6D Gijón: Por un Proceso Constituyente

01/12/2014 por

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concentracion 6d gijon 2014

 

Hay momentos en la historia en que los pueblos se ven lanzados a la encrucijada de echarse a la calle para recuperar sus derechos y salvaguardar su dignidad, o padecer bajo el yugo de los poderosos ¡Hoy estamos atravesando uno de esos momentos!
La crisis económica que sacudió al mundo en 2008, e hizo caer como un castillo de naipes el sistema financiero internacional, y que aún colea con fuerza, a pesar de los reiterados anuncios de brotes verdes, acabó con aquella ilusión de prosperidad económica que representó la burbuja inmobiliaria. Vivimos en un estado con una de las inversiones más bajas de los grandes países de la UE en educación y sanidad; en un estado con un sistema tributario injusto, donde las principales fortunas y los grandes capitales pagan muchos menos impuestos que las personas humildes. Pero el espejismo del ladrillo ocultó aquello a los ojos de mucha gente.

No podemos olvidar que a pesar de los anhelos de cambio que animaron al Pueblo en los compases finales de la dictadura franquista, de la lucha denodada que desplegaron tantas y tantos en pos de la democracia, las oligarquías que sostuvieron aquel régimen asesino lograron persistir. Llegamos así a un pacto social e institucional que acabó tomando la forma de un velo de olvido sobre los crímenes franquistas, donde los poderes económicos permanecieron incólumes, y donde el heredero del dictador ascendió al trono como rey de España.
El estallido de la burbuja hizo caer el telón y todas las miserias comenzaron a quedar a la luz. Llegó la crisis, y con ella una ofensiva generalizada de la banca y de los grandes capitales, ejecutada por sus testaferros políticos, para mantener sus beneficios mediante el saqueo de los derechos y las conquistas sociales de la mayoría, de la clase trabajadora. Los que originaron la crisis, los que crearon las hipotecas basura, los que nos condujeron a esta situación, son ahora rescatados con monstruosas cifras de dinero público, mientras que la mayoría de la población se ve abocada al paro, a la penuria social o a la emigración.

La Troika, al servicio de las oligarquías económicas y financieras, nos ha impuesto draconianas medidas de ajuste que el PSOE y el PP han venido ejecutando al alimón. A pesar de que la Constitución del 78 era intocable en lo referente a permitir el ejercicio del derecho a la autodeterminación de los pueblos del Estado, no hubo problema para que los dos partidos del Régimen pactasen con nocturnidad y alevosía la reforma del artículo 135, que antepone el pago de la deuda a la satisfacción de los derechos sociales. El bipartidismo, férreo defensor de la soberanía nacional, la arrastra por el fango sin miramientos cuando los poderes económicos lo llaman al orden, pretendiendo que la ciudadanía calle y acate.

 

La crisis económica nos ha acabado conduciendo a una profunda crisis institucional, adobada por los numerosos casos de corrupción que afectan a los dos grandes partidos del Régimen del 78, y a todas las instituciones del Estado. El monarca por la gracia de Franco de nuestra democracia de segunda, tras los escándalos y los dispendios, los accidentados safaris por África, las amantes díscolas y los yernos e hijas trinconas, ha abdicado finalmente la corona en su hijo. Felipe el preparado ha subido al trono sin que el Pueblo tuviera opción ha expresarse ni a objetar.

Pero hace tiempo ya que el Pueblo ni calla ni consiente. Hace tiempo ya que la ciudadanía se ha echado a la calle dispuesta a recuperar sus derechos. El clamor de “¡Pan, techo, trabajo y dignidad!” resuena a lo largo y ancho del Estado; las Mareas ciudadanas han sacudido conciencias para proteger los derechos que nos quieren hurtar; en todas las ciudades el Pueblo detiene los desahucios y se enfrenta de poder a poder con los esbirros de la banca.

Algo ha cambiado, sopla un viento nuevo. La Constitución del 78 es hoy un papel mojado que sus propios valedores han enfangado. Todos los consensos han sido rotos, todos los límites han sido traspasados por los poderosos. Es la hora de una nueva constitución.

Ha llegado la hora de que millones de voluntades se fundan en un único impulso para reconquistar todo lo que nos han robado. Ha llegado la hora de devolver el golpe, y lanzarnos hacia un proceso constituyente para alcanzar una democracia real y plena. Una democracia donde la economía esté al servicio de las personas, donde no existan anacrónicos derechos de sangre que nos impogan un jefe del estado. Donde todos los pueblos puedan decidir sobre su destino. Donde el poder popular y los intereses de la mayoría social dominen las instituciones.

 

!Nuestros derechos son reales!

¡Somos reales!

¡Marchemos hacia un proceso constituyente!

Apoyan Famyr, Cultural, U3R, IU, PCA, JCA, UJCE, Izquierda Anticapitalista, Marchas por la Dignidad 22 M, Partido del Trabajo
Democratico-Plataforma Comunista, CSI y SUATEA.

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