famyr, Güeligaites, Ventolin, Asturias Socialista, Socialismo y Republica, Filanderes, Iu ,Podemos, Pcte y Pca, entre otras organizaciones, se concentraron hoy frente a la Junta General del Principado, antes de la celebración del Pleno Institucional del Día de Asturias, para reivindicar el reconocimiento de los guerrilleros antifascistas asturianos, héroes en toda Europa y aún oficialmente bandoleros en España, ante la negativa -la tercera en lo que va de siglo- del Gobierno Asturiano a reconocerlos con la Medalla de Oro de Asturias y el nombramiento de Hijos Predilectos.
En una jornada festiva, a la par que reivindicativa, la Charanga El Ventolín lanzaba al viento las notas del Himno de Riego, mientras los representantes de Famyr entraban en el edificio de la Junta, ondeando al viento las banderas republicanas.
En la acera, figuras tan míticas como Anita Sirgo, Vicente Gutiérrez Solis o Asun, de *Les Filanderes», convivían con los diputados de Podemos e IU, que participaron en pleno en la concentración, junto a militantes de sus partidos, del PCE, del PTE y del resto de organizaciones convocantes.
Ya
en el Pleno, Lorena Gil, de Podemos, resaltó los méritos de los
premiados y el valor de los asturianos como patrimonio, a la vez que
señaló que «por eso es una pena que no se reconozca, por quinto año
consecutivo, a los guerrilleros antifranquistas que entregaron su vida a
luchar por la libertad y contra el fascismo y el nazismo, llegando a
derrotar a este último». Fue el colofón.
El próximo martes, esta petición será tratada en la Junta de portavoces, a propuesta de Podemos y con el apoyo de IU. Una nueva ocasión para que el Psoe repare tan imperdonable olvido.
La
fosa común de Cabacheros, en la localidad allerana de Felechosa, ha
sido fruto en los últimos días de un acto vandálico. El indicador
amaneció lleno de pintadas, así como el panel explicativo. Vecinos y
familiares de los allí enterrados explicaron que ellos mismos procederán
a limpiar la zona y aseguran que «continuaremos manteniendo su recuerdo
para que actos así no vuelvan a repetirse».
La asociación Foro por la Memoria, en colaboración con la asociación Memoria Allerana, lograban en 2009 que se exhumasen los restos que había en dicho enterramiento en una de las cunetas de acceso al puerto de San Isidro. Los restos óseos exhumados en la fosa común de Cabacheros, en Felechosa, corresponden a 50 personas, 17 más de las que se sospechaba inicialmente. Algunos de estos restos no podrán ser identificados debido al deterioro. Los testimonios apuntan a que Cabacheros fue la tumba para un grupo de presos del franquismo que era trasladados en camión del cuartel de Moreda a León
El Ayuntamiento de Gijón prevé recuperar como espacios expositivos el antiguo refugio antiaéreo de Cimavilla y las casamatas del Cerro, integrándolos en la red municipal de museos y dedicándolos a asuntos relacionados con la Memoria Histórica.
«Son dos lugares entre los que queremos que haya un nexo de
comunicación y en los que podemos realizar muchos discursos para sacar a
la luz esa memoria. Utilizar este tipo de infraestructuras permite
llegar muy bien al visitante, porque además de lo que supone visualmente
dentro de ellas puedes desarrollar unos determinados lenguajes»,
asegura el concejal de Educación y Cultura, Alberto Ferrao.
En el caso concreto del refugio, el edil destaca que ya existe «un
proyecto de investigación muy avanzado» y cree que «para Gijón sería una
oportunidad muy buena seguir trabajando sobre él».
Ferrao se
refiere a un estudio sobre el estado actual del refugio y la viabilidad
de su recuperación como espacio visitable, trabajo promovido por la Asociación Lázaro Cárdenas y
que en enero fue presentado por el geólogo Toño Huerta. En él se
indicaba que a día de hoy podrían recorrerse 140 metros, entrando por el
acceso situado junto a la Casa Paquet y continuando por dos ramales,
uno que va hacia la Colegiata y otro que termina bajo la Torre del Reloj. Tirando algunos tabiques podría estudiarse además la integridad de los pasillos que continúan hacia la plaza del Marqués y hacia la parte trasera del Palacio de Revillagigedo.
Durante la guerra civil, Gijón llegó
a disponer de 193 refugios, entre los que destacan los túneles de
Cimavilla, una red que sumaba 500 metros cuadrados de espacio con
capacidad para unas 1.200 personas. Su construcción fue iniciativa del
gobierno local, que empezó a adoptar medidas para proteger a su
población a raíz de los bombardeos de la Legión Cóndor que sufrió la
ciudad los dos primeros años del conflicto, así como del asedio del
buque Almirante Cervera.
Iniciadas en 1904
La historia de las casamatas se remonta algo más en el tiempo. La denominada batería alta de Santa Catalina comenzó
a contruirse en 1904 como complemento a la que ya existía en la falda
occidental del cerro, para poder defender con artillería el conjunto de
la bahía de San Lorenzo. No obstante, nunca llegó a completarse. Estuvo
en obras durante dos décadas, periodo tras el cual los cañones que
estaba previsto montar en ella habían quedado ya desfasados, por lo que
no llegaron a colocarse. La batería, de hecho, solo estuvo artillada
durante un breve periodo de la guerra civil. En 1982 pasaron a ser
propiedad municipal junto al resto del cerro. Y actualmente una parte
del complejo, que contaba además con varios edificios de servicios ya
desaparecidos, es utilizado como almacén por el servicio de parques y
jardines de Emulsa.
La asociación de vecinos de Cimavilla lleva años pidiendo la apertura al público de las casamatas, aprovechando sus 620 metros cuadrados para fines museísticos. En lo que respecta al refugio antiaéreo, además de ser una vieja reclamación de las entidades memorialistas su recuperación y apertura como ‘Aula de la Memoria’ es una de las 88 medidas recogidas en el acuerdo de gobierno suscrito para este mandato entre el PSOE e IU. Junto a ella aparecen en un capítulo específico dedicado a la Memoria Histórica junto a otras como «la investigación, difusión y reconocimiento de las víctimas de la guerra civil y la dictadura franquista». Es previsible que entre otras acciones que se lleven a cabo esté la instalación en la vía pública, en las calles correspondientes, de una treintena de paneles con fotografías y textos explicativos sobre los daños causados en la ciudad durante los bombardeos de 1936 y 1937. Aunque ya están hechos, llevan ocho años guardados en un almacén municipal.
Un historiador gijonés descubre la identidad
de dos víctimas asturianas del nazismo hasta ahora desconocidas: «El
censo oficial está incompleto»
s. f. lombardía 25.08.2019
Paquita González, hija de una víctima española del nazismo, en su domicilio, junto al historiador gijonés Antonio Muñoz Sánchez.
LNE
El gijonés Rafael González nació en 1917, por lo que la Guerra Civil
le pilló siendo aún muy joven. Posible combatiente contra Franco, acabó
exiliado en Burdeos y deportado, junto a otros 500 republicanos, al
campo de concentración nazi de Neuengamme, próximo a Hamburgo. Tras su
liberación en 1945, pasó por varios campos de refugiados y llegó a
Suiza, donde conoció a su mujer. Con ella regresó a España en la década
de los 50 para instalarse definitivamente en Ciudad Real. La historia de
González -ya fallecido- como víctima del nazismo, sin embargo, era
desconocida hasta ahora. Así lo asegura Antonio Muñoz Sánchez, un
historiador gijonés que investiga desde la Universidad Rovira i Virgili
de Tarragona la historia de los 40.000 republicanos españoles que
acabaron como trabajadores forzosos para los alemanes en la Segunda
Guerra Mundial.
El experto ha
rescatado a un segundo asturiano desconocido, Juan Mateo Iglesias, que
aunque sí figuraba en un registro de deportados no se especificaba su
procedencia, que resultó ser Mieres. «Aún quedan muchos más asturianos
por descubrir; los poderes públicos deben implicarse», asegura el
historiador, que aunque aplaude la medida del gobierno nacional, que
este mes publicó la identidad de 4.427 españoles que murieron en este
tipo de campos, matiza también que «la única fuente utilizada para
componer la lista son dos volúmenes entregados por el gobierno francés
en los años cincuenta, olvidando la investigación realizada desde
entonces» que, según él, «arroja una cifra de fallecidos bastante
mayor». También lamenta la ausencia en el censo de los españoles
deportados que sí salieron vivos de los campos nazis pero que perecieron
igualmente pocos meses o años después a consecuencia de los malos
tratos recibidos. «En cualquier caso, la cifra conocida de asturianos
deportados a campos nazis era de 181 y, ahora, sube a 183», apunta
Muñoz.
El investigador toma como una de sus principales fuentes el archivo
Arolsen, un centro alemán considerado el mayor del mundo sobre víctimas
del nazismo. El acuerdo con su Universidad le permite acceder de forma
directa a la inmensa base de datos del archivo, que tiene unos treinta
millones de documentos. Fue así como ya ha localizado a decenas de
españoles deportados de los que nada se sabía hasta ahora y, entre
ellos, los dos asturianos citados. «Que yo los haya encontrado demuestra
que el censo asturiano de víctimas no está concluido; se deben impulsar
proyectos de investigación serios con participación de expertos de
varios países», razona.
Rafael González, según las pesquisas del historiador, se exilió en
Burdeos, donde fue detenido en 1944 por la Gestapo y enviado junto a 500
compañeros a Neuengamme. «Uno de sus compañeros de infortunio fue el
también gijonés Francisco Cristóbal, con quien trabó amistad. Fue
enviado a algún comando de trabajo, quizás a reparar infraestructuras
dañadas por los bombardeos, y liberado por los rusos en abril de 1945»,
añade el responsable. Menos se sabe de Juan Mateo Iglesias. En los
registros figura como un mierense nacido el 7 de octubre de 1924 que
podría haberse exiliado con sus padres a Francia, a un pueblo entre
París y Lyon. «Juan fue posiblemente obligado a emigrar a Alemania, como
centenares de miles de jóvenes franceses, para trabajar en la industria
de guerra. Su destino fue Núremberg, donde fue detenido por la policía
el 14 de julio de 1943 y enviado al campo de concentración de Dachau»,
completa Muñoz, que pudo averiguar allí que durante su encierro enfermó
de tuberculosis y llegó a pesar 43 kilos. Sin embargo, al historiador le
confirmaron ayer que Iglesias también sobrevivió al encierro (lo
liberaron los americanos), aunque no se sabe adónde fue después.
Muñoz también está rastreando a familiares vivos de decenas de deportados españoles a los que se les arrebató durante su cautiverio objetos personales. El último hallazgo se produjo el mes pasado, cuando Muñoz encontró a Paquita González, hija de un catalán llamado Francisco a quien se le confiscó en el momento de su encierro un retrato de su pequeña. Ochenta años después, se lo pudo devolver. El experto también presentó recientemente en Burdeos una exposición sobre los deportados asturianos (www.rotspanier.net), elaborada con la ayuda de Peter Gaida.
El colectivo critica que el Principado no haya concedido la distinción a los guerrilleros antifascistas asturianos
La Voz
Oviedo
23/08/2019 12:21 h
La Federación Asturiana
Memoria y República (Famyr) ha señalado que la no concesión de la
Medalla de Oro de Asturias a los guerrilleros antifascistas asturianos
Vicente García Riestra, Felipe Matarranz, Comandante Robert y Cristino
García muestra que Adrián Barbón «no ha roto con la línea seguida por su
antecesor», el también socialista Javier Fernández.
La
petición de la concesión de la Medalla ha sido avalada por más de 45
asociaciones de toda España y más de 1.200 personas a título individual
y llega después de que en mayo de este año falleciera Vicente García
Riestra, natural de Siero y último español vivo que estuvo preso en un
campo de concentración nazi. Se trata de la tercera vez que el Gobierno asturiano no secunda una petición para conceder la Medalla de Oro de Asturias
u otorgar el título de Hijos Predilectos de Asturias a los guerrilleros
antifascistas asturianos, reconocidos en Francia como héroes por su
contribución a la derrota del nazismo, informa Europa Press.
A pesar de los reconocimiento en el país
vecino, según han señalado este viernes desde Famyr, los cuatro
«continúan siendo oficialmente bandoleros y sin recibir el
reconocimiento de la tierra que los vio nacer». Por todo ello, han
señalado que el nuevo presidente asturiano, Adrián Barbón «no ha
tardado en dejar claro que las expectativas de romper con la línea
seguida por su antecesor, Javier Fernández, eran solo una falacia».
Así,
han recordado que el Ejecutivo de Javier Fernández rechazo en dos
ocasiones esta concesión y que su único avance en ese sentido fue la
aprobación de la Ley de Memoria Histórica asturiana «a remolque y
obligado» como «concesión» al apoyo prestado por IU y la irrupción de
Podemos.
Para la entidad, la firma del primer
decreto del nuevo Ejecutivo autonómico realizada por Barbón en el
despacho del presidente del Consejo Soberano de Asturias y León (1937),
el socialista Belarmino Tomás, muestra que el nuevo presidente «sólo
tienen sensibilidad memorialista cuando se refiere a miembros de su
propio partido».
Desde Famyr han recordado que solicitaron una entrevista personal con Barbón pero todavía no han recibido respuesta, por lo que preguntan irónicamente qué va a decir el presidente en su habitual discurso en el Homenaje a las víctimas de Funeres el próximo mes de septiembre y cuándo la administración asturiana «va a cumplir con sus obligaciones con aquellos que dieron lo mejor de sus vidas por la libertad».