Los republicanos españoles que desafiaron a Hitler

16/04/2012 por

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Los republicanos españoles que desafiaron a Hitler

El autor homenajea a los exiliados asturianos y españoles en el 81 aniversario de la II República

14.04.12 – 03:39

Al cumplirse el 81 aniversario de la proclamación de la II República Española, el 14 de abril de 1931, es justo hacernos eco del reconocimiento de Francia hacia la actuación de los exiliados republicanos españoles -entre los cuales había numerosos asturianos- contra el nazismo y en favor del establecimiento de la democracia y las libertades en Europa.
A finales de 1938 y, sobre todo, en enero y febrero de 1939, con la caída de Cataluña en poder de Franco, Francia recibe 350.000 refugiados españoles, que, unos meses más tarde, alcanzarán la cifra de más de 500.000. Anteriormente, con la caída de Asturias, en octubre de 1937, no menos de 60.000 refugiados habían llegado a Cataluña, la mayoría tras arribar en barco a los puertos atlánticos franceses. La asistencia a los refugiados asturianos en Cataluña fue modélica con una eficaz colaboración con la Generalitat y el Gobierno central del Centro Asturiano de Barcelona, donde se integraron destacados políticos, como José Barreiro y Amador Fernández.

Los exiliados españoles en Francia, por el contrario, son internados en una veintena de campos de refugiados, donde el sufrimiento y la humillación van unidos al maltrato habitual de sus guardianes senegaleses y franceses. Entre 150.000 y 200.000 regresan a España, unos 50.000 se embarcan hacia el Nuevo Mundo, sobre todo para México; unos 60.000 se integran en el ejército francés, especialmente en la legión extranjera, continuando su lucha en la división Leclerc que liberará París, y unos 10.000 formarán parte de los grupos de resistencia armada, es decir, del maquis o guerrilleros que acosarán a la Wehrmacht alemana.
Aunque los maquis actuarán en 52 departamentos en casi toda Francia, encontrarán las condiciones más favorables en las zonas más montañosas, como Bretaña, regiones pirenaicas como el Alto Garona y, sobre todo, en la región de Cevennes, en las estribaciones del Macizo Central, departamentos de Gard, Lezère y Ardeche, donde luchó la 3ª división guerrillera, bajo el mando del asturiano Cristino García, con Casimiro Camblor, Celestino Cuesta, José García, Manuel Garrido ‘Manolín’, Miguel López, Manuel Sánchez, Manuel Suarez, Laudino Zapico y otros.
¿Puede ser hermoso un cementerio? Sin duda. Al norte de Toulouse, cerca de Montauban, donde murió y fue enterrado Manuel Azaña, está Septfonts, donde entre pinos, hay un cementerio que cuenta con las estelas y los restos de 81 republicanos españoles, los cuales tuvieron el coraje de enfrentarse a la Wehrmacht de Hitler. Al lado del cementerio marino de Sète, que inspiró a Paul Valery, y el del Père Lachaise de París, el cementerio español de Septfonds es uno de los más bellos de Francia. A la entrada figura un poema de Rafael Alberti: «Vosotros no caísteis» (vosotros no habéis muerto). «Cantad ya con nosotros, con nuestras multitudes, de cara al viento libre, a la mar y a la vida, vosotros no sois la muerte, sois las nuevas juventudes». Entre las estelas del cementerio de Septfonds figura la de Ulpiano López Alonso, de Trubia, hijo de Ulpiano y Valeriana, y la de Jesús Canteli Blanco, de Gijón, hijo de Severo y de María.
Anteriormente, entre el 5 y el 12 de marzo de 1939, 16.000 españoles habían sido recluidos en el campo de internamiento de Septfonds. La mayoría de los monumentos que Francia dedica a honrar la memoria de los maquisards y combatientes españoles que lucharon contra el nazismo datan de los años 80, es decir, ese reconocimiento pleno tardó en llegar 40 años.
La ‘grandeur’ de la Francia oficial tardó en reconocer que el primer blindado ligero que llegó a los arrabales de la ciudad de la luz se llamaba ‘España Cañí’ y que las tanquetas de la división Leclerc que alcanzaron en primer lugar la plaza del Ayuntamiento de París a las 14.22 del 24 de agosto de 1944 llevaban los nombres inequívocamente españoles de ‘Don Quijote’, ‘Brunete’, ‘Belchite’, ‘Guernica’, ‘Guadalajara’, ‘Ebro’, etcétera.
Sin embargo, Francia honró a los combatientes españoles de la Segunda Guerra Mundial más y primero que la propia España. Y, sobre todo, con un lenguaje, más bello, inspirado en las leyendas clásicas como la que honra a los espartanos que lucharon frente a los persas en el desfiladero de las Termópilas: «Caminante, los que aquí yacen murieron para que tú seas libre», suelen decir las estelas de los monumentos franceses. La mayoría de esos monumentos están en la región de Cevennes, donde entre guerrilleros españoles y asturianos, actuó Cristino García, el príncipe -el primero- entre todos los maquisards de Francia. Así, el monumento de la Madeleine celebra la victoria el 25 del 8 de 1944 de 39 hombres al mando de Cristino García sobre unos 2.000 alemanes. El jefe alemán llamado Nietsche, engañado y superado por los españoles, se suicidó al saber la verdad. El monumento es una Marianne en armas, con el texto «A los combatientes por la libertad. Honor a Cristino García, Jefe de Maquis». También en Prayrols-Ariege hay un monumento «a la gloria de los guerrilleros españoles muertos por Francia y la libertad».
En Portes-Gard están las estelas dedicadas a Casimiro Camblor y Gregorio Hernández, «muertos por la libertad de Francia». En Badorux (Lolzere) hay una estela en honor de los maquis de Bir-Hakeim, 27 fusilados y 33 muertos en combate, con la leyenda «Caminante, para que tú vivas libre, murieron estos guerrilleros». Este grupo fue localizado por los alemanes por una delación de un alcalde francés del régimen de Vichy.
En los Pirineos Orientales, en Las Mas-Maurillas, hay un monumento a «todos los combatientes españoles que partieron al exilio para defender la libertad».
Cristino García, condecorado por el general De Gaulle con la cruz de guerra con estrella de plata, y héroe de la resistencia francesa, había nacido en Ferrero, Viodo (Gozón) en 1913, siendo fusilado en España por Franco en 1945. Cuenta con calles o parques con su nombre en Saint Denis, en Nimes, La Madeleine, Gijón, Alcalá de Henares y Luanco.
Al lado de Cristino García otros muchos maquisards asturianos merecen ser recordados por su lucha en favor de una Europa democrática. Citaremos como ejemplos a Manuel Fernández de Marentes, José María Posada (Celso Amieva), Alberto Fernández, Fernández Valledor, etcétera.
Los clásicos creían que es digno luchar por una causa noble y que a quienes han cumplido con sus obligaciones como guerreros la muerte se les presenta en la flor de su juventud. Mientras el tiempo sea tiempo persistirá la gloria de quienes han luchado por la libertad.
http://www.elcomercio.es/v/20120414/politica/republicanos-espanoles-desafiaron-hitler-20120414.html
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