Canto republicano a la memoria en Noreña

Delante, agachados, Michel García y Joan Marí; detrás, de izquierda a derecha, Marie Jo García, Nicolas Laurent, Emilie Laurent, Vicente García, Gabriel Matamalas, Margarita Matamalas, Miguel Guasp, Katia Suñer y Bárbara Matamalas, en el cementerio de Noreña. MANUEL NOVAL MORO

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Noreña, Manuel NOVAL MORO «Me contento con esto. Para mí es el final de un libro que abrí hace 75 años». Con estas palabras resumía Vicente García Riestra lo que sentía ayer junto a la placa que, en el cementerio parroquial de Noreña, recuerda a su hermano José García Riestra, fusilado durante la Guerra Civil en la villa cuando contaba 17 años.

Él fue el protagonista de un acto, celebrado en el propio cementerio local, al que acudieron su hijo y buena parte de su familia, así como la alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña, varios miembros de IU -entre ellos el portavoz de la coalición en el Ayuntamiento, René Coviella, el miembro de IU de Siero Juan Luis Vallina y el coordinador de Asturias, Manuel González Orviz- y Rubén Norniella, uno de los integrantes de la Asociación Memoria y República.

Vicente García acudió a la Villa Condal desde Francia, donde vive actualmente, a descubrir la placa que lleva instalada en el cementerio desde el pasado otoño. La placa estaba cubierta por la bandera tricolor de la República y tras su descubrimiento sonó el himno de Riego.

Curiosamente, él había tratado de que le permitiesen colocar la placa durante largo tiempo y se encontró con algunas barreras burocráticas. Fue este año cuando, perdida casi la esperanza de que le encontrasen un sitio, le comunicaron que la placa estaba ya colocada hacía tiempo.

La familia de Vicente García Riestra fue duramente golpeada por la guerra. Su padre, Gregorio García, fue fusilado. Ayer leyó un documento del Ministerio de Justicia español, al que pedía cuentas por el fusilamiento de su padre, en el que lo único que consta era que estaba afiliado a la UGT. «Y por eso lo mataron, vean qué crimen tan grande ha hecho». Recordó que su padre, siendo director de abastecimientos de la guerra, no miró el color de la gente, repartía la comida al pueblo, a todos indistintamente. «Los noreñenses de hoy no sois culpables, pero el pueblo lo culpó entonces a él de todos los daños», señaló.

También mostró un documento del Tribunal Militar en el que no consta su hermano. «Entonces, si el tribunal lo ha juzgado, es que lo han asesinado», concluyó.

Pasado el tiempo, y restañadas las heridas, ahora se muestra conciliador. «Yo ya estoy en el otro lado, sólo pido que pensemos un poco en la juventud, que tiene que ir más lejos, con más democracia, más libertad, que la gente viva tranquila, que el pan se reparta a todo el mundo como es debido», dijo, y concluyó su intervención con un «¡Viva la libertad y viva la república!».

Poco antes, su sobrino, Gabriel Matamalas, hijo de Rosario García, ya fallecida, que pasó 12 años en la carcel, primero en San Sebastián y posteriormente en Mallorca, donde se afincó y donde vive ahora su familia, lamentó que siga habiendo «dos Españas y que haya una parte por otra intentando separarlas». Invitó a reescribir la historia escuchando a quienes la vivieron: «ellos nos están dando una visión de lo que ocurrió; no hubo ganadores ni perdedores, yo creo que perdieron todos», concluyó.

http://www.lne.es/centro/2015/07/12/canto-republicano-memoria-norena/1785208.html