«¿Qué hice yo para tener que irme?»

04/02/2016 por

«Más de mil niños asturianos tuvieron que exiliarse a la antigua Unión Soviética durante la Guerra Civil»

Araceli Ruiz señala una fotografía de su marido, Laureano Fernández. / DANIEL MORA

La Antigua Rula expone ‘Los niños de la guerra’, un compendio de imágenes, documentos y testimonios de aquellos que tuvieron que huir de la guerra civil
Araceli Ruiz es una de los 1.100 niños que en 1937 salieron de El Musel rumbo a Rusia

JESSICA M. PUGA
GIJÓN

4 febrero 2016

La historia de Araceli Ruiz es de supervivencia y lucha. De cómo una niña de 13 años es alejada de su familia y llevada a un país extranjero huyendo de una guerra que no sentía suya. «Aún me pregunto qué hice yo o mis hermanas, que la pequeña tenía 5 años, para tener que irnos del lado de nuestros padres», lamenta esta gijonesa que a punto está de cumplir 92 años. Araceli es una de los más de 3.000 menores enviados al exilio, sobre todo a Rusia, entre finales de los años 30 y principios de los 40 del siglo pasado, a raíz de la guerra civil española. La vida de muchos de estos niños, que serán niños por siempre a pesar del paso del tiempo, se recoge en la exposición ‘Los niños de la guerra cuentan su vida, cuentan tu historia’ que durante este mes se puede visitar en la Antigua Rula de Gijón gracias a la Asociación Archivo Guerra y Exilio y la Federación Asturiana Memoria y República, con el patrocinio de la Fundación Municipal de Cultura.

El relato de Araceli Ruiz se comenzó a escribir en 1937 cuando los avatares de la guerra llegan a Asturias. «El 23 de septiembre, un autobús me recoge junto a 1.100 personas, entre niños y educadores, para trasladarnos a El Musel, donde nos esperaba un carguero para llevarnos a Francia. Nos metieron en la bodega y tuvimos que huir sorteando el crucero ‘Almirante Cervera’ de Franco», recuerda Ruiz. «En Francia nos esperaba un barco ruso enorme con unos camarotes preciosos y una comida extraña que luego resultó ser caviar negro, fíjate…», apunta entre risas.

Han pasado casi 80 años pero la memoria no le falla al relatar cómo eran los días en la URSS, donde estudiaba en ruso y español y tenía clases de música, deporte o baile. «Ya asentada, me pilló la II Guerra Mundial en Odessa (Ucrania), donde el conflicto llegó el 22 de junio de 1941 y me hizo añicos la vida», recuerda. Tuvo entonces que atraversar el mar Caspio y el desierto de Asia Central para llegar a la república rusa de Uzbekistán, donde pasó la guerra. «El 14 de diciembre de 1945 regresé a Moscú e ingresé en algo así como un instituto. Me titulé en Construcción de Puentes y Carreteras y el Estado, el que te paga todo, me mandó a trabajar tres años a la ampliación de la autovía Moscú-Minsk», rememora la gijonesa, que siguió estudiando hasta convertirse en técnica economista del ferrocarril. Araceli Ruiz, quien comió su primera naranja española de adulta «de manos de Dolores Ibárruri», compartió confidencias también con el Che Guevara durante su estancia en Cuba, en la segunda mitad del siglo pasado. «Era majísimo y guapo y gracias a él pude reunirme con mis padres 30 años después. Yo no podía entrar en España y ellos no podían salir, pero él posibilitó el encuentro en La Habana», recuerda.
El Che Guevara facilitó el reencuentro con sus padres en La Habana tras 30 años separados

«Tuve una vida intensa, dura y con muchas dificultades, pero hemos salido adelante y eso es lo importante», dice. En lo personal tampoco le fue mal. «Me casé con un asturiano que conocí en Moscú, Laureano Fernández, un piloto exiliado que terminó de abogado y con quien tuve dos hijas: la mayor nació en Moscú y la pequeña, en Cuba. Somos una familia internacional», bromea.

En 1980, Araceli pudo volver a casa y buscar trabajo de interna ya que sus estudios no se convalidaban en España. Volvió sin su marido, fallecido unos meses antes de que lo hiciera Franco. Desde Rusia llegan cada mes 150 euros de pensión en pago a sus 30 años trabajados y sigue empeñada en trasladar sus vivencias a los jóvenes porque «conocen la Prehistoria, pero no el pasado reciente». Con la perspectiva que le da el tiempo asegura que no entiende muchas cosas de hoy. Una, «a los rusos que se quejan de que pagan pensiones a españoles». Dos, que Franco, «quien traicionó a todos los españoles», no tenga las críticas que sí reciben otros dictadores; y tres, que España, que ha sufrido tanto, «no aprenda y vuelva a querer lo mismo que tuvimos», alerta. Araceli Ruiz es esa niña de la guerra cuya historia sigue escribiéndose cada día. «Mis hijas me preguntan que cuándo voy a dejar de luchar, yo respondo que lo haré cuando se me termine la vida».

http://www.elcomercio.es/asturias/201602/04/hice-para-tener-irme-20160204001825-v.html

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Cazarabet conversa con… Ramón García Piñeiro, autor de “Luchadores del ocaso. Represión, guerrilla y violencia política en Asturias (1937-1952)” (KRK)

01/02/2016 por

 

Removiendo desde KRK Ediciones y desde la pluma de Ramón García Piñeiro el tiempo de la guerrilla.

El autor recopila, en un trabajo de investigación más que minuciosa, la historia de los que, tras la guerra se echaron al monte, “los fugaos”.

Estamos ante un libro inmenso y no lo digo porque sea un libro de gran formato y de muchas páginas, lo digo por lo mucho, y de gran calado, que dice, explica, reflexiona sobre el fenómeno de la guerrilla, pero más allá de ello porque también García Piñeiro sumerge su cuchillo en la mantequilla que es la historia de la represión y de la violencia política y de eso hubo mucho en la posguerra y Asturias no fue una excepción.

El libro le ha llevado al autor 10 años de escritura y no me imagino los que le habrá ocupado en la mente, seguro que algunos más…y es que la guerrilla en Asturias estuvo impregnada por más de 1000 fugaos que cuando se perdió la República se tiraron al monte a defenderla, lucharla, reivindicarla e intentar, quizás, lo imposible…recuperarla. García Piñeiro escribe de manera minuciosa, parece que investigue cada detalle de manera exquisita y deteniéndose en cada detalle, por insignificante que parezca, para engrandecerlo como si lo mirase utilizando una lupa…y le sale bien, muy bien. El libro, como decíamos, además de acercarnos a la guerrilla lo hace también a los tiempos amargos de la posguerra…de violencia política, de represión, de ahogamiento de la libertad y casi, casi de agotamiento. Durante más de una década y media se pudo en marcha toda una maquinaria de horrores, represiones para apuntalar una dictadura en detrimento de las libertades…el libro nos explica, desmenuzando, cuál era el manual que los represores empleaban y cómo se fue afianzando…Se adentra, también, además de la idiosincrasia de la guerrilla en Asturias en sus gentes, sus ideales (siempre más de uno) y en la contrainsurgencia, así como cómo éstos actuaban.

Aquello que nos explica KRK sobre el libro:

Luchadores del ocaso es un estudio sobre la resistencia armada, la violencia política y la represión en la Asturias de posguerra. Indaga en las formas, procedimientos, usos, justificaciones y fines de la violencia política practicada entre 1937 y 1952. Durante estos tres lustros, los vencedores creyeron conveniente renovar a diario el «pacto de sangre» suscrito para recuperar, desempeñar y legitimar el uso del poder. Luchadores del ocaso repasa el perverso manual de horrores puesto en práctica para mantener movilizado al partidario y cercenar cualquier atisbo de esperanza en el disidente.
Los Luchadores del ocaso fueron los perdedores de la Guerra Civil que no entregaron las armas tras la derrota republicana y los que tuvieron la osadía de regresar desde el exilio para compartir su quimérico sueño, pero también los que se mostraron dispuestos a arrostrar su mismo destino brindándoles su apoyo, casi siempre de forma abnegada. En Luchadores del ocaso se reconstruye la asfixiante atmósfera de odio y venganza en la que se desenvolvieron, atrapados entre su derecho a existir y la violencia política desencadenada para aniquilarlos.
Luchadores del ocaso recorre un agónico camino de esperanzas frustradas, destrucción y extermino, no exento de dignidad y heroísmo. Desnuda los aspectos más abyectos de nuestra condición, la embriagadora adicción que puede suscitar la capacidad de dominar y destruir al otro, pero también deja entrever hasta qué punto el escenario más sórdido se ilumina, cuando menos se espera, con destellos de compasión y gallardía. La contextualización temporal y espacial de Luchadores del ocaso no impide que contenga una ambivalente reflexión sobre el ser humano y sus contradicciones, de la que cabe entresacar aleccionadoras experiencias y conclusiones sobre los aspectos más oscuros de nuestro pasado inmediato y, por tanto, sobre nuestras perspectivas como colectividad.
En réplica al revisionismo neofranquista, Luchadores del ocaso pretende demostrar que el régimen franquista no fue una dictadura modernizadora, sino un sistema de dominación social que recurrió al uso sistemático de la violencia y el terror para perpetuarse.

Algunos enlaces:

http://kaosenlared.net/ramon-garcia-pineiro-guerrilleros-del-ocaso/

http://www.lne.es/asturias/2010/06/09/pienso-franquismo-llegara-creer-podia-derribado-guerrilla/926815.html

http://www.lne.es/aviles/2015/07/04/ramon-garcia-pineiro-recopila-historia/1781639.html

El autor, Ramón García Piñeiro:

Ramón García Piñeiro (Sotrondio, 1961), licenciado en Ciencias Políticas y doctor en Historia, es profesor del IES “Galileo Galilei” de Navia. Se ha especializado en la realización de estudios sobre la clase obrera, el sindicalismo, la movilización social, la conflictividad laboral y las culturas del trabajo en la minería del carbón a partir de la Guerra Civil. Sus principales aportaciones en este ámbito han quedado reflejadas en monografías como Los mineros asturianos bajo el franquismo (1990) y Mineros, sindicalismo y huelgas (2008). Además, en esta misma línea de investigación, ha colaborado en diversas obras colectivas sobre militancia industrial y resistencia obrera bajo el franquismo, como La huelga general (1991), La oposición libertaria al régimen de Franco (1993), Historia de Comisiones Obreras (1993), Los comunistas en Asturias (1996), Las huelgas de 1962 en Asturias (2002) y El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (2013). Otro de sus centros de atención investigadora ha sido el estudio de la violencia política y la resistencia armada en diversos contextos, concretado en monografías como Fugaos. Ladreda y la guerrilla en Asturias (2007 y 2010) y en sus aportaciones a obras colectivas como El movimiento guerrillero de los años cuarenta (1990 y 2003), El último frente. La resistencia armada antifranquista en España (2008) y Trabalhadores e ditaduras. Brasil, Espanha e Portugal (2015). También ha publicado Actitudes sociales en la Asturias de postguerra, un estudio preliminar a la obra gráfica de Valentín Vega, y, en esta misma editorial, un manual de Historia de España (2005 y 2008) y una selección de documentos comentados de Historia de España Contemporánea (2009 y 2011).

 

 

Cazarabet conversa con Ramón García Piñeiro:

-Amigo, ¿podríamos decir que has escrito como una réplica  al revisionismo neofranquista?

-Luchadores del ocaso, un estudio sobre la represión, la guerrilla y la violencia política en la Asturias de posguerra. Con esta obra pretendo demostrar que el régimen de Franco no fue una «dictadura modernizadora» en la que se gestaron las premisas necesarias para que fructificara la actual convivencia democrática, como algunos apologetas vienen sosteniendo, sino una sistema de dominación social que recurrió de forma sistemática a la violencia y al terror para perpetuarse. Para demostrarlo destaco «el pacto sangre» que sirvió para cohesionar a los victimarios mediante el recurso irrestricto a la violencia de Estado y que la denominada «represión en caliente», es decir, los métodos vengativos utilizados para aniquilar y neutralizar a los vencedores en la inmediata posguerra, se mantuvieron vigentes e inalterables cuando ya habían transcurrido más de tres lustros del final de la Guerra Civil.

-Lo Luchadores del ocaso, fueron los perdedores de una guerra. Bien, la guerra y la República para todo un pueblo y sus ciudadanos, se perdió…pero las “guerras que libramos de manera particular” estos luchadores, al menos algunos de ellos, no las debieron de perder…creo que no se sentían como perdedores por eso algunos en la lucha enarbolaban algo más que la bandera de “sobrevivir”. ¿Qué piensas?

-Titulé el libro Luchadores del ocaso porque los protagonistas del relato, no todos deliberadamente, se embarcaron en una gesta épica, homérica, anacrónica y a contracorriente. Carecían de expectativas de éxito y la correlación de fuerzas presentaba una asimetría descomunal, pero aun así pelearon hasta el límite de sus fueras y se inmolaron porque su causa se nutría de principios esenciales de la dignidad humana. Ante un régimen impuesto a sangre y fuego, basado en la imposición vengativa y vesánica del vencedor sobre el vencido, ¿cabía otra respuesta coherente que no fuera la resistencia? Compartieron, sin duda, una célebre sentencia del apache Jerónimo, quien sostuvo que había batallas que merecía la pena ser libradas aunque se supiera con certeza y de antemano que la derrotaba estaba garantizada.

-La guerra termina y se sumerge a toda una población a una dominación social. Esto ya de por sí, y más si estás entre el bando “perdedor”, es un drama (por calificarlo de alguna manera)…pero ver a la población a tu familia, amigos y demás sumergidos bajo esta bota de la dominación debió ser  muy “quebrante” para los “fugaos”.  ¿Se levantaron sentimientos de impotencia entre ellos?

-A cada hora. Siempre pensaron que los derrotados que, por miedo, no los secundaban en su gesto de rebeldía, aunque solo fuera proporcionándoles el apoyo que circunstancialmente precisaban, eran unos cobardes, cuya claudicación en algunos casos consideraban incompatible con el espíritu de lucha que acreditaron en el pasado. No pocas veces constataron indignados que, mientras ellos arriesgaban sus vidas a cada instante, los demás inclinaban sumisos la cerviz y acataban sin rebelarse las cotidianas humillaciones que les infligía un régimen vengativo y coercitivo por su mera condición de perdedores.  Conscientes del abrumador despliegue represivo exhibido por los vencedores desde que ocupaban un territorio, como he dicho prolongado sine die, comprendieron sin dificultad que la aparente sumisión estaba dictada por lo que en términos jurídico se denomina «miedo insuperable». Así como los del monte luchaban por el darwiniano principio de la supervivencia, pocos reparos se podían poner a que otros, en circunstancias distintas, creyeran que conservar su vida era su prioridad.  Ahora bien, tuvieron más dificultades para entender por qué no contaron con la colaboración y aliento de quienes vencieron a los regímenes totalitarios en los campos de batalla, ya que se consideraban hermanados por la misma causa antifascista. El pragmatismo de Francia, Inglaterra o EEUU fue su principal decepción.

-La rebeldía de los “fugaos”, ¿cómo era asumida por el resto de población?

-Entre sus familiares, con escasas excepciones, dispusieron de un apoyo incondicional. Como en Asturias se tiraron al monte miles de personas al término de la Guerra Civil, contaron con el apoyo de quienes tuvieron algún pariente huido. Además, en algunas zonas, como la cuenca minera, fueron vistos con simpatía por la mayor parte de la población, ya que eran de izquierdas y estaban acostumbrados a luchar por sus ideas con energía, incluso con las armas en la mano. Correligionarios, amigos de la infancia, vecinos, compañeros de trabajo, confeccionaron en torno a los fugaos anillos de seguridad que fueron decisivos para que resistieran tanto tiempo. En algún caso también fueron protegidos por caridad, invocando sentimientos humanitarios, y, más excepcionalmente, por coacción. Hubo pastores que supusieron que les convenía mantener una relación amistosa con individuos armados con los que compartían territorio, aunque ello implicara que pudieran ser maltratados por la fuerza pública, sin duda más brutal en sus reacciones, pero también más distante. Con el tiempo, el apoyo se fue atenuando, ya que el peaje que se pagaba era enorme y las expectativas de cambio político, fundadas hasta mediados de los cuarenta, se diluyeron por completo en el contexto de la Guerra Fría.

-Hubo colaboración entre mucha gente afín a las ideas de los “fugaos” y éstos, pero hasta cierto punto porque a los primeros si se les descubría o se sospechaba algo se les podría hacer la vida imposible. ¿Qué nos puedes comentar?

-La resistencia de los del monte durante tanto tiempo en condiciones extraordinariamente adversas fue posible por el apoyo incondicional y heroico de los llamados enlaces. Sin su complicidad habrían caído con suma facilidad. El peaje que pagaron por ello fue insólito: multas, expropiación de bienes, pérdida del trabajo, cambios de domicilio forzados, deportaciones, retenciones arbitrarias, largos años de cárcel, palizas, violaciones en la caso de las mujeres, durísimos interrogatorios y la muerte. Recibieron un trato similar al de los propios guerrilleros, pero sin medios para defenderse. El tiro en la nuca y la aplicación de la ley de fugas se utilizaron con profusión. En Asturias existe un monumento a la infamia sin parangón: el pozo Funeres, una sima natural donde fueron arrojados con vida un número indeterminado de enlaces, entre 9 y 22, en 1948.

-La historia de los “fugaos”, ¿es la de aquellos que luchando por un ideal se encuentran entre la espada y la pared o es más bien una larga y ardua historia de esperanza frustradas….?

-A mi entender, podemos prescindir de la disyunción. Los primeros fugaos fueron víctimas de un trágico destino al que se vieron abocados por carecer de alternativas. Prolongaron su heroico y quimérico gesto de rebeldía con las armas en la mano para posponer su cita con la venganza del vencedor. Dada su ideología, compartían un ideal de emancipación social y soñaban con una sociedad igualitaria, pero en aquel contexto lucharon por estos objetivos hasta sus últimas consecuencias porque de ello también dependía la vida de cada uno. Otros, por el contrario, eligieron conscientemente su destino. Se tiraron al monte tras pasar por campos de concentración, batallones de trabajadores, colonias penitenciarias y cárceles, o al quedar desvelada su condición de enlaces o activistas clandestinos. Algunos, los llamados maquis, regresaron de Francia con el propósito de catalizar a la población para que se sublevara contra el régimen. Creyeron que podrían repetir en España la exitosa experiencia vivida en Francia.

-Amigo, me interesa mucho cómo te lo hiciste para documentarte y conseguir al final reunir este trabajo, esta investigación tan minuciosa…me refiero a cómo fue la documentación y la metodología de trabajo? (porque hay mucho trabajo de campo)

-En las fuentes utilizadas combine las procedentes del propio régimen y las generadas por las organizaciones opositoras. En el primer caso utilicé de forma sistemática las causas incoadas por los tribunales militares contra los guerrilleros y sus apoyos, así como la ingente documentación generada por la Guardia Civil y otros representantes de la fuerza pública, sin menospreciar otras aportaciones como las del Gobierno Civil, juzgados, archivos municipales, archivos de empresas, etc. Este enfoque fue contrastado con la documentación procedente de los archivos vinculados al PCE y al PSOE, matizados y enriquecidos con las aportaciones procedentes de la prensa de la época, tanto la oficial como la clandestina. Recurrí también a las memorias o testimonios de los protagonistas de los hechos y a las entrevistas realizadas por otros o por mí de los testigos que pudieron dejar constancia de su testimonio.

-Eres profesor de secundaria, ¿en estos momentos, como docente, qué valoración puedes hacer de cómo se trata la historia, desde la enseñanza, cómo se imparte…?

-Por fortuna, a la postre, la impartición de la materia está en manos de los docentes y me consta que en España se ocupa de esta tarea un acreditado conjunto de profesionales, competente, vocacional y esforzado. En su cometido debe lidiar con despropósitos como la LOMCE, que nos retrotrae al siglo XIX. Por supuesto, como era de prever, omite contenidos incómodos para sus muñidores, como los crímenes de Estado del franquismo, por ejemplo, pero, además, excluye visiones del pasado totalmente consagradas desde la Escuela de Annales. Se proyecta una visión positivista y evenemencial del pasado, basado en el hecho concreto, en el acontecimiento -por tanto en la acumulación memorística de datos-, y se escamotea el enfoque sociológico, antropológico y etnográfico, la comprensión de los procesos históricos, el estudio de la multicausalidad, el análisis de los movimientos sociales, de las mentalidades, del feminismo, de la conflictividad como eje vertebrador, en fin, lo que podríamos denominar una historia desde abajo. Pese a ello, confío en la sensatez de los docentes, profesionales ajenos a estos vaivenes.

 

 

 

19811
Luchadores del ocaso. Represión, guerrilla y violencia política en Asturias (1937-1952). Ramón García Piñeiro
1216 páginas       16,5 x 23,5 cms.
54,95 euros
KRK

Luchadores del ocaso es un estudio sobre la resistencia armada, la violencia política y la represión en la Asturias de posguerra. Indaga en las formas, procedimientos, usos, justificaciones y fines de la violencia política practicada entre 1937 y 1952. Durante estos tres lustros, los vencedores creyeron conveniente renovar a diario el «pacto de sangre» suscrito para recuperar, desempeñar y legitimar el uso del poder. Luchadores del ocaso repasa el perverso manual de horrores puesto en práctica para mantener movilizado al partidario y cercenar cualquier atisbo de esperanza en el disidente.
Los Luchadores del ocaso fueron los perdedores de la Guerra Civil que no entregaron las armas tras la derrota republicana y los que tuvieron la osadía de regresar desde el exilio para compartir su quimérico sueño, pero también los que se mostraron dispuestos a arrostrar su mismo destino brindándoles su apoyo, casi siempre de forma abnegada. En Luchadores del ocaso se reconstruye la asfixiante atmósfera de odio y venganza en la que se desenvolvieron, atrapados entre su derecho a existir y la violencia política desencadenada para aniquilarlos.
Luchadores del ocaso recorre un agónico camino de esperanzas frustradas, destrucción y extermino, no exento de dignidad y heroísmo. Desnuda los aspectos más abyectos de nuestra condición, la embriagadora adicción que puede suscitar la capacidad de dominar y destruir al otro, pero también deja entrever hasta qué punto el escenario más sórdido se ilumina, cuando menos se espera, con destellos de compasión y gallardía. La contextualización temporal y espacial de Luchadores del ocaso no impide que contenga una ambivalente reflexión sobre el ser humano y sus contradicciones, de la que cabe entresacar aleccionadoras experiencias y conclusiones sobre los aspectos más oscuros de nuestro pasado inmediato y, por tanto, sobre nuestras perspectivas como colectividad.
En réplica al revisionismo neofranquista, Luchadores del ocaso pretende demostrar que el régimen franquista no fue una dictadura modernizadora, sino un sistema de dominación social que recurrió al uso sistemático de la violencia y el terror para perpetuarse.

Referencias:
http://hoylibro.periodismohumano.com/2015/05/28/luchadores-del-ocaso-represion-guerrilla-y-violencia-politica-en-la-asturias-de-posguerra-1937-1952/
http://www.elcomercio.es/culturas/libros/201505/15/insolito-hecho-guerrilleros-sobreviviesen-20150515003014-v.html
http://www.asturias24.es/secciones/cultura/noticias/el-martillo-pilon-de-ramon-garcia-pineiro/1431710481

Ramón García Piñeiro (Sotrondio, 1961), licenciado en Ciencias Políticas y doctor en Historia, es profesor del IES “Galileo Galilei” de Navia. Se ha especializado en la realización de estudios sobre la clase obrera, el sindicalismo, la movilización social, la conflictividad laboral y las culturas del trabajo en la minería del carbón a partir de la Guerra Civil. Sus principales aportaciones en este ámbito han quedado reflejadas en monografías como Los mineros asturianos bajo el franquismo (1990) y Mineros, sindicalismo y huelgas (2008). Además, en esta misma línea de investigación, ha colaborado en diversas obras colectivas sobre militancia industrial y resistencia obrera bajo el franquismo, como La huelga general (1991), La oposición libertaria al régimen de Franco (1993), Historia de Comisiones Obreras (1993), Los comunistas en Asturias (1996), Las huelgas de 1962 en Asturias (2002) y El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (2013). Otro de sus centros de atención investigadora ha sido el estudio de la violencia política y la resistencia armada en diversos contextos, concretado en monografías como Fugaos. Ladreda y la guerrilla en Asturias (2007 y 2010) y en sus aportaciones a obras colectivas como El movimiento guerrillero de los años cuarenta (1990 y 2003), El último frente. La resistencia armada antifranquista en España (2008) y Trabalhadores e ditaduras. Brasil, Espanha e Portugal (2015). También ha publicado Actitudes sociales en la Asturias de postguerra, un estudio preliminar a la obra gráfica de Valentín Vega, y, en esta misma editorial, un manual de Historia de España (2005 y 2008) y una selección de documentos comentados de Historia de España Contemporánea (2009 y 2011).

 

 

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Gerardo Iglesias: “La Transición se hizo bajo la amenaza y el chantaje permanente”

08/11/2015 por

El exsindicalista y exdirigente de IU publica La amnesia de los cómplices (KRK), donde recoge ciento cincuenta historias de víctimas del franquismo.

“Lamento mucho que los partidos de izquierda no hayan colocado en un lugar muy importante de sus programas la anulación de la Ley de Amnistía del 77”.

“IU se convirtió en una fuerza más, se encerró en las instituciones y no hay cambios políticos si no se organizan desde la sociedad civil”.

El exsindicalista y exdirigente de IU Gerardo Iglesias

El exsindicalista y exdirigente de IU Gerardo Iglesias

Gerardo Iglesias (La Cerezal, Mieres, 1945) ha sido muchas cosas. Entre ellas, minero y sindicalista y Secretario General de CCOO y Secretario General del PCE y Coordinador General de Izquierda Unida y, ahora, publica La amnesia de los cómplices(KRK editores), un volumen en el que recopila las historias de víctimas pasadas y presentes del franquismo.

Después de ¿Por qué estorba la memoria? (KRK editores, 2011), ¿cómo acabas en este siguiente volumen sobre memoria histórica, La amnesia de los cómplices?

Es una continuación del primer libro, que recogía veintidós biografías de guerrilleros y sus familias. Este se alarga hasta unas ciento cincuenta historias. Fundamentalmente, trato de recuperar la memoria de estas personas, ¡ya me gustaría poder recuperar la de los miles que combatieron en la posguerra! También, al recuperar esta memoria, intento luchar contra la impunidad de los crímenes cometidos durante la dictadura y el no reconocimiento de los derechos de las víctimas.

¿Qué es lo que más te duele del olvido?

Lo más doloroso es conocer que hay una serie de gentes, incluso cercanas a mi familia, que siguen en las cunetas o en las fosas comunes. La llamada “Ley de la Memoria Histórica” que nos ha comprometido como Estado a catalogar, investigar y exhumar estos cadáveres, dejó la opción de subvencionar a particulares para que pudiesen hacer esta labor, pero resulta que ni siquiera eso. Ha llegado el gobierno del PP y las ha detenido totalmente. Esto es muy doloroso aunque el problema sea de fondo. La Transición ha hecho que asumamos muchos elementos de la dictadura franquista y se traduce en el enorme problema de corrupción que tenemos en este país, que deja a la democracia en nada. Se está gobernando por decretos, incluso con mayoría absoluta del PP.

En el libro hay historias que te tocan muy de frente, como las de Gerardo y Eliseo Argüelles, ¿cómo afectaron a tu familia sus asesinatos?

Eran hermanos de mi madre. Y no solo ellos, toda mi familia, por parte de mi madre y de mi padre, ha sido brutalmente represaliada. Ha habido fusilamientos, asesinatos, muchos años de cárcel… por ejemplo, en el año 50 a mi padre le torturaron cruelmente, le reventaron el vientre delante de casa y luego pasó muchos años en la cárcel… y ya venía de los campos de concentración y de los batallones de trabajo forzado. Había mucho sufrimiento: mi madre estuvo en el campo de concentración de Figueras; mi hermana, Delfina, nació en la cárcel en Mieres… en fin, historias como la de mi familia y más duras aparecen en La amnesia de los cómplices.

Otro de los objetivos del libro es presentar al franquismo como una maquinaria violentísima de represión y no como tratan de dibujárnoslo algunos en el PP o en TVE con entrevistas cutres a ese personaje, la nieta del dictador.

Hay un intento de dulcificar lo que fue la dictadura. La Segunda Guerra Mundial empezó en España con el apoyo masivo de las potencias nazi-alemana y fascista-italiana, sin olvidarse de la dictadura de Salazar. Ha sido una dictadura fascista con todas las letras, no se nos puede olvidar que el dictador murió matando, nunca jamás quiso negociar: él quería ser el dueño de España.

Dentro de la dinámica de la posguerra, hay algo que me parece terrible: la delación. Cómo se obligaba a familias o amigos, bajo amenaza o tortura, a revelar los paraderos de sus allegados.

La delación fue bastante extendida, desgraciadamente. Se fundamentaba en el factor miedo, en el terror absoluto que habían extendido en la población. En cuanto alguien pasaba por el cuartelillo de la Guardia Civil, era “o colaboras con nosotros, o te eliminamos a toda tu familia”. Y, además, lo hacían: el que se negaba se podía encontrar al día siguiente a su mujer en la puerta de su casa con dos tiros en la nuca. No se puede justificar nunca la delación pero tiene una explicación clarísima: el terror.

Al escribir el libro, mi intención no era la de un historiador, sino más bien la de recoger historias, de recoger memorias. Los descendientes de las víctimas son los que mejor pueden decir hasta qué punto las heridas siguen abiertas, hasta qué punto esa afirmación de “no hay que reabrir las heridas” es falsa. Las heridas nunca se cerraron, se cubrieron con un tupido velo. Los crímenes del franquismo hay que juzgarlos, vivan o no los responsables. España necesita disponer de un relato común sobre lo que fue esa parte de la Historia, especialmente, una parte tan traumática.

El último libro de Gerardo Iglesias recoge ciento cincuenta historias de víctimas del franquismo

La amnesia de los cómplices

Una parte de esto es la querella argentina de unas víctimas, que fue aceptada a trámite. 

Es un hecho muy importante, pero lo que ocurre es que, como la propia jueza ha admitido, le están poniendo palos en las ruedas. Ya hemos visto la respuesta del Tribunal Supremo de nuestro país con respecto a la extradición de una serie de torturadores, y ahora vemos cómo el gobierno se lava las manos argumentando que ha prescrito o tirando de la ley de Amnistía del 77… Lamento mucho que los partidos de izquierda no hayan colocado en un lugar muy importante de sus programas la anulación de esa Ley de Amnistía.

Quedan restos del franquismo por toda España, pero el más evidente es, cuarenta años después de la muerte del dictador, el Valle de los Caídos.

Es un hecho terrible, porque allí han muerto miles levantando ese edificio y comparten tumba con el dictador. Además, lo más espantoso es que quién más se resiste a sacarlo de ahí y a convertir ese lugar en un centro de la Memoria, es la Iglesia católica. Se dedican a impartir allí clases de nacionalcatolicismo. No se nos olvide que la Iglesia ha estado comprometida hasta los tuétanos con la dictadura, durante todo el régimen. Sin negar que ha habido sacerdotes que se han posicionado del lado de las víctimas, es frecuente encontrar en los interrogatorios de las comisarías a un cura con un garrote en la mano, participando en las torturas. Ahí están todas las proclamas de la exaltación del fascismo de los cardenales de la época…

Y de nuestros días. Hay algunos, como Cañizares, que siguen rezando aún por la Unidad de España.

No hace mucho que leía que en una Iglesia de Madrid el cura llamaba para dar una respuesta al crecimiento de la extrema izquierda como la que se dio en el 36. Es que aún queda muchísimo franquismo, esta lleno de esquelas, de reconocimientos honoríficos,… pero es que además son frecuentes los homenajes, como el de la División Azul, en el que incluso participaron miembros del Gobierno.

¿Crees que el PCE abandonó o dio por perdidos a los guerrilleros asturianos de los que hablas en tu libro?

El PCE, que fue el que más tiró por la lucha armada, aunque también participaran socialistas, anarquistas o republicanos, creyó que en una primera etapa estaba completamente justificado hacer focos de resistencia en el país para forzar la intervención de las potencias aliadas. Por ejemplo, cuando los republicanos españoles derrocharon tanta sangre y heroísmo en la resistencia francesa estaban pensando que, a continuación, vendría la liberación de su patria.

A partir de mediados del 46 o principios del 47, cuando se ve que las potencias aliadas prefieren una dictadura al supuesto peligro de la toma del poder por los comunistas, creo que el partido se equivocó en prolongar esa forma de lucha. Incluso, en el año 48, tras una entrevista que mantiene Carrillo, Pasionaria y Antón con Stalin, este les aconseja que se orientasen a la lucha de masas, a entrar en las organizaciones del propio régimen y abandonar la lucha armada. Hay, en efecto, una reunión del Comité Central en París donde se toma la decisión de poner fin a la lucha armada pero, en realidad, fue una quimera. En el papel, se ponía fin a la lucha armada pero la dirección del partido sigue enviando guerrilleros y, de hecho, no termina hasta que no es eliminado el último de ellos, en octubre de 1952.

La dirección del partido ha cometido muchos errores, sobre todo, porque los dirigentes no pisaban el terreno donde luchaban estos hombres. Hubo un permanente enfrentamiento entre los delegados de Francia, “los franceses”, con los guerrilleros autóctonos, que conocían mucho mejor la realidad.

La Transición y los partidos de izquierda que participan en ella tampoco arreglaron este abandono…

La Transición se hizo bajo la amenaza y el chantaje permanente. Han permanecido todos los aparatos del Estado fascista y con ese apoyo, los franquistas negociaron con las fuerzas democráticas en posición ventajosa y han diseñado un sistema a su medida. Pero lo digo en el libro: se hizo lo que se pudo, los franquistas tenían todo el poder. Lo que es inexplicable es cuando gana el PSOE en el año 82, no se empiece a superar todas las concesiones que se habían hecho. Se abandonan completamente a las personas que más habían sacrificado por devolver la democracia a España. Ni siquiera se ha tenido la sensibilidad de reparar las desapariciones forzosas, los enterramientos… ¿qué explicación tiene esto?

El bipartidismo ha sido una pieza importantísima del modelo diseñado en la Transición y el PSOE forma parte beneficiaria, a la que no le interesa remover ese asunto. En España no tendremos una democracia verdadera si no se abre un proceso constituyente y se redacta una nueva Constitución que aborde la gran asignatura pendiente de la Transición: que existió una dictadura fascista, criminal, que ha regado España de sangre. No se puede construir sobre el olvido, este país necesita escribir un relato compartido sobre qué fue todo aquello para que las nuevas generaciones conozcan su pasado.

Me tengo que salir del libro para preguntarte una cosa a lo burro: ¿tú inventaste Izquierda Unida?

La verdad es que la propuesta fue, inicialmente, bastante unipersonal pero se debatió después y se hicieron una serie de elaboraciones porque algunos éramos muy conscientes de que los partidos tradicionales ya no eran cauces válidos para comunicar las inquietudes sociales con las instituciones del Gobierno. Había que dar entrada a nuevas fuerzas emergentes, como se ha visto ahora. ¡Pensemos que los partidos tradicionales de la izquierda arrancan con la Primera Revolución Industrial! IU quiso pero no fue capaz de ser una fuerza renovadora. Más que un partido tradicional, IU era un movimiento sociopolítico pero al final la inercia de la cultura comunista lo ha terminado convirtiendo en un partido más.

¿Cómo ves el futuro de IU y las fuerzas de izquierdas en estas elecciones? ¿Tú apostarías por la Unidad?

Creo que IU lo tiene complicado; quiso ser algo parecido a Podemos, y no sé cómo evolucionará Podemos pero su emergencia ha sido una gran cosa para el país. IU no pudo, no supo… se convirtió en una fuerza más, se encerró en las instituciones y no hay cambios políticos si no se organiza la sociedad civil y se promueve una gran movilización. Llegó un momento en que IU fue completamente desbordada y otros se han encargado de llenar ese vacío.

En el partido hay gente muy interesante, como Garzón, que me parece un gran valor, pero el problema es que no tiene el apoyo territorial: sigue dominando una concepción sectaria, vieja. Aquí mismo, en Asturias, por ejemplo, llegó Gaspar Llamazares y lo primero que hizo fue pactar con el PSOE la mesa del Parlamento, los sueldos y los asesores, a espaldas de Podemos. Podemos le dice “votad a nuestro candidato porque sumamos los mismos escaños que el PSOE” y, una de dos, o peleamos por la presidencia o por una buena posición en la negociación. Gaspar Llamazares dice “¡naranjas de la China!” y siguen anclados en el sistema. Ahora IU es parte del sistema bipartidista: se conforman con ser muleta del PSOE, y este país necesita un cambio rupturista. En ese sentido, aunque hay corrientes muy interesantes en IU como la que representa Alberto Garzón, lo tiene difícil en el futuro.

http://www.eldiario.es/cultura/gerardo_iglesias-IU-alberto_garzon-memoria_historica_0_447955960.html

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los presos de Asturias ¡Acusamos!… (1935)

08/10/2015 por

Los-presos-de-Asturias-ACUSAMO-Desconocido Histórico documento elaborado por los presos políticos asturianos en la Cárcel de Uviéu, en el que narran las torturas sufridas en los últimos meses de 1934 y primeros de 1935.
El original permaneció escondido y olvidado en un hórreo del concejo de Riosa durante tres cuartos de siglo. 
A continuación transcribimos la introducción. Para leerlo completo, descargar el original escaneado y difundirlo, picar en la imagen de la portada.

Los presos de Asturias ¡Acusamos!...(1935)

“Publicamos a continuación un documento sensacionalmente terrorífico.

Las páginas más escalofriantes de “El Jardín de los Suplicios” de Mirbeau no son nada más que una débil sombra al lado de lo que aquí se cuenta, de lo que aquí se dice, de lo que aquí se prueba.

No se trata de invenciones macabras hijas de una fantasía enfermiza a lo Edgard Poe, sino de hechos lacónicamente expuestos, con la frialdad de una noticia telegráfica.

Es la exposición breve, sumaria, de los crímenes cometidos en Asturias, con los presos revolucionarios.

No habla, describiendo la tragedia, un “espectador imparcial”. Hablan 547 presos que han podido salvarse -algunos de ellos momentáneamente, tan solo- de las sádicas torturas aplicadas especialmente por el comandante Doval, en las Adoratrices, y por el capitán Nilo Tello, en la Cárcel. Exponen lo que han visto, horrorizados, lo que han sentido en sus carnes desgarradas y maceradas, en sus articulaciones descoyuntadas, en sus huesos fracturados y molidos con las culatas de los fusiles.

Los presos de la Cárcel de Oviedo relatan lo que han hecho con ellos y lo realizado con aquellos otros que cayeron muertos, que no pudiendo resistir más se suicidaron o, en estado de locura, tuvieron que ser recluídos para siempre en el Manicomio.

El relato de este crimen jamás igualado culmina, llegando al paroxismo horripilante de la bestialidad más desenfrenada, en el asesinato en masa de los veintisiete presos que sacados, la noche del 24 al 25 de octubre de la Cárcel de Sama de Langreo, son apuñalados, mutilados, destrozados y luego enterrados, algunos con vida aún, en el lugar llamado la “Coraxona” de los montes de Carbayín.

809 presos arton12-def7cEn estas páginas sombrías de ‘torturas y suplicios no se hace hincapié en las fechorías del Tercio y Regulares, “los bravos soldados de la patria”, perpetradas en toda la región asturiana. Los asesinatos de hombres, mujeres, ancianos y niños, la violación de muchachas, los robos desenfrenados de aquellas hordas de forajidos que el gobierno de Lerroux-Gil Robles condujo a Asturias “para salvaguardar la civilización” no son señalados aquí. Los presos únicamente se refieren a lo que han hecho con ellos, a lo que se está haciendo todavía. Es una simple prueba testifical ante el Tribunal de la clase trabajadora de todo el mundo.

La represión llevada a cabo en Asturias supera a las mayores que recuerda la historia moderna. Ha ido más allá que la ferocidad de Mussolini e Hitler. Sólo puede ser parangonada, aunque quizá sea más intensa la española, a la que ejecutaron los sanguinarios Thiers y Gallifet cuando cayó la “Commune” de París. Thiers dió entonces la orden de que se “exterminara a los lobos, a las lobas y a los lobeznos”. Exactamente lo mismo que Lerroux y Gil Robles mandaron hacer en Asturias.

Después de las sangrientas jornadas de últimos de mayo de 1871, las hienas de la burguesía francesa paseaban por las calles de París, y con la contera de sus sombrillas arrancaban los ojos a los cadáveres de los heroicos “communards”.

La burguesía española ha llegado en su refinamiento y en su perversidad a más aún. La
tarea de ensañarse con los cadáveres de los revolucionarios dejaron que lo efectuaran los legi-onarios y los moros. Ellos han caído, sádicamente, sobre los heridos y enfermos. Un periódico reaccionario de Madrid publicó, en enero el siguiente telegrama procedente de Oviedo, que luego a título de reproducción pudieron publicar algunos diarios de Madrid y Barcelona:

“Las damas católicas de Oviedo hemos creado un cuerpo de enfermeras para acabar con los heridos revolucionarios que se hallan en la Cárcel o en el Hospital. Para ello, o se equivocan los medicamentos o se ponen inyecciones con dosis elevadísimas”.

Minero muestra cómo fue torturado, en carta a su familia

¿Es posible imaginar criminalidad mayor?

Cuando las primeras noticias del crimen permanente que el gobierno de Lerroux-Gil Robles comete en Asturias fueron publicadas por la prensa extranjera, las agencias oficiosas trataron de desmentir tal información. Sin embargo, posteriormente la verdad no ha podido ser ocultada.

El informe de Fernando de los Ríos, ex ministro de la República, que publicó “Le Populaire”, de París y reprodujo “Acción’, periódico del B.O.C., causó una sensación tan enorme que el Gobierno fué impotente para seguir silenciando lo ocurrido, y no tuvo más remedio que ordenar al Fiscal General de la República que hiciera las correspondientes averiguaciones.

Los presos de la Cárcel de Oviedo se apresuraron a mandar al Fiscal de la República el documento que sigue como un simple avance de lo que se ha hecho con los presos.

En las prisiones de Asturias y en las de todo el país hay miles y miles de presos sufriendo atrozmente los rigores de un régimen criminal que sintiéndose en estado agónico, hace esfuerzos inauditos para sobrevivirse torturando y asesinando sin cesar.

Los trabajadores de Cataluña, de España entera, emocionados, han visto el heroísmo de los trabajadores asturianos durante los días rojos de octubre y ven ahora sus sufrimientos atroces “.

La gloriosa COMMUNE asturiana es para todos los obreros una lección transcendental. Ha demostrado que cuando el proletariado está fuertemente unido es invencible. Si el Proletariado astur es martirizado se debe a que la clase trabajadora hispana no supo seguir su magnífico ejemplo, esto es, constituir una poderosa Alianza Obrera y luego combatir hasta triunfar.

Esta poderosa lección no puede, no debe ser olvidada. Precisa superar la situación actual para sacar a los camaradas presos de las garras de la justicia burguesa y para continuar la gesta de octubre hasta el triunfo definitivo, hasta la victoria de la segunda revolución que implante la dictadura del proletariado.”

LOS PRESOS DE ASTURIAS ¡¡¡ACUSAMOS…!!!

Cárcel Modelo de Oviedo, a 24 de enero de 1935.

– See more at: http://cosal.es/los-presos-de-asturias-acusamos-1935/#sthash.uUZBZDHw.dpuf

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La ruta del 34, una revolución

04/10/2015 por

La visita guiada por los escenarios de Octubre de 1934 desborda las previsiones y reúne a centenares de personas en el itinerario por varios puntos de la ciudad

04.10.2015 | 03:43

Asistentes en uno de los grupos, ayer, en la plaza del Fontán.

Asistentes en uno de los grupos, ayer, en la plaza del Fontán. LUISMA MURIAS

Miguel L. SERRANO Que los organizadores de la ruta por los escenarios de la Revolución de Octubre del 1934 no se esperaban tal cantidad de gente se pudo ver muy pronto en la plaza del Fontán, de donde partía el recorrido. Más bien, se pudo (no) oír. El megáfono blanco y rojo que habían llevado para la ocasión delataba su pronóstico fallido: estaba pensado para un grupo de 30 personas, no para más de cien, como finalmente fue.

En realidad, el éxito de participación de la visita, que congregó a centenares de personas en el itinerario por varios puntos de la ciudad, obligó a hacer tres grupos, y no dos como estaba previsto. Y obligó también a Benjamín Gutiérrez, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico, uno de los encargados de diseñarla, a subirse a bancos, farolas y bordillos, y a llevar al límite a su garganta (descartado el megáfono) para explicar las historias que la Revolución del 34, de la que hoy se cumplen 81 años, dejó en la capital. El edificio actual de Hacienda, antiguo cuartel de Santa Clara, los puestos de ametralladoras en la calle Uría y la plaza de la Escandalera, la Estación del Norte, las Pelayas… Un recorrido de una hora y media de duración que el tripartito (Somos, PSOE e IU) se ha encargado de incorporar a la oferta turística de la ciudad para todo el año, como adelantó en la edición de ayer este periódico. De hecho, los trípticos informativos sobre la actividad, que se repartieron ayer antes de la visita, ya están disponibles en la Oficina de Turismo.

La ruta tuvo muy buena acogida entre los asistentes. Estaba Roberto Sánchez Ramos (IU), Isabel González (Somos) y Diego Valiño (PSOE) para representar al tripartito. Y estaban también centenas de personas que, en procesión, acompañaron a los tres guías, historiadores de la Universidad de Oviedo. Por ejemplo Covadonga Badiola, 19 años, estudiante de Historia en la Universidad. «La ruta es imprescindible porque hay mucha gente que no sabe nada de esto», aseguraba ayer en la plaza de la Escandalera. A su lado, escuchaba como podía las explicaciones del historiador Carmen María Catalán, 62 años. Estaba encantada: «Todo lo que suponga dar información objetiva sobre la historia es un acierto», decía.

Información objetiva. A partir de este concepto defienden los impulsores de la ruta una actividad que ha generado polémica en el Ayuntamiento. Los grupos del tripartito la defienden porque sostienen que «es historia que se estudia en las facultades» y que, alejada de la propaganda, es necesaria que la ciudadanía la sepa. Y la oposición, PP y Ciudadanos, creen que no, que no tiene cabida como acto cultural y que «la sangre no tiene valor turístico».

Luis Pacho, concejal de Ciudadanos, se cruzó ayer a uno de los grupos durante el recorrido. «Ya dejamos clara nuestra postura. Creemos que esta ruta no tienen nada que ver con la cultura», aseguró a este diario en plena calle, frente al teatro Campoamor.

Fue uno de los discrepantes de un acto que tuvo casi todo a favor menos lo principal: el sonido. La ruta se realizó por primera vez el año pasado. «Fue una prueba. Ensayo, error», dijo uno de los organizadores, que tendrá que ser previsor para el próximo domingo, que hay prevista otra salida. De momento, el recorrido gustó a asistentes como Alejandro Fanjul: «La visita es necesaria porque el pasado es el que es y no tiene ideologías», resumió.

http://www.lne.es/oviedo/2015/10/04/ruta-34-revolucion/1822250.html

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Gerardo Iglesias: «Los perseguidos por el franquismo se irán con miedo a la tumba»

04/10/2015 por

El fundador de IU presentó ayer en Turón su libro «La amnesia de los cómplices», que recopila 150 biografías de maquis

04.10.2015 | 02:20

Gerardo Iglesias saluda a una asistente al acto, momentos antes de la presentación de su libro.

Gerardo Iglesias saluda a una asistente al acto, momentos antes de la presentación de su libro. J. R. SILVEIRA

Pozu Fortuna (Mieres), C. M. BASTEIRO El fundador de IU, Gerardo Iglesias, no quería escribir un libro de números. Quería un libro con historias. Así nació su última publicación, «La amnesia de los cómplices» (KRK Ediciones, 2015), una obra que recopila la vida de ciento cincuenta maquis, la mayoría asturianos y algunos de otras regiones de España. Hay biografías más extensas y otras con los datos muy medidos: «Es difícil encontrar testimonios, la gente me decía ‘tengo miedo´, se irán con el miedo a la tumba'», afirmó ayer el autor. La presentación de su obra tuvo en el Pozu Fortuna del valle de Turón, un lugar que guarda los restos de más de trescientas víctimas de la represión.

«No podemos hablar de democracia cuando sus hijos, los que más lucharon por ella, están enterrados en cunetas y sin localizar». Así reproduce Gerardo Iglesias el pensamiento que tuvo antes de empezar a trabajar en «La amnesia de los cómplices». Un trabajo que no es libro, afirmó, «es un recuerdo para todos los que lucharon y perdieron la vida por defender sus ideales. Por todos los que sufrieron y tuvieron mucho miedo durante tantos años y que murieron olvidados». Para ellos es y a ellos se lo da porque, tras finalizar el acto, repartió un centenar de ejemplares entre los familiares de los protagonistas.

Silvino Argüelles es uno de los «fugaos» que aparece en la obra. Y su sobrino, Aladino García, fue uno de los familiares que ayer recibieron un ejemplar firmado por el autor. «Mi tío era de La Trapa, de Langreo, y lo mataron en La Teyera», explicó. Estaba emocionado, con la obra ya en sus manos. García considera que «es necesario que se hable abiertamente de todo esto, no lo podemos dejar pasar». «Gerardo Iglesias nos preguntó si queríamos que compartiera la historia de nuestro familia y dijimos que desde luego», afirmó.

El fundador de IU dedicó más de un año a la documentación de «La amnesia de los cómplices». «Fue un trabajo exhaustivo y a veces difícil, porque no quedan muchos restos de los protagonistas», explicó ayer. No quedan muchos recuerdos porque las familias escondieron fotos, quemaron cartas y tiraron partidas de nacimiento por miedo a los registros. Según Iglesias, «recibían demasiadas visitas de las fuerzas opresoras del franquismo». El libro de Gerardo Iglesias acumula un buen número de fotografías, la mayoría inéditas, y una extensa base documental.

El autor afirma que su libro es un paso, pero matiza que queda mucho camino por delante para poder compensar a las víctimas. «Aquí se ha perdonado a los criminales del franquismo sin que tuvieran que pedir perdón», destacó. Hubo una transición, continuó, «que no cumplió con los objetivos». Y ahora, a juicio de Iglesias, «estamos sufriendo los daños». Buena prueba de sus palabras, según el exdirigente de izquierdas, es el modelo democrático actual: «Esto no es democracia, no puede ser democracia cuando sólo la hay cada cuatro años. Con las elecciones emitimos un voto que sirve como cheque en blanco para que hagan lo que quieran con nosotros», destacó.

Las biografías son los pilares sobre los que Gerardo Iglesias redactó «La amnesia de los cómplices», pero el libro también habla de actualidad. El fundador de IU incluye en sus páginas un recopilatorio de los actos que aún se celebran para conmemorar la dictadura franquista: «Aún se hacen homilías resaltando la figura de la dictadura. Recientemente un diputado enunciaba que, en quince Obispados, hay símbolos e imágenes del franquismo», denunció. Y lo que, a su juicio, es aún más grave: «En presencia de representantes del PP se ha homenajeado a la División Azul».

http://www.lne.es/caudal/2015/10/04/gerardo-iglesias-perseguidos-franquismo-iran/1822070.html

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